La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, y los alumnos de los centros de estudiantes de los colegios públicos y universitarios tomados ratificaron sus posiciones a favor y en contra de la reforma del secundario prevista para el próximo año, a un día de la reunión entre ambas partes en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo titular Alejandro Amor pidió «trabajar en propuestas con voluntad constructiva».
El encuentro tendrá lugar el mediodía del miércoles en la sede de la Defensoría y participarán autoridades de la cartera educativa, de las escuelas y un representante por cada centro de estudiantes de los 140 colegios aptos para incorporar la reforma, lo que deja afuera al Colegio Nacional de Buenos Aires y el Carlos Pellegrini, que dependen de la UBA pero están tomados en solidaridad con el resto.
«Vamos a continuar con la reforma porque la escuela de hoy no les da (a los alumnos) herramientas para el día de mañana», dijo Acuña en declaraciones radiales, en las que criticó además la presencia de representantes partidarios dentro de las escuelas tomadas que están haciendo «una política berreta de cara a las elecciones de octubre».
Al respecto, la funcionaria detalló que «hay demasiados actores políticos tomando parte de esta toma» y especificó que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y el Frente para la Victoria (FPV), entre otros, «son los que les llevan comidas, parlantes y grupos de música» a los alumnos que permanecen en las escuelas.
«Hay mucha distorsión sobre la información que brindamos. El último año es de práctica educativa no de práctica laboral», señaló la ministra, al explicar el punto de la reforma que generó las mayores críticas por parte de los Centros de Estudiantes, gremios docentes y un grupo de padres, y que es eje de la protesta estudiantil.
En el proyecto denominado Secundaria del Futuro, el gobierno plantea, entre otros puntos, que los alumnos del último año realicen prácticas en empresas, pero los jóvenes las rechazan advirtiendo que lo que se busca es obtener mano de obra barata y piden rediscutir la propuesta, lo que derivó en las tomas que hoy alcanzan una treintena de establecimientos.
Por su parte Agustín, del Centro de Estudiantes del Normal 2 «Mariano Acosta», dijo a Télam que «mantenemos la esperanza de que así como dijo que no iba a recibirnos (mientras continuaran las tomas), el proyecto de reforma se baje».
«Nuestra postura respecto al proyecto de reforma es inamovible y esperamos que mañana se abra una instancia de diálogo, y en el caso de que no lleguemos a un acuerdo, tenemos como última instancia acudir a la Justicia», adelantó el adolescente.
A su vez Rocío, del Normal 1 Roque Sáenz Peña, aseguró que la postura del Centro de Estudiantes es que «la reforma no se aplique ya que en su totalidad tiene puntos conflictivos». «Es un proyecto meramente empresarial, comercial y que fomenta la competitividad», dijo la alumna, que cuestionó las declaraciones de la ministra respecto a la influencia partidaria.
«No sabe nada del movimiento estudiantil porque no es necesario tener afinidad con algún partido para tener voz y voto», acotó la joven.
Por su parte Amor, que ya mantuvo un encuentro con los estudiantes la semana pasada, indicó a Télam que «la reunión de mañana es un primer paso para comenzar a trabajar en propuestas y hay que hacerlo con voluntad constructiva».
Desde que se inició el conflicto a finales de agosto, por primera vez un grupo de madres y padres autoconvocados manifestó su rechazo a la modalidad de protesta de los alumnos y no descartó realizar un planteo ante la justicia.
Se trata de un grupo de padres de la Escuela Carlos Pellegrini, que solicitó a las autoridades y representantes del centro de estudiantes que den por concluida la medida de fuerza a la que calificaron de «extrema» a través de una cuenta creada en Facebook.
«La ‘toma’ no ha sido planteada con un objetivo claro y razonable, logrado el cual se pueda proceder a su levantamiento», indicaron en ese texto, en que señalaron que son de «disímil relevancia» los motivos que llevaron a los alumnos a realizar la medida de fuerza.