Los seguidores virtuales de Javier Milei no dejan de sorprender, incluyendo delitos explícitos. En una maniobra tan inexplicable como infantil, crearon en Estados Unidos una empresa a nombre de tres personas que suelen criticar el régimen neoliberal y represivo de La Libertad Avanza. El montaje fue tan burdo que los rastros digitales que dejaron llevaron a dar con al menos quien sería uno de los protagonistas.
Así lo denunciaron Las víctimas de este nuevo ataque: el experto en seguridad informática Javier Smaldone; la escritora y astróloga, Ayelén Julian Romano; y el periodista de Revista Crisis, Facundo Iglesia Frezzini. No es la primera vez que ellos están bajo una tormenta de agravios por parte de una tropa de militantes oficialistas, pero sí llama la atención el modo utilizado en esta ocasión: la creación de la empresa ROFREDONE LLC en el Estado de La Florida, un tipo de compañía estadounidense que se distingue por su opacidad.
“Están haciendo una movida o tienen una empresa afuera”, contaba hace unos días atrás entusiasmado @barrani en un Twitter Space denominado “Somos gente al pedo haciéndole maldades a pobres”. Otro usuario, acotaba que era todo “muy turbio”. “Algún día van a tener que dar explicaciones”, insistían. Lo paradójico es que el propio @barrani, quien no sería otro que Federico Gabriel Gorga, es quien habría estado detrás de toda la maniobra.
Militantes de Milei, patota digital
Además, este personaje, tal como reveló revista Crisis en julio, tiene un rol clave en la patota digital de ultra derecha que se hace llamar KFC (Kiosco, Falopa y Coquita) que ataca y agrede a quienes piensan diferente. Incluso, las “actividades” de este grupo no se acotan al plano “virtual” sino que se extienden al ámbito “real” ya que hubo varios hostigamientos personales.
“Lo que quieren lograr con esto es desprestigiar una investigación periodística que hizo la revista Crisis este año sobre milicias digitales libertarias”, explica a Tiempo Iglesia. “La nota, que publicamos en julio, identificaba a una banda de trolls particularmente agresivos, que se llama KFC, y a varias de sus víctimas, incluyendo al experto en seguridad informática Javier Smaldone y la astróloga Ayelén Romano”, recuerda.
“Con esta LLC, en la que incluyen a víctimas de KFC y a mí, que soy parte de Crisis, quieren de alguna manera demostrar que la nota que los investigaba la hicimos «por plata», como si hubiera sido una especie de confabulación. Yo creo que es tan burdo y obvio que no les va a servir de mucho”, analiza el redactor de Crisis, quien advierte además que los nombres utilizados para crear la empresa están mal escritos e incompletos.
Smaldone añade a este diario que “cinco días antes de la creación de ROFREDONE, Gorga creó dos empresas a su nombre a través de la firma Florida Registered Agent, la misma con la que hizo ROFREDONE”, por lo que concluye: “es más tonto que los pajaritos. Casualmente, él mismo es el que la encuentra y la da a conocer”.
En ese mismo tono, Romano expresó a través de sus redes: “Por cierto, el imbécil que maneja este grupo y me acosa (Barrani aka Federico Gorga) unos días antes se creó dos LLC en la misma página. Son malos, pero también muy boludos”.
En otro de sus posteos, añade que la operación de los militantes mileístas no fue gratis: “para crear esta «empresa» a nuestro nombre tuvieron que poner plata, como 300 dólares. O sea, con la de tus impuestos, los míos, los de tus padres, con esa plata hacen estas cosas para acosarnos a los disidentes y buscar meternos en problemas”. Iglesia coincide: “Solo les sirvió para gastar plata. Queda claro que cualquier ‘denuncia’ que hagan usando esto como evidencia es una operación”.
Servicio
El especialista en seguridad informática Smaldone describe también que Gorga vivió un tiempo en España, en Miami y ahora pararía en Las Vegas: “acá es un insolvente, no tiene nada, estuvo estudiando filosofía en la UBA, claramente es un servicio. Nadie sabe de qué vive”. El experto considera que no vale la pena denunciar la maniobra porque el delito habría sido cometido en el exterior y, de hecho, en Estados Unidos es habitual crear este tipo de empresas con cualquier nombre; no así una cuenta bancaria, que sería lo que implicaría más riesgos.
“Se dedican a atacar gente. A veces lo hacen al azar, para joderle la vida. Persiguiéndola durante meses, le hacen perder el laburo, acusan a las víctimas de falsos delitos, le escriben a RRHH de donde trabajan o generan daños a otras personas que no tienen nada que ver, al simular compras por internet, por ejemplo”, grafica Smaldone. Y concluye: “son muy miserables. Crueles. Los motiva generar daño a las personas. Una vez, Gorga llegó a decir: ‘mi objetivo es lograr que alguien se suicide’”.