Con una bandera extendida con la consigna “Milei culiadazo” sobre la explanada de la sede central de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en Av. del Libertador 8250, en Ciudad de Buenos Aires, se realizó este martes una jornada de protesta de trabajadores por las medidas del gobierno nacional que afectan al sector.

Estamos bajo una situación desfinanciamiento importante, no tenemos presupuesto para funcionar, estamos con un presupuesto ajustado. Eso hace que varios proyectos se frenen, se desaceleren”, dijo a Tiempo Carolina Komar Varela, delegada de ATE CNEA.

La medida de protesta fue convocada por convocado por ATE de Dioxitek, CNEA, PIAP (Planta industrial de Agua pesada), ARN (Autoridad Regulatoria Nuclear) y NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina SA), donde los trabajadores, trabajadoras e investigadores han visto deteriorados sus salarios y, además, los programas en los que cumplen funciones. “No hay plata para poner a andar la Planta Industrial de Agua Pesada y en CNEA en particular, la situación salarial es tan mala que hace que los trabajadores altamente calificados vayan renunciando”, explicó Komar Varela. Según la delegada, en el último año renunció una gran cantidad de profesionales. “Nos cuentan fue lo que se vivió en los ´90, entré a trabajar en CNEA en el 2005 así que no lo viví, pero mirando los datos y la evolución la cantidad de trabajadores se ve desde que el desmembramiento de la CNEA en esos años, todavía no se pudo recuperar del todo”, aseveró. Y siguió: “Tenemos que hacer una defensa del sector en general, porque queremos que la CNEA, Dioxitec, RN, NA-SA, sean organismos que estén funcionando para producir energía y resolver las necesidades del pueblo. Estamos dando la pelea, también, contra las privatizaciones. Tienen que funcionar bajo control estatal y en manos nacionales”.

Los trabajadores concentraron frente a la sede de CNEA.

Cabe mencionar que hace unos días, la CNEA sufrió un hackeo del sistema de administración que afectó a todas las sedes del organismo y puso en riesgo real la confidencialidad de proyectos tecnológicos estratégicos del país como el del reactor CAREM –25. Según expresó a Tiempo un físico del organismo, el recorte presupuestario no permitió ejecutar un proyecto de inversión pedido para mejorar el sistema informático y protegerlo frente a hackeos.

Los proyectos nucleares que se desfinanciaron

Por otra parte, el comunicado de Ate expresó la preocupación de lo los trabajadores que integran el sector nuclear por el desfinanciamiento de proyectos “que afectan la soberanía energética”. Entre ellos, enumeró al Proyecto Carem 25, la Planta Industrial de Agua Pesada (Neuquén), la continuidad de la nueva Planta de Uranio en Formosa, la reactivación de la extracción de Uranio en las minas de Sierra Pintada (Mendoza), la extensión de vida de la Central Nuclear Atucha I y la construcción de la Cuarta Central Nuclear.

Asimismo, manifestó que debe considerarse el ahogo presupuestario de las instituciones que integran el sector así como el ajuste salarial de sus trabajadores. “En más de 70 años de experiencia acumulada en sus trabajadores, hemos demostrado que manejamos la tecnología y tenemos capacidad técnica y científica reconocida internacionalmente. Es necesario ejercer la defensa del sector para avanzar en el camino de la soberanía energética y la autonomía tecnológica, garantizando el derecho al desarrollo y crecimiento tecnológico del país”, apuntó.

Entre los embates del gobierno dejan al sector en situación de vulnerabilidad, Ate mencionó los despidos en Dioxitek, la renuncia de trabajadores calificados en la CNEA por los bajos salarios, la falta de presupuesto para la puesta en marcha de la PIAP y la posibilidad de privatización de esta planta y de NA-SA. “Se repite una historia que ya se vivió en la década de los 90, durante el menemismo. Sabemos que recuperar estos organismos y sus funciones cuesta muchísimo tiempo, décadas, si es que puede recuperarse del todo”, subrayó el comunicado.

La fuga de divisas

El comunicado, además, resaltó que el gobierno nacional optó por fugar divisas al exterior en materia de insumos nucleares con la compra de Dióxido de Uranio a Kazajistán cuando “existen minas en explotación cerradas en San Rafael, una planta para procesarlo en Córdoba y otra a medio construir en Formosa. O comprar Agua Pesada a la India, teniendo la planta más grande del mundo en Neuquén, parada hace 7 años, que podría abastecer a nuestros reactores, además de exportar este insumo”.

El reclamo contra el ajuste del gobierno nacional.

Por eso, concluyó que en defensa de la soberanía energética y autonomía tecnológica “queremos desarrollar tecnología nuclear para ayudar a resolver las necesidades de nuestro pueblo y no para estar sometido a los capitales y los gobiernos como Estados Unidos”.