Son una veintena de colegios, en su mayoría de Recoleta o San Isidro, fundados por congregaciones religiosas o, más antiguamente, por docentes extranjeros que originalmente enseñaban idiomas a los hijos de las clases altas. Durante décadas nutrieron sus aulas con apellidos patricios. Algunos de estos coronan hoy los organigramas de ministerios y secretarías: Braun, Bullrich, Peña. Son las instituciones donde estudió la oligarquía, un vocablo controvertido pero que suena cada vez más preciso a la hora de definir la procedencia de muchos integrantes del actual gobierno. Un poco a regañadientes y en el último cuarto del siglo XX, ese exclusivo circuito educativo comenzó a aceptar nombres menos ilustres, nuevos ricos que aspiraban a participar de la elite vía alianzas matrimoniales o por la sola prepotencia del dinero, los hijos de la patria financiera, de la patria contratista. Macri, por ejemplo. Del centenario St. Andrews al menos egregio pero con cuotas igualmente onerosas Cardenal Newman, pasando por un selecto puñado de santos y santas del Barrio Norte, basta revisar las nóminas de ex alumnos de esos colegios para obtener un inventario casi completo del gabinete de Cambiemos. Una vez egresados, los nombres se repiten luego en los claustros de tres o cuatro universidades también confesionales, si no como estudiantes, como profesores.
Un estudio revelador de Victoria Gessaghi, investigadora del Conicet e integrante del Núcleo de Estudios sobre Elites y Desigualdades Educativas de Flacso, explica cómo funciona este entramado de espacios educativos que se han dado las clases acomodadas en la Argentina, como parte de un proceso de diferenciación social respecto del discurso igualitarista de la escuela pública, gratuita y laica. Y de qué manera permite a quienes pertenecen, tejer, desde la infancia, una red de sociabilización interpares que con el tiempo cimenta tramas más complejas de influencias, disponibilidad de recursos, acceso a posiciones de privilegio, negocios compartidos y, eventualmente, poder político.
Meritócratas, los miembros de la primera plana del actual gobierno tuvieron, podría decirse, la educación que pudieron pagar. Nada que reprocharles. En rigor, la inquietud pasa por otro lado, y se expresa en esta pregunta: ¿Cómo piensan la educación y el mundo, en general funcionarios que, a no ser en campaña o como parte ineludible de la gestión, jamás pisaron una escuela pública?
Mauricio Macri
El grupo de amigos que hoy gobierna el país proviene del Cardenal Newman, el colegio fundado por la congregación de los Christian Brothers, donde el presidente conoció a Nicolás Caputo, principal beneficiario de la obra pública PRO. La educación de Macri siguió en el ámbito privado y confesional: obtuvo su título de ingeniero en la Universidad Católica.
Marcos Peña Braun
Su primera escuela fue en Maryland (EE UU), donde residía su padre, funcionario del BID. Luego estudió en el colegio Champagnat, de los hermanos maristas, y luego en el San Tarcisio, fundado en Recoleta por la familia Braun. Poco frecuente entre los ministros, el Jefe de Gabinete se graduó en Ciencias Políticas en una universidad privada pero laica: la Torcuato Di Tella.
Rogelio Frigerio
Otro egresado del Cardenal Newman, aunque de una promoción varios años posterior a la de Macri. El ministro del Interior e graduó de licenciado en Economía en la universidad pública, en la UBA, pero como profesor trabajó en casas de altos estudios confesionales: dio clases en la UCA y dirigió un posgrado de Política de Negocios en la Universidad del Salvador.
Jorge Triaca (h)
Mientras su padre se convertía en el primer sindicalista aceptado como socio del Jockey Club, el ministro de Trabajo egresaba también del Newman. Del colegio de los Christian Brothers pasó a otra exclusiva institución de cuño religioso, la Universidad de San Andrés, donde se licenció en Economía. O sea, siempre en San Isidro, de La Horqueta a Punta Chica.
Carolina Stanley
Tenía diez años cuando las autoridades del St. Catherines Moorland School, el exclusivo colegio para señoritas de Belgrano al que la mandó su papá, ex presidente del Citibank, inauguraron la sede en Tortuguitas. Después estudio Derecho en la universidad pública. Muy pocos en el Gabinete exhiben con tanto orgullo su promedio final como la ministra de Desarrollo Social: 9,45.
Esteban Bullrich
El titular de la cartera educativa nacional se formó exclusivamente en establecimientos privados. Cursó primaria y secundaria en el St. Leonards College, un bilingüe de Vicente López, se recibió de licenciado en Sistemas en la Universidad CAECE e hizo un máster en Administración de Empresas en la Kellogg School of Management, en Chicago.
Luis Caputo
Otro Newman boy que pisa fuerte en el gobierno, primo hermano de Nicky. En el colegio conoció a otro ministro hoy desplazado, Alfonso Prat-Gay, con quien trabó gran amistad en el JP Morgan, al punto que luego organizaron juntos el pago a los fondos buitre. Como Frigerio, el ministro de Finanzas se graduó en la UBA pero enseñó Economía y Finanzas en la UCA.
Miguel Braun
Del kindergarten a los claustros, la trayectoria educativa del secretario de Comercio está íntimamente ligada a la acaso más exclusiva de las instituciones educativas cristianas del país: del St. Andrews Scots School, fundado por presbiterianos escoceses en 1838, pasó a la Universidad de San Andrés, donde se licenció en Economía. Coronó todo con un máster en Harvard.
Pablo Clusellas
El menos célebre pero acaso el más influyente de los fellows del Cardenal Newman, el secretario de Legal y Técnica es amigo de Macri desde los 6 años. También allí conocieron a José Torello, jefe de asesores del presidente y apoderado del PRO. Clusellas se recibió de abogado en la UBA y luego cursó un máster en la Universidad Metodista del Sur, en Dallas, Texas.
Ramón María Lanús
Menos conocido aún pero cada vez más poderoso, la educación del joven titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado repite el perfil educativo CEO de muchos de sus colegas en el gobierno. Tras recibirse de abogado en la Universidad Austral, se graduó de Magister en Políticas Públicas en la Georgetown University, en Washington.
Ricardo Buryaile
Orgulloso egresado del St. Georges College, el exclusivo colegio fundado en 1898 para la feligresía anglicana establecida en Quilmes, el ganadero formoseño que hoy es ministro de Agroindustria fue el último invitado de honor de la cena anual del Old Georgian Club, que funciona como una comunidad de ex alumnos. Egresó de la Universidad Católica Argentina como contador público.
Guillermo Dietrich
Es el integrante del gabinete que cursó estudios en las dos principales universidades confesionales del país. El ministro de Transporte se graduó en Economía en la UCA y obtuvo, como cuenta en su currículum, un MBA con Magna Cum Laude (es decir, un máster en Administración de Empresas con grandes alabanzas) en la Austral, la universidad fundada por el Opus Dei.
Esta nota forma parte de la cuarta edición de la Revista T. La podés conseguir en kioscos.