El grave retroceso que ha sufrido la salud de los argentinos en los últimos cuatro años obligará a tomar decisiones de fondo, y es ese el contexto que explica el regreso de Ginés González García, un funcionario con un fuerte perfil sanitarista, a una cartera que volverá a ser ministerio tras la degradación a la que lo sometió el macrismo. La crisis es autoinfligida: el presupuesto de salud, que en 2015 era el 2,3% del total nacional, se redujo en 2019 al 1,7 por ciento.
El diagnóstico es duro, y hay prioridades. La primera, garantizar el acceso de los sectores más vulnerables, incluidos los jubilados, a los medicamentos, cuyos precios se incrementaron largamente por encima de la inflación del ciclo Cambiemos (393% de mayo de 2015 a septiembre de 2019). Ginés fue quien creó el emblemático plan Remediar, que garantizaba el acceso a medicamentos ambulatorios para la población de bajos recursos sin cobertura de salud, y el Sumar, cuyo objetivo era brindar asistencia sanitaria a embarazadas, niños, adolescentes y adultos mayores. La idea es restablecer plenamente esos programas y la cobertura materno-infantil, que se complementaba con el plan Qunita, estigmatizado y disuelto por Cambiemos. Remediar fue reemplazado por la Cobertura Universal de Salud (CUS), que en concreto significó un recorte de la canasta de remedios que se envía a centros de salud y salitas de todo el país. Impulsor en la década pasada de la prescripción de genéricos, se descuenta que el ministro entrante fomentará la producción pública de medicamentos (incluido el cannabis medicinal).
Otra clave es que la salud vuelva al territorio, crucial para la prevención. En el desmantelamiento general del sistema, los programas de Atención Sanitaria en Territorio, que son la herramienta del Estado para ir en busca del ciudadano y velar por su salud, sufrieron los recortes más pronunciados.
La provisión de vacunas es una incógnita. Hubo faltantes durante cuatro años, se discontinuó la compra de dosis y el macrismo redujo un calendario de inmunizaciones cuyo nivel de cobertura había sido reconocido por la ONU. El retorno de enfermedades que se creían erradicadas, como el sarampión, da cuenta del actual retroceso en esa área.
Y será central reordenar las cadenas de pagos que se quebraron con el ciclo devaluatorio del último año, y que puso en riesgo la adquisición de insumos, los pagos de organismos oficiales a proveedores de salud y la cobertura efectiva de todo tipo de prestaciones médicas, desde los centros de diálisis hasta la atención de las personas con discapacidad (un sector particularmente castigado por Cambiemos, que dio de baja miles de pensiones no contributivas).
Ya se sabe cuál será la primera medida de González García: restablecer el protocolo de abortos no punibles que derogó un gobierno que en este momento no tiene ni siquiera un secretario de Salud. «