Marta Cohen ostenta algo que desearían miles de argentinas y argentinos: comparte un mismo galardón con los Beatles. En octubre del año pasado, la patóloga pediatra, graduada en la Universidad Nacional de La Plata y que vive hace años en Reino Unido, recibió la Orden del Imperio Británico por parte de Isabel II, en reconocimiento a su trabajo sobre la muerte súbita. Desde tierras inglesas, Marta se convirtió también en una aguda analista de la pandemia a través de sus redes (@drmartacohen), respondiendo consultas y explicando factores que en las islas pueden resultar anticipatorios de lo que suceda en la Argentina.
–¿Cómo está afectando la variante Delta al Reino Unido?
–Los casos están en aumento significativamente. Ya se duplican cada nueve días. La cepa Delta llegó en abril por un error del gobierno, que no puso a la India en los países en lista roja. La gente seguía viniendo, yendo a su casa. Y se superpuso otro error: no cargar los contactos de los positivos. Eso hizo que llegaran 500, otros dicen mil pasajeros de la India. Cuando se quisieron acordaron solo en dos ciudades ya había tres mil casos. Ahora estamos en 35.200 casos por día. Un 35% más que la semana pasada. Las muertes siguen bajas, pero van en aumento. El jueves estuvimos en 35, un 52% más que una semana atrás. Los pacientes admitidos en hospitales también subieron, un 51 por ciento. Ahora bien, no tenemos la situación que tuvo la India, donde hubo una explosión de casos y muertos por sobresaturación de terapias. Acá no sucedió eso. La diferencia son las vacunas: acá el 86,6% de la población adulta tiene una dosis, y el 65% ya recibió las dos. Delta obligó a modificar el plan y acelerar las segundas dosis. A principios de junio estábamos en 42% de esquemas completos. Y para septiembre ya se habla de la tercera dosis de refuerzo para mayores de 50 años, pero ya con vacunas que están siendo modificadas. La otra diferencia la hace la cantidad de testeos: el jueves, por ejemplo, hubo 1.237.000. Y mucho rastreo de los contactos. Hay una app que te dice si fuiste a un lugar donde hubo algún positivo, por ejemplo un restaurante. Te avisa: usted estuvo con un contacto estrecho, tiene que aislarse por 10 días. El problema que tenemos ahora es que se quiere abrir todo. Salió un artículo en The Lancet que explica por qué no está bien abrir todo. Los casos e internaciones están en aumento, y si se va a llegar a los 100 mil casos por día, como dice el primer ministro, no hay que olvidar que un 30% de los pacientes con Covid leve o pocos síntomas, pueden quedar con Covid prolongado por meses, con dolor de cabeza, cansancio, tos seca, dificultad respiratoria. Entonces, de 100 mil casos por día, unos 30 mil por día podrían quedar enfermos con Covid prolongado. Y están los que aún no se vacunaron. Eso generará además un efecto en los pacientes no Covid en lista de espera que el año pasado no se pudieron atender por otras afecciones, y que son 4,7 millones. La mortalidad de esos casos no Covid aumentó 50% el año pasado. Así que no veo un beneficio en abrir todo.
–¿Quiénes se están muriendo hoy por Covid?
–Un cuarto de la población adulta tiene las dos vacunas. Tres cuartos, una o ninguna. Todas las vacunas son más deficientes ante la cepa Delta. La de Oxford AstraZeneca baja de 76% para la variante anterior (la británica) a 67% con las dos dosis. De 100 personas vacunadas, habrá 33 vacunadas pero sin defensas. La mortalidad sigue siendo mayor en aquellos adultos mayores de 60 y las que tienen comorbilidades, pero ha bajado la edad de internación y también hay mucha gente joven que está falleciendo.
–¿Se avanza hacia una combinación de vacunas?
–Se sabe que las vacunas van a tener que combinarse. Cuando éramos chicos y teníamos sarampión o papera te dabas primera, segunda y tercera dosis sin importar cuál era el proveedor anterior, pero claro, fueron vacunas que tardaron diez o 15 años en hacerse, en este caso tardaron diez meses, son temporarias y de apuro. En febrero arrancaron aquí las pruebas. Y cuando Europa canceló la vacuna Oxford-AstraZeneca en marzo-abril debió dar una segunda dosis de otra vacuna que consideraron adecuada, eficiente y segura, y les dieron Pfizer, sin haber tiempo de probar. Eso me llama la atención de Argentina, que están probándolo cuando en realidad no hay tiempo de probar, hay que tomar decisión estratégica de cuál es la mejor combinación posible, y combinarlas. Gamaleya habló de la primera dosis de Oxford y la segunda del adenovirus 26 de la Sputnik. Lo más importante en Argentina hoy es el faltante de la segunda dosis de Sputnik. Por eso una manera eficiente de adaptarse es ver cuál es la mejor combinación. Y acelerar aún más el ritmo de vacunación, porque la situación lo demanda. Que sigan llegando más vacunas y solucionar el tema de los niños, que tienen que vacunarse, sobre todo quienes tienen factores de riesgo. Argentina ha vacunado mejor que otros países pero todavía hay espacio para mejorar.
–Usted marcó el error del gobierno británico de abrir las fronteras y el efecto posterior que tuvo la cepa Delta. ¿Qué opina de lo que sucede en nuestro país con esa discusión?
–Me parece bien que dada la magnitud de la tercera ola se haga una restricción, pero en lugar de decir “llegan 600 por día”, y dejar afuera gente entre los que hay aquellos que viajaron para trabajar, o médicos que fueron a congresos y que tienen pacientes que los necesitan, o gente que viajó por Salud, debería hacerse que cuando llegan el gobierno tenga contratados hoteles: acá llegan y no se van a sus casas porque no hacen la cuarentena. Llegan y se van a un hotel pagado por el pasajero, donde hay un cuarto familiar o individual, se tienen que hacer dos test que den negativo, pagado por el pasajero; pero ya están en Londres. Los suben en un bus y se quedan todo el día ahí en el hotel, controlados epidemiológicamente. Con eso la industria aérea sigue viajando, no dejás varados pasajeros, cuando se cumplen los 10 días de aislamiento ya están en el país y es seguro, y además le das trabajo a los hoteles que pueden lucrar con los pasajeros que llegan y deben pagar 10 días de hospedaje. Lo que no sirve es la cuarentena en casa, no se cumple.
–¿Cómo se encuentra la situación de las vacunas para la población infantil?
–La vacunación está aprobada, probablemente a los chicos con comorbilidades les den la vacuna, en Israel ya se da masivamente, aquí todavía no. Incluso se está pidiendo que las vacunas, en vez de dárselas a los chicos, que tienen una mortalidad de 0,17 cada 100 mil habitantes, se las den a los países que no tienen vacunas para los adultos. Porque son ellos quienes se enferman y mueren, y quienes enferman gravemente pueden dar lugar a nuevas variantes. Igualmente los chicos sí se están enfermando. En EE UU, el 51% de los nuevos casos de Delta son menores de 19 años, aunque se mueren muy pocos. Además, el 10% de los niños contagiados pueden tener síntomas de Covid prolongado. Y hay que ver todavía cuáles son las consecuencias a largo plazo de la pandemia en ellos. Aquí, de enero a marzo las escuelas estuvieron cerradas dos meses. Ahora todo es presencial, pero como con cada positivo se aísla a todo el grado, en estos momentos hay 450 mil chicos aislados.
–¿Qué enseñanza nos deja la pandemia?
–Las pandemias ocurren desde hace 10 mil años, desde que el hombre dejó de ser nómade para vivir en comunidades agrícolas, y pasan una o dos en cien años, esta es la que nos tocó a nosotros. La anterior fue la llamada “gripe española”, que fue muchísimo peor. Ese virus se identificó recién en 2005, acá en cinco semanas ya estaba identificado el genoma viral, en dos meses había test y comenzaban a desarrollarse las vacunas. Esto es la consecuencia de la convivencia con animales, los coronavirus son virus zoonóticos, que ya habían pasado otras epidemias anteriores como el Mers, pero como tenían alta mortalidad no se convirtieron en pandemia. No es inesperado, es lo que nos tocó a nuestra generación, y hacía 102 años que no pasaba una. La enseñanza es que sin dudas la virtualidad va a cambiar la modalidad en la que trabajamos, antes iba a reuniones a una hora de Sheffield, me perdía toda la mañana, ahora pierdo media hora en el Zoom. Lo que espero cuando termine la pandemia es que aprendamos que tenemos que invertir más en educación pública, salud pública y nuevas tecnologías. «
Convenio con Moderna
Se viene otra semana de novedades para el plan de vacunación gratuito, público y optativo. La Argentina ya supera las 28 millones de dosis recibidas, de las cuales aplicó 24,31 millones (19,33 millones de primera dosis), y con días de 394 mil aplicaciones, las tasas de vacunaciones diarias de las últimas dos semanas ubican al país al mismo nivel de Europa y Estados Unidos. El 60% de los mayores de 20 años ya inició su esquema de vacunación, y el 86% de mayores de 50 tiene al menos una dosis aplicada. De 45 a 49 años la cifra supera el 70%. Y sólo el 1,9% de quienes recibieron una dosis se enfermaron. Como un efecto concreto, bajaron las internaciones en UTI un 30%.
Sin embargo, con la cepa Delta empezando a llegar, es necesario acelerar segundas dosis, y pensar en las franjas aún no vacunadas. Una esencial es la de las niñas y niños. En ese marco, seguirán llegando en los próximos días nuevos vuelos con dosis de Sinopharm, que en China ya se aplican a menores. Serán 8 millones en julio, y la misma cifra en agosto y septiembre. Aquí arrancarán en adultos, pero en cuanto China informe los resultados en menores, la idea es comenzar aquí con la población pediátrica. Para eso también el gobierno lanzó el DNU que permite traer las vacunas estadounidenses. A la espera de Pfizer (es probable que se habilite la donación de unas 2,4 millones de dosis de la administración Biden), mañana se firmará el convenio con Moderna. La primera ya se aplica a niños, por ejemplo en Israel. La segunda está por tener la aprobación de la FDA. La estrategia se centrará en menores con factores de riesgo. Luego irían por franjas etarias descendientes. Con stock suficiente, el otro dilema es el de la segunda dosis de Sputnik V. Para completar esquemas de vacunados en marzo-abril llegará en estas horas un nuevo vuelo de Moscú. Y se espera que en menos de diez días el laboratorio Richmond tenga finalizada la producción de un millón de dosis 2, tras el envío de 560 litros del principio activo desde Rusia.