“La importancia de Por la tierra –dice María José Venancio, abogada del área Tierra, vivienda y justicia económica del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en referencia a la serie documental sobre el impacto del agronegocio en los derechos humanos en Argentina, Paraguay, Brasil y Bolivia estrenado el último jueves – es que pone sobre la mesa, no solo la responsabilidad de las empresas, sino también la ausencia de un marco normativo de rendición de cuentas. En nuestro país, no solo que no hay controles, por el contrario, el gobierno desregula por decreto el uso de drones para fumigar y reglamenta el RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones), que implica vía libre para más actividades extractivistas, es decir, más impacto en las comunidades y territorios”.

Por la tierra consta de cuatro capítulos dirigidos por la realizadora Irene Kuten, basados en una investigación realizada por el CELS, en conjunto con Terra de Direitos de Brasil, BASE-IS de Paraguay, la Fundación TIERRA de Bolivia, Misereor y ECCHR de Alemania.

Según la sinopsis de difusión, la serie narra, a partir de las voces propias de cada territorio, las afectaciones en salud, medio ambiente, vivienda y derecho a la tierra que genera el avance desmesurado del agronegocio. Muestra, también, los procesos de organización y resistencia que las comunidades llevan adelante para defenderse. 

“Las actividades de las empresas –insiste Venancio– violan los derechos humanos de las comunidades y lo pueden hacer porque no hay ningún tipo de control por parte de los Estados. Es importante visibilizar que no solo las empresas tienen responsabilidad en el impacto que sufren nuestras vidas”.

Reclamo ante Bayer

A fines de abril, representantes de las cuatro organizaciones civiles que trabajaron en la realización de Por la tierra viajaron hasta Alemania y presentaron, junto a las locales Misereor y ECCHR, una queja ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) contra el gigante Bayer para que rinda cuentas por los graves impactos en el ambiente y los Derechos Humanos que genera la agricultura industrial en Sudamérica. «El mundo tiene que saber lo que sufren los pueblos del Cono Sur por responsabilidad de las grandes agroquímicas», fue el mensaje consensuado por el contingente sudamericano.

Sabrina Ortiz, una de las damnificadas en la presentación del documental.
Foto: Gala Abramovich

“Presentamos una queja contra Bayer-Monsanto por el impacto de sus productos en los derechos humanos de las comunidades de la región. Por la tierra es la otra gran acción que hemos llevado a cabo para visibilizar las actividades de las empresas del agronegocio. La idea es que la serie documental circule por las comunidades afectadas, pero también en festivales internacionales y que sirva para tomar conciencia de lo que ocurre en nuestra región”, concluye Venancio.