El proceso de identificación de los soldados argentinos enterrados en el cementerio malvinense de Darwin, resultante del proyecto Plan Humanitario, acordado entre Argentina y el Reino Unido, continúa su marcha y avanza positivamente, con más de 90 identificaciones –serían 93 actualmente- sobre los 122 cuerpos que permanecían allí sin identidad confirmada.
Mientras tanto, un grupo de familiares de caídos en Malvinas que fueron identificados, que en marzo pasado viajaron a las islas, comenzaron a motorizar un reclamo hacia diferentes estamentos del Estado: piden disponer de las placas con la inscripción “Soldado Argentino sólo conocido por Dios”, las cuales fueron retiradas y reemplazadas por aquellas que llevan escrito el nombre correspondiente de cada soldado.
Estas familias, que se mueven de manera independiente de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, dicen ser al menos una treintena, provenientes de las provincias de Chaco y Buenos Aires, incluida la Ciudad de La Plata.
El reclamo
El 26 de junio pasado, Blasa Reyes Lobos, hermana del soldado bonaerense caído José Antonio Reyes Lobos, llevó personalmente a seis diferentes estamentos del Estado una carta, firmada junto a Norma Gómez, hermana del soldado chaqueño caído Eduardo Gómez. Ambos fueron identificados en el marco del proyecto Plan Humanitario.
“En virtud de dar a conocer nuestra extrema preocupación con las medidas adoptadas recientemente por la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, en lo que respecta a la distribución a modo discrecional de las antiguas placas del Cementerio Argentino de Darwin que rezan la frase `Soldado Argentino solo conocido por Dios` es que solicitamos a usted tenga a bien concedernos una audiencia y arbitre los medios necesarios para cesar con esta medida que ya ha tomado estado público (…) Es sabido que al día de hoy se han distribuido nueve placas de las noventa y dos que fueron reemplazadas”, acusaron los familiares en la nota, que fue distribuida a seis estamentos del Estado: Secretaría de Derechos Humanos, Ministerio de Justicia, Comisión Nacional de Lugares Históricos, Dirección de Museos Nacionales, Ministerio de Cultura y Secretaría de Patrimonio Cultural.
“Por más de 36 años nuestros caídos fueron privados de su identidad, hemos sido privados de honrar a nuestros muertos con su nombre y apellido, gracias a su gestión y a la existencia de una política de Estado en lo referido a este tema hemos podido identificar a nuestros muertos; pero ahora nos están privando del derecho de decidir sobre el destino final de aquellas placas que durante todos estos años acompañaron sus tumbas”, plantearon en el escrito.
Por ahora, el Gran Bonete
Por el momento, el Estado no brinda respuestas concretas e intenta que estos familiares diriman esta cuestión con la Comisión de Familiares Caídos en Malvinas. Tras una reunión con funcionarios de la Comisión Nacional de Lugares Históricos -estamento hacia donde fueron derivados tras acudir primero a la Secretaría de Derechos Humanos- Blasa Reyes Lobos contó a este medio: «Estamos pidiendo que se detenga la entrega de placas, que se consulte a (todos) los familiares a ver qué quieren hacer, ya que cada familia es dueña de su placa», remarcó. «Nos parece que el Estado tiene que mediar y decir, pongamos los límites, busquemos la forma. Hoy lo que nos dice el Estado es `arreglense entre ustedes porque las placas son de ustedes».
Por su parte, Norma Gómez reafirma: «Queremos que nos entreguen las placas que dicen Soldado Argentino sólo conocido por Dios. Eso nos corresponde a cada familia».
Según supo este medio, se gestionan nuevas reuniones entre estos familiares y representantes estatales. De no mediar una solución, los funcionarios también les sugirieron recurrir a un amparo judicial.