El Presidente mexicano subrayó las palabras del jurado, que otorgó el premio es por la trayectoria de la escritora argentina y entre los considerandos se destaca “la agudeza de su obra y genio narrativo”. Recibieron en otras ocasiones el Carlos Fuentes, que tiene una dotación económica de 125 mil dólares, el peruano Mario Vargas Llosa y el español Juan Goytisolo.
«El premio significó para mi una enorme emoción, alegría y bastante sorpresa. Una vaga idea tenia de que ciertas instituciones me habían postulado, pero de ahí a ganarlo… fue como un regalo maravilloso de dos de mis pasiones: México, país que amo, y Fuentes cuya obra trabajé a fondo sobre todo para escribir el libro Cortázar/Fuentes, entrecruzamientos», dijo.
-Paradójicamente usted fue amiga de Carlos Fuentes.
-Lo de paradójicamente no lo entiendo, a menos que pienses en el viejo chiste: “ cómo va a ser buena poeta si vive en la casa de al lado!”. Con Carlos Fuentes nunca fuimos amigos en el sentido profundo de la palabra, aunque llegamos a conocernos bastante. Yo lo admiraba en serio y él más de una vez expresó aprecio por mi escritura y me invitó a formar del consejo consultivo de la Cátedra Alfonso Reyes que creó en el Tecnológico de Monterrey.
-A pesar de este reconocimiento internacional ¿usted piensa que en su propio país le hacen la misma valoración?
-Puede ser que a mis compatriotas les resulte algo incómoda, quizá por iconoclasta, o por mujer. No soy yo quien debe juzgarlo. Pero si la noticia en casa tuvo poca repercusión comparada con la que tuvo en México y otros países, debe ser que a pesar de ser un muy importante premio internacional, es un premio poco conocido aún por estas latitudes.
-¿Qué opina de las políticas culturales del gobierno de Macri?
-Tuve el orgullo de ser presidenta del Centro Pen Argentina en ese período, y en tanto observatorio por la libertad de expresión pude enfrentarme con esas “políticas culturales”, luchando por ejemplo por la reincorporación de muchos de los 240 despedidos de la Biblioteca Nacional, o por la distribución en las provincias de colecciones de libros gratuitos arrumbados en los depósitos del Ministerio de Educación porque llevaban la nómina del gobierno anterior, o protestar por los despidos masivos en Telam…
-¿Cuáles cree que deberían ser las prioridades culturales del gobierno de Alberto Fernández?
-Creo que la tienen clara, son quienes más apoyaron la cultura en nuestro país. Sus prioridades y fueron devolverle a la Secretaría de Cultura su status de Ministerio con todo lo que eso significa, como recuperar el genial Plan de Lectura, crear el Instituto del Libro propuesto por Daniel Filmus, devolverle a la educación gratuita y laica su antigua excelencia. Temas que se irán tratando a medida que se vayan reponiendo las arcas, pero siempre conscientes de que la cultura no puede ser rehén de la economía.
-¿Los escritores deben de implicarse en la política activa?
-Creo que escritoras y escritores no tienen deber alguno más allá de la sinceridad en su escritura. Pero quienes sientan la vocación o necesidad están en su derecho de implicarse y escribir columnas, ensayos, artículos periodísticos y panfletos, siempre y cuando -es mi lema- no fuercen o distorsionen su obra creativo.
-¿Aceptaría algún cargo en el exterior para fomentar nuestra cultura?
-Decididamente no. No porque esté en contra de la idea, al contrario; pero si elijo la escritura por encima de todo es porque necesito trabajar en soledad. Desde mi punto de vista, sería bueno tener en la Argentina un equivalente a la Casa de las Américas cubana, que englobe y difunda la literatura de toda la América Latina y de España. Estamos demasiado compartimentados por los grandes consorcios editoriales que sólo piensan en las ventas.