«Reestructurar», «optimizar», «hacer más eficiente», suelen ser eufemismos para el ajuste y el achique del sistema público. Puede dar fe el Ministerio de Salud de la Nación, donde acaban de oficializar un nuevo organigrama que elimina la Secretaría de Calidad de Salud, clave para el control y la investigación de los desarrollos sanitarios y farmacológicos, y la atención a pacientes. El área implicaba el trabajo con amplios sectores de la salud, desde discapacidad y laboratorios públicos hasta residencias, cannabis y hospitales federales.
La «reestructuración» del Estado Nacional dio un nuevo paso con la fusión de áreas por parte del ministro Mario Lugones, que proviene del sector privado de la salud, justamente el que suele renegar de los «controles» y la presencia del Estado.
La medida fue publicada en el Boletín Oficial del decreto 1058/2024. El organigrama estipula a la Unidad Gabinete de Asesores, de la que dependen las secretarías de Gestión Administrativa, de Gestión Sanitaria y de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación. De esta manera, se elimina la Secretaría de Calidad de Salud, que más allá de contar con 453 millones de pesos de presupuesto para 2024, no tenía un funcionario designado a su cargo.
Los cambios de Lugones
Dentro de la cartera de Gestión Sanitaria funcionarán las subsecretarías de Planificación y Programación sanitaria; de Relaciones Sectoriales y Articulación; de Institutos y Fiscalización; y de Vigilancia Epidemiológica, Información y Estadísticas de Salud.
La Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación tendrá a su cargo las subsecretarías de Atención y Acompañamiento en Materia de Drogas y de Prevención, Investigación y Estadísticas en Materia de Drogas.
También están los organismos descentralizados: la Superintendencia de Servicios de Salud, el Instituto Malbrán, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
Los hospitales nacionales, como el Posadas, el Ramón Carrillo y el Laura Bonaparte, estarán a cargo de la Subsecretaría de Institutos y Fiscalización.
En los considerandos, el Ejecutivo sostiene que “con el objeto de optimizar la gestión de las competencias asignadas al Ministerio de Salud, resulta necesario proceder a la adecuación del Organigrama de Aplicación, los objetivos y el ámbito jurisdiccional de actuación de organismos desconcentrados y descentralizados del referido Ministerio”.
Menos Calidad en la Salud
De acuerdo a la información oficial, la Secretaría de Calidad de Salud tiene como objetivos: garantizar la calidad y la seguridad de los establecimientos y los servicios provistos por el sistema de salud entre los niveles de gobierno y los subsistemas de salud público, privado, de obras sociales y otros financiadores; articular con las jurisdicciones provinciales y con CABA políticas que fortalezcan la atención personalizada, gratuita y oportuna; el registro, la elaboración y la sistematización de normativa orientada a la eficacia, efectividad, eficiencia y calidad de los establecimientos, servicios de salud y hospitales públicos de gestión descentralizada.
También la normatización, coordinación y fiscalización de las acciones relacionadas con la sanidad en el área de frontera y las terminales de transporte; coordinar y supervisar la elaboración de las normas y políticas vinculadas con la discapacidad y la rehabilitación integral; la ejecución de políticas e implementación de medidas vinculadas al Sistema Nacional de Sangre.
Continúa con el diseño de estrategias y políticas en materia de salud mental en el ámbito de su competencia; la organización, administración y fijación de prioridades e incentivos del sistema nacional de residencias y la mejora continua de la carrera profesional; la planificación y articulación de acciones de formación y acreditación en enfermería y del personal sanitario, con especializaciones y posgrados; la modernización de los sistemas de contratación de recursos humanos en salud; y la incorporación masiva de tecnologías.
Además mencionaban otras metas, como el desarrollo de políticas de reducción de la morbimortalidad por factores de origen laboral; el control tutelar del Incucai y del Instituto Nacional del Cáncer (INC); asesorar al Ministro en el control tutelar de la ANMAT y la Administración de Laboratorios Públicos, éste último es uno de los puntos claves, porque colisiona con el ímpetu privatista del nuevo ministro que viene del mundo de las prepagas, cercano a los laboratorios privados.
Por último se destaca la planificación y coordinación de respuestas ante emergencias y desastres sanitarios; y el desarrollo de estudios e investigaciones sobre el uso medicinal de la planta de “cannabis”, sus derivados y tratamientos no convencionales.
Todo eso, entre otros puntos (son 26 ítems estipulados cuando se creó la Secretaría), se perderá en la nebulosa del Ministerio ante el fin de la Secretaría, de la mano de políticas deliberadas de desfinanciamiento, como el cannabis o las residencias.
Este año, de acuerdo a los datos del Presupuesto Abierto, los programas de Calidad de Salud llevan ejecutados 378,1 millones sobre los 453,5 millones pautados para este año. Esto significa que en la práctica el recorte ya se está efectuando, porque en 2023 su presupuesto fue de 428 millones. Es decir, en un año, con la inflación interanual de casi el 200%, apenas aumentaron los fondos un 5%, y ni siquiera lo ejecutaron todo.