A pesar de haber ajustado casi un 40% lo destinado a Ciencia y Tecnología en sus cuatro años de gobierno, ahora el bloque de Juntos por el Cambio propone que el presupuesto científico llegue al 3% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2035, en consonancia con un proyecto del entonces senador Omar Perotti, que perdió estado parlamentario en 2019. ¿Quién lo «cajoneó» en ese momento? El macrismo.
Al llegar Mauricio Macri al gobierno nacional en 2015, la inversión pública en Ciencia era el 0,35% del PBI, casi el doble del 0,18% registrado en 2004. Sin embargo, ya en 2016 cayó a 0,33 y continuó el descenso hasta el 0,22% de 2019, el número más bajo de los últimos quince años.
En términos reales, en relación al presupuesto total del país cada año, la caída de lo invertido en ciencia fue del 38%, lo que incluyó numerosos reclamos de miles de investigadores del Conicet por haber quedado afuera de los listados de ingresos al organismo, de universidades que denunciaban «asfixia financiera», y de provincias a las que les desmantelaron programas; además de la devaluación que generó imposibilidad de importación de insumos y equipamientos, y recortes en organismos centrales como el INTI y el INTA.
Esto no se vio reflejado en los discursos de los gobernantes. El propio Mauricio Macri aseguró en la última campaña: «Los argentinos tenemos razones para estar orgullosos de nuestra ciencia, tenemos una historia que nos ha dado científicos e investigadores reconocidos mundialmente y también tenemos, gracias a una de las mejores políticas de este gobierno, una comunidad científico–tecnológica en marcha».
El reciente proyecto del macrismo, presentado por el diputado nacional, y presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, José Luis Riccardo (UCR-JxC), quien semanas atrás manifestó que el radicalismo «no tuvo la voluntad de desfinanciar el sistema científico», busca fijar por ley el aumento presupuestario progresivo para el sector. En su artículo 3° enfatiza que «la función ciencia y técnica nunca será, en términos nominales, menor a la del año anterior», algo incumplido por la gestión de Cambiemos.
En los fundamentos de la iniciativa, Riccardo retoma gran parte de la llamada «Ley Perotti», que pautaba un aumento escalonado de la inversión en ciencia y tecnología, para llevarla hasta el 3% del PBI dentro de una década. Un elemento que toma es el incentivo a la participación privada en la inversión de ciencia y técnica a nivel nacional.
Lo paradójico es, como apunta el sitio Periferia Ciencia, que el proyecto del actual gobernador de Santa Fe perdió estado parlamentario en diciembre de 2019, tras ser frenado dos años en la comisión de Hacienda de Diputados, presidida en ese entonces por Luciano Laspina (PRO–JxC, hoy integrante de la Comisión de Ciencia), cuando ya había obtenido media sanción en el Senado en 2017. Incluso en los fundamentos se menciona que los recursos de Ciencia y Tecnología, ligados a proyectos, infraestructura y salarios, cayeron más del 42% en estos años, lo que significa un derrumbe acumulado de 50 mil millones de pesos durante los cuatro años de la gestión de Macri. A modo comparativo, Brasil le destina a ciencia un 1,26% de su PBI.
El proyecto de Juntos por el Cambio se presentó días después de que se conociera uno del oficialismo que apunta al «Financiamiento Progresivo y Federal de la Ciencia y la Tecnología», presentado por la diputada y vicepresidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la cámara baja, Claudia Bernazza, para incrementar el presupuesto de la finalidad Ciencia y Técnica hasta el 1% del Producto Bruto Interno en 2030, focalizado esencialmente en la inversión pública.
En su exposición reciente ante la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la Nación, el ministro del área, Roberto Salvarezza, destacó ejes centrales con los que su gestión buscará avanzar en el Congreso: una Ley de Financiamiento del Sistema Científico Tecnológico para lograr «una previsibilidad» del sistema científico; un régimen previsional de becarios del CONICET y de derechos laborales, el tratamiento de un régimen previsional para el personal científico técnico de apoyo a la investigación y desarrollo, y el avance con modificaciones sobre la Ley de Ciencia. En ese sentido, subrayó «la importancia de la federalización, y el establecimiento de mecanismos de inversión».
El titular de la cartera científica aseguró que los recursos que se destinaron a los nuevos proyectos para hacer frente al coronavirus «no fueron retirados de otros que estaban ejecutándose», sino que «sorpresivamente nos encontramos con que, de la gestión anterior, había fondos de fuente de financiamiento internacional, como del Banco Interamericano de Desarrollo, que estaban disponibles y no habían sido utilizados». También destacó los recursos que el Estado Nacional transfirió mediante diferentes vías, como por ejemplo los fondos reservados de la AFI.