“El derecho a la verdad conlleva un deber de memoria por parte del Estado”. La frase, extraída de la Resolución 2005/66 de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, es el objetivo con el que los hermanos Carlos y Alejandro Iaccarino declararán este martes 6 de septiembre en el juicio de lesa humanidad conocido como “Brigadas de Banfield, Quilmes y Lanús (El Infierno)” ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de La Plata. Los empresarios que, junto a su fallecido hermano Rodolfo, fueron secuestrados en la dictadura cívico militar, torturados, mantenidos en cautiverio y desapoderados de todos sus bienes, expondrán su paso por la Brigada de Investigaciones de la Policía Bonaerense de Lanús, que funcionaba en Avellaneda, conocida como “El Infierno” y que hoy se encuentra reconvertida en espacio de memoria.
A partir de las 8, Alejandro y Carlos Iaccarino recuperarán de su memoria el relato de los padecimientos que comenzaron en mayo de 1977, cuando fueron secuestrados por patotas de la dictadura cívico militar. Los empresarios platenses explicarán a los jueces del TOF1 Ricardo Basílico, Esteban Rodríguez Eggers, Walter Venditti y Fernando Canero, tanto los padecimientos físicos como las maniobras para la quita de sus bienes: dedicados a la producción láctea con asiento principal en Santiago del Estero, tenían entre otras cosas, 25.000 hectáreas de campo, 16.000 cabezas de ganado, un avión y una limusina. Todo les fue quitado.
En una entrevista con Tiempo Argentino, a propósito de su declaración en el juicio, Alejandro Iaccarino remarcó que el desapoderamiento de sus bienes ocurrió “en el despacho del Subcomisario Rómulo Ferranti, donde la escribana Lía Cuartás de Camaño, vino junto con el esposo para hacernos firmar el poder para poner todo a nombre de nuestro padre”, explicó.
-Todo ocurrió dentro del centro clandestino…
-Si, pero también ocurre una cosa clave, que es que Carlos le dice a esta mujer: “¿usted tiene inconveniente en poner el lugar donde nos encontramos?”. Era imposible que nos dijeran que sí porque el lugar donde nos encontrábamos era un centro clandestino, donde nos estaban torturando, en una inseguridad total en la que hacías todo lo que te decían. Pero la mujer miró a Ferranti, que le hizo que si con la cabeza, y entonces ella pone que nos encontrábamos en la Brigada de Lanús, en la calle 12 de octubre en Avellaneda. Eso vuelve nulo de nulidad absoluta todo lo que hace mi padre, que lo llevan a Santiago del Estero para firmar el desapoderamiento de todos los bienes que teníamos, las estancias, los campos, las cabezas de ganado, todo.
Los hermanos Iaccarino ya declararon en una decena de oportunidades. “Somos el primer grupo económico secuestrado en Argentina, que además estuvimos a merced de dos cuerpos del Ejército: el 1º Cuerpo porque nos secuestraron en La Plata y Capital y el 3º Cuerpo, que dependía de (Benjamín) Menéndez, porque nuestra actividad económica era en Santiago del Estero”, detalló Alejandro.
El sobreviviente explicó que su testimonio apuntará a reconstruir todo lo que padecieron. “La fuerza es el poder moral y los principios éticos que llevamos durante toda la vida. Porque a nosotros no solamente nos quitaron todo, sino que destrozaron nuestros cuerpos”, explicó.
Y aseguró que su exposición estará centrada en explicar la “ponerología, que es la ciencia del mal”, aseguró. “Esto se preparaba en Centroamérica, en Panamá, en la Escuela de las Américas, en la cual preparaban a los torturadores. Nosotros los tres hermanos cuando salimos de la cárcel, los tres teníamos diabetes porque nos quemaron con la picana en la parte del páncreas, que es donde se produce la insulina. Y ahí es donde corre peligro tu vida”, detalló.
Asimismo, recordó que su hermano Rodolfo falleció en 2009 por causa de otro padecimiento producido en el cautiverio. El hombre falleció de un infarto luego de que una persona lo amenazara cuando salía del Asilo Marín de La Plata, institución católica para el cuidado de personas mayores con el que colaboraba. “El tipo le dijo: ‘dígale a sus hermanos que se dejen de joder, si ustedes continúan dando declaraciones el caso López (Ndr: por Julio López, el testigo desaparecido luego de declarar contra Etchecolatz en 2006) al lado del caso Iaccarino va a ser un poroto, porque él era uno solo y ustedes son tres”, recordó Alejandro. Y remarcó que su hermano acarreaba una “angina de pecho” producida por los golpes durante su secuestro.
Carlos y Alejandro Iaccarino darán testimonio a los jueces de los padecimientos físicos que les produjo la tortura en los “9 centros clandestinos” por los que pasaron -entre ellas la de la asfixia que sufrieron durante las sesiones de tortura-, el robo de sus bienes, e incluso las torturas a su madre, detenida en una celda ínfima en la comisaría 21 de Capital Federal.
Ellos, como muchos testigos del Juicio por las Brigadas, están siendo asistidos por el Equipo de Acompañamiento de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. En su declaración testimonial, que podrá seguirse por el canal de Youtube de La Retaguardia (https://www.youtube.com/user/laretaguardia), revivirán esos días traumáticos con la esperanza de aportar a la verdad y la memoria, y obtener justicia.
“La expectativa que tenemos con el juicio es que si realmente existe justicia, tiene que haber un reconocimiento a todo lo que nos hicieron, a todo lo que fue la tortura en nueve centros clandestinos donde destrozaron nuestros cuerpos y nos robaron todo”, cerró Iaccarino.
En el juicio que sustancia el TOF1 de La Plata se juzgan delitos perpetrados en las Brigadas de la policía bonaerense de Banfield, de Quilmes y de Lanús, conocida como “El Infierno”. Es el resultado de la unificación de tres causas y tiene 15 imputados y con apenas uno de ellos en la cárcel, Jorge Di Pasquale. Inicialmente eran 18 los imputados, pero desde el inicio del juicio, el 27 de octubre de 2020, fallecieron tres: Miguel Angel Ferreyro, Emilio Alberto Herrero Anzorena y Miguel Osvaldo Etchecolatz, símbolo de la represión en La Plata y en la provincia de Buenos Aires.
Por esos tres CCD pasaron 442 víctimas tras el golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976, aunque algunas de ellas estuvieron secuestradas en la Brigada de Quilmes antes del golpe. El debate tiene más de 450 testigos.