La reforma previsional que impulsa el gobierno nacional afecta no sólo los ingresos de los beneficiados y el mínimo de la edad jubilatoria: también «ataca a la jubilación docente». Así lo denunciaron gremios como la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), que hoy se declararon en estado de alerta y movilización.
La señal salió publicada días atrás en el diario Clarín: La gran batalla que en el Gobierno se preparan para entablar es la que involucra a los docentes. Es el sector con jubilaciones especiales que mayor desembolso le significa al Estado. También involucra las jubilaciones con regímenes especiales de los científicos. Si bien no es similar la modalidad en todas las provincias, el Ejecutivo apunta a que se jubilan con menos edad, y por ende, con una cifra menor a 30 años de aportes, a pesar de que aportan mensualmente al sistema previsional un 5% mayor a la media del sistema.
De acuerdo al Decreto 137, del 2005, al docente se le descuenta un porcentaje superior y se jubila con el 82% del salario bruto remunerativo al momento en que deja de trabajar, por lo que no es el 82% móvil. Y es sobre el salario bruto, que no incluye algunos ingresos no remunerativos. Se trata de una jubilación con régimen especial, no se considera «de privilegio».
Una de las búsquedas en ese momento era evitar que los docentes estuviesen ejerciendo hasta tanta edad, no sólo para facilitar el recambio con el ingreso de las primeras generaciones, sino también por los problemas que generan en el estado de salud del maestro, especialmente los problemas psíquicos, que afectan al 35% de los docentes. Sobre todo el llamado «síndrome de cabeza quemada.
Según subrayó UTE, tras un encuentro de docentes jubilados, «esta reforma destruirá la movilidad de los haberes al disociarlos de los aumentos percibidos por los activos. Esto, sumado a la drástica rebaja de la tasa de sustitución, es decir, que el primer sueldo de jubilado dejará de ser el 82%, generará un aumento de hecho de la edad jubilatoria».
Los maestros sostienen que, de prosperar esta reforma, que tiene la venia de los gobernadores, «jubilarse será equivalente a caer en la miseria como en los años noventa, cuando los docentes continuaban trabajando hasta los 70 o 75 años. No sólo se verán perjudicados los futuros jubilados, sino también los trabajadores en actividad». Acotan: «Los jóvenes, al no producirse vacantes por jubilación, no podrán acceder a su primer cargo como suplentes o interinos, y los docentes de edad intermedia no podrán titularizar ni ascender a cargos de conducción. La reforma afecta a todo el sistema educativo».