El custodio y el empleado del hipermercado COTO del barrio porteño de San Telmo que estaban detenidos por la muerte de un hombre que hace 11 días robó una botella de aceite, un queso y dos chocolatines fueron liberados este martes luego de que la justicia sobreseyó al primero y procesó al segundo por «homicidio preterintencional», un delito excarcelable, informaron fuentes de la investigación.
«Nunca quise ese desenlace. No soy un asesino. Soy un simple trabajador», sostuvo, entre lágrimas, el vigilador Gabriel Alejandro de la Rosa (27) luego de recuperar la libertad.
Según las fuentes, el juez en lo Criminal y Correccional 33, Darío Bonanno, resolvió sobreseer a De la Rosa al tiempo que dictó el procesamiento sin prisión preventiva del empleado Ramón Serafín Chávez por «homicidio preterintencional» y dispuso también su inmediata libertad.
A su vez, el magistrado ordenó el embargo de 800 mil pesos sobre los bienes y/o dinero de Chávez, según consta en la parte resolutiva del fallo.
Paralelamente, se conoció en las últimas horas un video de una cámara de seguridad que registró la secuencia en que De la Rosa y Chávez abordaron a la víctima, Vicente Luis Ferrer (68), cuando salía del supermercado en el que los primeros dos trabajaban.
«Lo veo salir con chocolates y queso por la salida sin compra, no abonando la mercadería y escondida entre sus ropas. Le digo ‘por favor, no se retire’, pero sigue su marcha. Me dice: ‘¿Qué es lo que querés?. ‘Usted se está llevando mercadería sin abonar, no se retire’, le respondo. ‘No, dejame’, dice él. Entonces lo agarro del brazo. ‘Soltame’, me dice», relató el custodio a TN.
De acuerdo a De la Rosa, en ese momento llegó Chávez, su «jefe de operaciones», quien «lo retiene» a Ferrer y le dice a él que fuera a buscar a la Policía.
«Me sorprendió verlo en el piso cuando volví. No sabía lo que había pasado», indicó De la Rosa, quien confirmó que «lo que pasó es lo que se ve en el video».
«Estábamos presentes cuando se lo lleva el SAME y después nos dicen que había muerto de un infarto en el hospital», continuó el vigilador sobre el momento en que se enteró de la muerte del jubilado, tras lo cual, él y Chávez quedaron detenidos.
De la Rosa aclaró también que no conocía a la víctima ya que era «nuevo en esa sucursal» a la que había ido a suplantar a un «compañero que se sentía mal».
«Yo no tenía culpa de nada. Peor, obviamente lamento todo lo que pasó», sostuvo el vigilador, quien dijo sentir «satisfacción porque Dios hizo justicia».
Esta versión coincide con la que De la Rosa ya había brindado en su indagatoria ante el juez Bonanno, quien finalmente consideró que Chávez tuvo un «accionar desproporcionado» pero sin el «objetivo final» de causar la muerte o, al menos, de habérsela representado.
Por otra parte, el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño ayer dio de baja la habilitación del custodio, quien estaba inscripto como vigilador para la Cooperativa de Trabajo de Seguridad y Vigilancia Dogo Argentino LTDA.
Al mismo tiempo, se envió un pedido de informe urgente al director de dicha cooperativa para que en un plazo de 24 horas, una vez recibida la solicitud, brinde detalles sobre todo lo ocurrido el 16 de agosto pasado en el Coto de San Telmo, ubicado en Brasil al 500.
Al respecto, la fiscal de la causa, Marcela Sánchez, había informado a través del sitio fiscales.gob.ar que en el expediente declaró un testigo que vio cuando los sospechosos «zamarreaban» a Ferrer, pero no que le hubieran pegado.
Voceros judiciales indicaron a Télam que se trata de la empleada de una panadería que vio como Ferrer arrojó la botella de vidrio de aceite cuando fue increpado.
Según la autopsia, el jubilado murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral.