Cuando la pandemia y la cuarentena recién comenzaban en el país, uno de los primeros focos de preocupación se desató en los barrios vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires, donde comenzaba a crecer el número de contagios. Los operativos de rastreo, testeo y aislamiento se pusieron en marcha para intentar frenar el desastre. En ese marco, en la Villa 20 las organizaciones acordaron con el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) la contratación de personal entre sus integrantes, para que vecinos y vecinas (sobre todo, vecinas) obtuvieran un ingreso poniéndole el cuerpo a la pandemia. Así lo hicieron desde entonces. Pero, este mes, comenzaron a recibir notificaciones avisando que prescindirían de sus servicios. En plena crisis económica y con la segunda ola de coronavirus amenazante, quedaron sin trabajo.
“En diciembre empezaron a despedir. A decir que no renovaban contratos. Pero el IVC incorporó gente nueva, gente de ellos. Siempre pasa esto con este gobierno. Ahora anunciaron despidos de más compañeras. Ya están sacando de a poco a todos los contratados”, contó Mabel, referente de la CTA e integrante de la Mesa Activa de la Villa 20, en diálogo con Tiempo Argentino. El reclamo puntual es por la “reincorporación ya de todes les despedides” y también por la “continuidad plena de los proyectos de reurbanización; no a la baja de los salarios e investigación de las irregularidades” (en la entrega de viviendas). Todo en el marco de un reclamo general para decirle “no al recorte presupuestario en el IVC”.
“Ellos dicen que el despido de las compañeras es por negligencia laboral. Pero ni faltaron un día. No podés echar a una persona cuando te bancó toda la pandemia con el riesgo de contagiarse. La piba que representaba a CTA tenía a su marido en alto riesgo y por la necesidad de unos pesos hizo el trabajo, cuidándose mucho. Trabajaban sábado y domingo, nunca dejaron su puesto”, afirma Mabel, y agrega que entre las despedidas hay una embarazada que no tiene otros ingresos.
Todas cumplían tareas en el centro de salud del barrio, Cecilia Grierson, en contacto con quienes llegaban a realizarse testeos y aislarse a esperar resultados. “Tenían que derivarlos a los hoteles o lugares de aislamiento, darles comida, darles contención. Después las pasaron a parte administrativa cuando fue bajando esto”.
Ante la consulta de este diario, desde el IVC respondieron que “al iniciar la pandemia, se acordó contratar de forma individual y temporal a un grupo de personas del Barrio 20 para hacer tareas referidas directamente con los operativos llevados adelante por la emergencia sanitaria. Se realizaron contrataciones por un periodo inicial de cuatro meses y luego se extendieron a seis. A partir del mes de noviembre concluyeron algunas de estas contrataciones, y ante la disminución del número de casos de coronavirus en los barrios populares, se requirió menos personal para trabajar en los operativos». Negaron, además, que haya habido nuevas contrataciones en reemplazo de las no renovadas.
Las organizaciones de Villa 20 elevaron sus reclamos y, si no reciben respuestas esta semana, la que viene planean un acampe frente al Elefante Blanco, sede del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad: “Haremos el año nuevo ahí si hace falta. Es nuestra responsabilidad como referentas”.
A través de la cuenta de Twitter @IvcTrabajadores también difundieron su reclamo. Allí denunciaron que “el IVC comunicó las medidas a 10 días hábiles de la finalización de los contratos, en un contexto de crisis socioeconómica y sanitaria. Muchas de las personas despedidas tienen niñxs a cargo, problemas de salud, años de antigüedad en el Gobierno de la Ciudad”. Y cuestionaron que “las bajas contractuales se comunicaron de forma individual y discrecional. Intentan individualizar y desarticular los pedidos”. Por último, exigieron “el reconocimiento del trabajo realizado en pandemia como trabajadores esenciales, en exposición a riesgos para nuestra salud física y emocional”.