Las seis militantes femeninas detenidas durante la madrugada declararon este mediodía en la sede de la fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas (PCyF) N°20 luego de la vigilia convocada por agrupaciones feministas y del colectivo #NiunaMenos, en repudio al desmesurado operativo policial.
De acuerdo a las fuentes, las mujeres fueron detenidas en la esquina de Guardia Vieja y Gascón, en el barrio de Almagro, acusadas de «hacer pintadas» alusivas al paro de mujeres y debieron pasar la noche en la comisaría 9ª por el delito de «daños».
A las chicas las persiguieron, rodearon y cercaron personas que no eran policías, a las mismas mujeres que mañana quieren reclamar no a la violencia. El operativo fue totalmente desmesurado para un grupo de chicas que carecían de armas, herramientas, aerosoles, se quejó Marta Dillon, periodista e integrante de #NiunaMenos.
Las mujeres empezaron a declarar alrededor de las 13 en el sexto piso del edificio ubicado en Mitre al 1700 mientras en la vereda esperaban agrupaciones políticas y feministas. Luego de la audiencia con el fiscal Juan Ernesto Rozas, el grupo recuperó la libertad, aunque todas siguen imputadas por el delito de «daños».
«No había personal femenino para el traslado. Por otra parte nos preguntamos qué pasa con la policía y la justicia que actúan inmediatamente cuando se trata de perseguirnos, ahora cuando llamamos o nos acercamos para denunciar violencia no tenemos respuesta», denunció Florencia Alcaraz, también integrante de Ni Una Menos.
La periodista contó que «a la 1.30 nos llaman unas compañeras para decirnos que las estaba demorando la policía en Guardia Vieja y Gascón. Cuando llegamos había al menos 10 policías, una sola era mujer, tres patrulleros y una moto».
Como no había personal femenino continuó, las chicas estuvieron buena parte de la noche en la calle, con frío y sin acceso a sanitarios.
Los denunciantes particulares al salir de la comisaría gritaron Viva, Cristo Rey!, advirtió Dillon, lo cual nos hace comprobar que estos tipos o estaban siguiéndolas o que hay una connivencia que ya vimos en los encuentros de mujeres y en muchas otras manifestaciones entre los sectores ultrarreligiosos y la policía, que actúa como su brazo armado.