El 31 de mayo, la Argentina tenía 9,47 millones de personas vacunadas con al menos una dosis. El 21% de su población. Ayer al mediodía ese número era 14,39 millones con una dosis y 3,68 millones con dos dosis: el 32,2 por ciento de la población. Junio fue el mes del despegue, que permitió llegar a un récord de 2.372.220 vacunas aplicadas en una semana, e hitos como tener a casi el 90% de los mayores de 60 años inmunizados con una dosis. Provincia ya habilitó a mayores de 55 a que se vacunen sin turno, y esta semana empezarán los mayores de 40 sin comorbilidad. El ritmo se mantendrá al menos por un mes, con la llegada de cinco millones de vacunas y el stock de 2,7 millones ya distribuidas que falta aplicar. Esa aceleración, sin embargo, convive con el mayor temor: la variante Delta, más contagiosa y agresiva, y que ya genera suba de casos en Europa a pesar de la vacunación.
Entre lunes y martes llegarán dos vuelos de Aerolíneas Argentinas desde China con dos millones de dosis de Sinopharm. También mañana arribará un vuelo desde Estados Unidos con 1.134.000 de AstraZeneca, otro similar días después, y a mitad de semana saldría otro hacia Rusia para traer Sputnik V (con posibilidad de que sean dos), de donde se esperan más dosis 2 para completar el esquema de los vacunados en marzo y abril. Esas casi cuatro millones de dosis y el stock vigente permitirán inmunizar a un ritmo de 350 mil vacunas diarias.
Esa cifra coloca a nuestro país entre los de mayor tasa de vacunación del mundo, muy cerca de las potencias: de acuerdo al sitio Our World In Data, la tasa promedio semanal de 0,77 vacunados por cada cien personas llega a idéntico valor que Chile, con la salvedad del tipo de vacunas: el país trasandino basó su plan en la Sinovac, cuya eficacia es mucho más baja, además de desconocerse su acción ante las nuevas cepas. La Argentina se ubica a escaso margen de Francia y Japón, que tienen una tasa de 0,84; Portugal, con 0,86; Italia, 0,88; y Suecia, 0,9. Más arriba figuran Alemania, España, Suiza, Uruguay (también con Sinovac), China y Corea del Sur, que hoy es el país que más vacunas aplica con una tasa diaria de 1,37 cada cien.
Para julio, el panorama se prevé aun superior, con la llegada de al menos nueve millones de dosis: tres millones de AstraZeneca desde EE UU, dos de Sputnik V y cuatro de Sinopharm, a lo que se podrían sumar las fabricadas en Laboratorios Richmond; otras de AstraZeneca que liberaría EE UU para América; las del mecanismo Covax; y las de CanSino, que firmó contratos por 5,4 millones con el gobierno nacional y las provincias de Buenos Aires y Córdoba. Pero el apuro convive con un temor.
La nueva enemiga
Los virus mutan. El problema es su capacidad de mutar y, a diferencia de pandemias anteriores, hay una facilidad y velocidad mayor con la que traspasan fronteras en un mundo globalizado. Con el Covid-19, Europa siempre sirve de espejo a lo que sucederá luego aquí.
En el Reino Unido, el primer ministro Boris Johnson retrasó al menos un mes el fin de las restricciones, para el 19 de julio. El motivo es Delta, la variante que tuvo su origen en la India y que ya representa más del 90% de los casos en territorio inglés, donde se registran 10 mil casos diarios, dato similar a febrero. «Al parecer esta variante afectaría el páncreas. Tiene un 40% más de contagiosidad que la variante británica, a la que ya desplazó», declaró días atrás la patóloga pediátrica argentina Marta Cohen, que actualmente trabaja en Inglaterra.
En Portugal, los casos también llegaron a niveles de febrero, y se decidió confinar a Lisboa los fines de semana. Rusia registró el máximo de contagios desde el inicio de la pandemia y Moscú ordenó la obligación de vacunarse a empleados de servicios. Hablan de una nueva mutación, y no descartan que sea otra cepa diferente a la Delta.
De acuerdo a un estudio del Departamento de Salud del Reino Unido, la cepa india duplica las probabilidades de internación y es más fuerte ante anticuerpos monoclonales y sueros posvacunación. Los primeros estudios marcan altos niveles de eficacia de Pfizer, AstraZeneca y Sputnik para prevenir hospitalizaciones con esta cepa, aunque la efectividad en cuanto al desarrollo de síntomas baja a solo el 33 por ciento. El gobierno inglés decidió reducir el período entre dosis de 12 a ocho semanas. También Madrid adelantó la segunda dosis una semana para la población de 60 a 69 años.
En la Argentina hubo dos casos de menores que volvieron de viaje con esta variante. El gobierno redujo a 2000 los pasajeros que ingresan por día al país, un 10% respecto de antes de la pandemia. Sin embargo, las autoridades saben que Delta llegará tarde o temprano. Por eso buscan acelerar la vacunación.
También dependerá de la conciencia individual. El viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, comunicó que, junto a Migraciones, la Provincia realizó 190 operativos de búsqueda activa domiciliaria de personas que ingresaron al país. En el 38% de los casos, no estaban en el domicilio, violando la cuarentena obligatoria. Les iniciarán acciones legales. «