La tasa general de cesáreas llegó en promedio al 37% en 2020 en el subsector público (hospitales y maternidades), con un incremento de 12% respecto de tres años atrás, dato que se desprende un un informe especial elaborado por la Defensoría del Pueblo porteña, en el marco de la celebración de la semana del parto y nacimiento respetado.

“La cesárea es un recurso extraordinario que contribuye a disminuir la morbi mortalidad perinatal, tanto para la madre como al bebé, pero su generalización no basada en indicaciones médicas es causa de morbilidad extra, por lo cual son cesáreas innecesarias”, enfatizó en el informe el médico pediatra sanitarista Enrique Aveyá Gilardón

“El informe especial ‘Tiempo de parir, en pandemia’, pone de relieve que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres embarazadas y personas gestantes se ven aún más vulnerados, a partir de la emergencia sanitaria”, indicó en un comunicado oficial la Defensoría local respecto al trabajo realizado en una mesa de trabajo de esa entidad sobre el respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las personas gestantes.

El documento concluye que los especialistas de la mesa de trabajo verificaron un aumento de las cesáreas innecesarias en la ciudad de Buenos Aires. “Los datos disponibles más recientes revelan que la tasa general de cesáreas llegó en promedio al 37% en 2020 en el subsector público, con un aumento de 12% respecto a hace tres años”, precisó el informe.

El grupo de especialistas observó, además, un incremento en los nacimientos de lunes a viernes y una disminución durante los sábados y domingos, especialmente en el subsector privado, lo que indicaría que “hay mayor programación de los partos y nacimientos, incluyendo las cesáreas”.

Sobre el impacto real del Covid-19 en mujeres embarazadas y personas gestantes, se afirma que “con precauciones adecuadas, puede mantenerse el derecho de las mujeres de estar acompañadas durante el trabajo de parto y el nacimiento, por una persona afectivamente cercana y escogida por ella misma”.

A su vez, se recuerda que “no se deben aumentar las inducciones del parto ni la de cesáreas por la pandemia actual, mientras no se tengan evidencias suficientes que lo justifiquen”.

La semana del parto y nacimiento respetado, la cual se celebra del 18 al 22 de mayo desde el 2004, fue impulsada por la Asociación Francesa por el Parto Respetado y apoyada por UNICEF, la Organización Mundial de la Salud y otros, con el fin de visibilizar los modos de atender los partos en el mundo y de promover el cumplimiento de los derechos de las personas gestantes y recién nacidas.

El lema elegido este año es “mi decisión debe ser respetada”, según informó la página oficial del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), quien también se suma al reconocimiento de este derecho.

El informe destaca que la Defensoría porteña realizó un relevamiento sobre la atención durante el embarazo, período de preparto, parto y postparto en los hospitales públicos de la Ciudad, en el que se visibilizaron las “dificultades de asistencia”, tras lo cual se organizó una campaña de difusión para la población a fin de difundir los ejes centrales para el cumplimiento de la ley de Parto Respetado, y se brindó un canal de comunicación para efectuar consultas y denuncias.

Con la convicción de que “el parto no es una enfermedad”, los expertos insistieron en recomendar que se garantice la no separación del binomio madre-niño; se eviten situaciones de violencia obstétrica; se garantice la infraestructura necesaria para la privacidad; y se avance hacia maternidades de baja complejidad.

Parte del informe explica que “el parto vaginal es la vía natural y ancestral del nacimiento”. Las razones médicas de este modo de parir, “se ampliaron con la mejora de la anestesia y la pérdida de habilidades en el uso de métodos instrumentales como los diversos fórceps, y algunos relacionados con aspectos de la ética médica”.