Presentaron la edición número 51 de la Revista Crisis. El evento se realizó junto al colectivo Jóvenes por el Clima en el estudio de radio La Tribu ubicada en la calle Lambaré 873, en el barrio porteño de Almagro. La tapa del ejemplar lleva plasmado el rostro del ex presidente fallecido Néstor Kirchner, con una lágrima azul en la mejilla izquierda y la frase “audacia cero” como título.
La consigna de la reunión fue sobre cómo romper con la trampa del “es lo que hay” como respuesta política ante las necesidades que sufren las personas de los barrios y los reclamos de las organizaciones sociales en el contexto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La historia de la Revista Crisis es muy larga aunque intermitente y accidentada. Tiene un pasado mítico durante la década de los setenta, cuando salieron cuarenta números durante 1973 y 1976. Fue cerrada por la última dictadura cívico-militar, en esos tiempos era dirigida por Eduardo Galeano y contaba con un staff impresionante.“La gente que vivió esa época la recuerda con mucha nostalgia”, contó Mario Santucho, editor de la revista a Tiempo, antes de empezar con la presentación que se realizó este martes. Agregó que hay un montón de “estudios e investigaciones sobre la importancia que tuvo Crisis durante los 70, fueron tiempos muy difíciles para el periodismo, era otro mundo”.
“Nosotros recuperamos la revista y hacemos un periodismo que sigue siendo gráfico, sale impresa y eso nos gusta mucho”, repasó Santucho. Continuó explicando que la revista sale cada dos meses y “tenemos nuestra web revistacrisis.com.ar -donde publican a diario-, un programa de radio y dos podcasts semanales.
“Estamos presentando el número 51 de la revista que tiene una tapa bastante impactante cuyo título es ‘audacia cero’, es la forma que encontramos de intervenir en el presente, en la coyuntura actual”, explicó Santucho a este diario. “Hacemos este planteo por la escasez de audacia que hay, sobre todo del gobierno y también de lo que llamamos el campo popular“, agregó y puntualizó: “decimos basta al eso ‘es lo que hay’ que sostienen desde el progresismo, la izquierda y el campo popular para que no pidamos más”.
“La hegemonía cultural transita un momento impregnado por la derecha y lo que tenemos que hacer es aguantar los trapos” subrayó. Continuó explicando que es una “especie de trampa que siempre impone el posibilismo, que nos impide de hacer lo que hay que hacer: que se trata de transformar las cosas para ser más felices. Porque si no transformamos las cosas no vamos a estar mejor”.
“No solo lo planteamos como una crítica al sistema político, nos preocupa mucho la falta de eficacia, de fuerza política, sino también por nosotros que pronunciamos enunciados y estamos arrinconados por otros tipos de enunciados con una narrativa que no nos gusta”, remarcó Santucho.“Esto sucede por la falta de capacidad mediática que tenemos para poder generar otro tipo de producciones por los movimientos y organizaciones sociales, por el campo popular en su conjunto, del cual somos parte. Sentimos que tenemos que hacernos la misma pregunta de siempre ¿donde está nuestra audacia? y no nos gusta”.
“Cada vez que sale la revista hacemos un encuentro signado por la intimidad política, nos juntamos todo el colectivo y otros”, señaló Santucho. Cerró enfatizando en que “es un espacio de encuentro para nosotros mismos que hacemos la revista y que en general estamos corriendo, haciendo coberturas, produciendo y que hoy nos encontramos para debatir sobre todo esto”.
“Estamos en radio La Tribu para generar un encuentro entre los que hacemos la revista y también con quienes nos leen y posibles nuevos lectores”, contó Ezequiel García, editor de ilustraciones de Revista Crisis a este diario. “Luego de haber atravesado tanto tiempo de aislamiento social también significa volver a reencontrarnos. Haremos diversas presentaciones de cada número de la revista a lo largo de los años”, agregó.
“Que esto sirva de muestra, de un espacio de charla, discusión, debate, de diversión y de música para encontrarnos con la gente”, describió García. “La idea es salir de eso ‘es lo que hay’, queremos romper con eso porque sabemos que se puede y que hay mucho más para el pueblo. Es salir del conformismo”, remarcó. “Es la misión que cumple la revista desde hace mucho tiempo, con lo difícil que resulta hoy en día mantener una revista impresa, apostar a eso, para mantener vivo el papel”, terminó.
“Hicimos una tapa que plantea combinación de palabras como ‘audacia cero’ en relación un poco a lo que venimos discutiendo en la revista y en el programa de radio que tenemos”, contó Ximena Tordini, editora de textos. Porque han notado que se instaló “esta lógica de ‘es lo que hay’ en esta etapa que atraviesa el país”.
“Lo que buscamos con este encuentro es poner en discusión y pensar un poco por donde pasa la audacia política de hoy. Pero no como una demanda de decirle a los demás que lo sean, sino de pensar entre todes una audacia política”, detalló Tordini. Continuó explicando que la nueva idea debe surgir desde “los colectivos de personas, las organizaciones sociales y los distintos activismos. Abrimos este espacio para poder debatir sobre el tema y elegimos para eso el estudio de radio La Tribu que también tiene muchos años de autogestión y organización colectiva y todo lo que simbólicamente representa”, terminó la editora.
Jóvenes por el Clima es una organización que surge a principios de 2019, a raíz de las movilizaciones masivas contra el cambio climático que se estaban gestando en distintas partes del mundo. Este colectivo tiene una importante participación en el número 51 de revista Crisis y también estuvieron en el evento.
“Nos dimos cuenta que era necesario incorporar en nuestro movimiento una perspectiva latinoamericanista y también incorporar otras implicancias que tiene militar el ambientalismo en un país como Argentina”, contó Mercedes Pombo, militante de Jóvenes por el Clima. “Las problemáticas específicas y todo lo que eso conlleva, y también entendiendo que lo ambiental no se puede disociar de las problemáticas sociales” dijo Pombo. “En ese proceso nos fuimos encontrando con distintos compañeras y compañeros con las mismas inquietudes que nosotres”, agregó.
“Durante ese proceso descubrimos que había organizaciones y nos fueron marcando el camino. También tenían esta prerrogativa de construir interseccionalmente la lucha ambiental, social y otras como el feminismo”, reconstruyó Pombo. “Lo primero que hicimos desde Jóvenes por el Clima es organizar la primera movilización internacional contra el cambio climático”. Y terminó recordando que fue una convocatoria que los sorprendió porque “efectivamente era algo que estaba latente en la población y a partir de eso nos fuimos incorporando cada vez más en la agenda parlamentaria exigiendo el tratamiento de proyectos de ley concretos y así se fue ampliando el movimiento”.
“Nuestro aporte en el número 51 de la Revista Crisis no consiste solo en relatar nuestra experiencia como colectivo al interior de la militancia sino también entrar en debates que están atravesando muy fuerte a los movimientos”, explicó Bruno Rodríguez, de Jóvenes por el Clima. Continuó puntualizando que sucede porque estos se relacionan “entre la dicotomía del desarrollo económico y las problemáticas ambientales que se oponen al bienestar del progreso económico”.
“Son políticas que tienen que ver con preservar los ecosistemas, puntualmente con la implosión que ha generado el debate por la aprobación de la exploración sísmica”, sostuvo Rodríguez. También aseguró que esto produjo una división de trincheras ideológicas que posicionan por un lado a los que se consideran “defensores del paradigma actual, de desarrollo y crecimiento económico, y por otro lado estigmatizando a nuestro movimiento y a los actores que forman parte del desarrollo socio-ambiental ante a quienes se consideran anti desarrollo oponiéndose a este proyecto en particular”, remarcó.
“En la revista relatamos esa experiencia, nosotros estamos desde una posición que parte de entender que el ambientalismo en Argentina debe construirse con una perspectiva nacional”, aseveró Rodriguez. Finalizó diciendo que debe estar “situada bajo las condiciones que nos colocan en una situación de país semiperiférico del sur global y justamente navegamos esas tensiones”.