Este martes, mientras a 3126 kilómetros la justicia argentina volvía a mostrar su cara más corporativa, las y los legisladores de Tierra del Fuego, reunidos en una sesión extraordinaria, votaron positivamente la protección de Península Mitre, después de 30 años de reclamos de la sociedad fueguina, científicos y ONGs.
El proyecto crea el Área Natural Protegida Península Mitre sobre una superficie de 300 mil hectáreas de tierra ubicadas en el extremo oriental de la isla Grande de Tierra del Fuego, que albergan unos 200 mil hectáreas de mar y el 84,4% del total de turberas del territorio nacional. Eso la hace el punto de mayor captura de carbono del país, un aspecto clave para revertir la crisis climática global.
El Área Natural Protegida a crear se dividirá en el “Parque Natural Provincial Península Mitre”, la “Reserva Forestal Natural Península Mitre”, el “Monumento Natural Provincial Formación Sloggett”, la “Reserva Costera Natural” y la “Reserva Provincial de Usos Múltiples”.
Cada una de estas zonas contará con una categoría protectora particular, ya que en algunas de ellas se habilitarán actividades productivas reguladas por el Estado, en tanto que en otras estarán absolutamente vedadas.
De acuerdo a lo establecido en el proyecto, el Poder Ejecutivo contará con un plazo de 3 años para formular el plan de manejo y gestión del ANPPM, del que participará una Comisión Consultiva integrada por representantes del Poder Ejecutivo, la Legislatura, Universidades Públicas con asiento en la Provincia, centros de investigación dependientes del CONICET con asiento en la Provincia, cámaras empresarias y asociaciones de profesionales en turismos, Organizaciones No Gubernamentales, y de comunidades originarias de Tierra del Fuego.
Su riqueza cultural y biológica es enorme: desde colonias de aves y mamíferos marinos, hasta los ya mencionados turbales, los humedales, e incluso testimonios paleontológicos que dan cuenta de la vida pasada, y también de la presencia indígena y de las primeras exploraciones al archipiélago fueguino.
Antiguamente la zona estaba habitada por los pueblos originarios Haush y Selknam. El nombre «Península Mitre» fue impuesto en 1891 por el explorador rumano Julio Popper en homenaje al ex presidente Bartolomé Mitre. Y se mantiene así hasta hoy. Pero no fue la primera vez que alguien la «descubrió». Varias expediciones previas realizadas por potencias marítimas europeas desde el siglo XVII la reconocieron en sus mapas. Los neerlandeses Jacob Le Maire y Willem Schouten la denominaron «Mauritius Landt», o Tierra de Mauricio.
Las turberas y los bosques de kelp
Rewilding Argentina fue una de las organizaciones que celebró la creación de esta nueva Área Natural Protegida, que concentra el 84,4% de las turberas del país.
Según explicaron, las turberas son un tipo de humedal que resguardan la mayor reserva de carbono orgánico terrestre del planeta, mientras que los bosques de macroalgas tienen la capacidad de secuestrar dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global.
«Las distancias, el aislamiento y las arduas condiciones climáticas han permitido que la punta más austral de la isla grande de Tierra del Fuego se mantenga prístina y conserve en excelentes condiciones importantes muestras de estos ecosistemas», resaltaron.
En 2019, un estudio basado en datos del Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del Medio Ambiente de las Naciones Unidas detectó que Península Mitre, debido a sus grandes extensiones de turba y por su particular composición de especies de musgo, absorbe 4,5 veces más carbono que otras turberas.
Además de las turberas que se encuentran en tierra, las costas de Península Mitre concentran el 30% de los bosques de macroalgas del Mar Argentino. Por su enorme capacidad de secuestrar carbono, estas «selvas submarinas» son consideradas uno de los ecosistemas más productivos del mundo.
Desde Rewilding concluyeron: «Al declarar Península Mitre un Área Natural Protegida Provincial, los legisladores de Tierra del Fuego tomaron una decisión histórica que impactará en el mundo y permitirá evitar la degradación de uno de los pocos ecosistemas de valor ambiental excepcional que se mantienen intactos en el planeta».