La olla a presión que se vive en la Argentina con los desalojos tiene un contexto internacional directamente proporcional. Hace diez días, el relator especial de la ONU sobre el derecho a la vivienda, Balakrishnan Rajagopal, advirtió que «las prohibiciones temporales de desalojos en muchos países han terminado o están llegando a su fin, y esto genera serias preocupaciones de que pueda seguir un tsunami de desalojos». «Los gobiernos no deben permitir que las personas se queden sin hogar durante esta pandemia porque pierden su trabajo y no pueden pagar el alquiler o la hipoteca», sostuvo el experto indio e investigador del MIT.
«Estoy alarmado por el aumento global de los desalojos forzosos», señaló a la prensa en Ginebra. «El derecho a la vivienda es fundamental para cualquier respuesta a la pandemia, pero ahora estamos viendo una aceleración en los desalojos y demoliciones de viviendas. Perder el hogar durante esta pandemia puede significar perder la vida. Los derechos a la vida y una vivienda adecuada están intrínsecamente vinculados».