La aventura de este año empieza con una nueva propuesta, un regalo de Reyes para agradecer a la comunidad que acompaña a Tiempo y construye un medio distinto con su aporte. En forma gratuita, las y los lectores recibirán en sus casas La Maravillosa. Vida de Rosa Luxemburgo. El cuento infantil sintetiza parte del espíritu de esta experiencia colectiva que entra en la cuenta regresiva rumbo a los seis años de cooperativa –en abril próximo– y a los 12 años de existencia. Por un lado, interpela a una audiencia poco explorada por Tiempo, como las infancias, con un contenido crítico e inspirador. Por el otro, nace de una alianza, de la unidad entre la Fundación Rosa Luxemburgo, el semanario Brecha de Uruguay y las artistas Ana Iniesta (escritora) y Daniela Beracochea (ilustradora). Con la potencia de lo colectivo, el libro se publica y distribuye en simultáneo en las dos orillas del Río de la Plata.

La Maravillosa es una continuidad para un medio en la búsqueda permanente de generar audiencias comprometidas, que vean en la comunicación un derecho ciudadano. El año pasado, durante el quinto aniversario de la cooperativa, Tiempo renovó la web para mejorar la experiencia de navegación y sumar más herramientas de participación. El desarrollo digital es de código abierto para que cualquier medio autogestivo pueda usarlo. También se puso en marcha el primer newsletter y el canal de Telegram con la decisión de ampliar las vías de diálogo con las y los lectores, y se difundió una agenda periodística de resistencia frente a los poderes concentrados.

Si de regalos se trata, el propio fue haber producido dos entregas de Detrás de las Abuelas, una propuesta multiplataforma para continuar un camino y un legado fundamentales. Porque fueron, son y serán siempre nuestro faro. Porque sus valores están aun más presentes desde que somos “Dueños de nuestras palabras”.

Desde abril de 2016, las trabajadoras y los trabajadores asumimos el desafío cotidiano de llevar adelante la gestión periodística, comercial y administrativa después de la fuga de los empresarios vaciadores. Tiempo logró consolidar voz y mirada para expresar la necesidad de recrear un paisaje comunicacional menos concentrado, más equitativo y federal. También para darle fuerza a un debate ya habitual en las discusiones públicas: cuál es el verdadero interés de los medios y cómo se garantizan espacios capaces de representar demandas distintas a las de las corporaciones.

Esas preguntas recorren el ejercicio diario de la tarea periodística en la cooperativa con un modelo de decisión y organización horizontal. Tiene sus complejidades, un ritmo distinto y procesos complejos. Puede hasta parecer inabordable.

Pero acá estamos, empezando un año más. Y sí, hay conflictos por delante. De ahí venimos. Así surgimos. De eso se trata. De asumirlos, de ponerlos en tensión con calidad periodística. De abordarlos para intentar darles algo más de profundidad. Para acercar a las y los lectores algo distinto a lo que ya abunda.

La pandemia reordenó los procesos productivos sin que la redacción sea el punto de encuentro. Tanto la cobertura como el trabajo cotidiano siguieron –siguen– un criterio: cuidar a las personas que integran la cooperativa y a las audiencias, informando con responsabilidad, seriedad y equilibrio para dar cuenta –en este caso– de la peor crisis sanitaria de la historia. Con ese mismo contrato de lectura, procuramos crecer con nuevas propuestas, ejes informativos y propuestas digitales. Seleccionado por Sembramedia, Tiempo destinará recursos para desarrollar una aplicación para la comunidad, un carnet digital para fortalecer el vínculo y ampliar el sistema de beneficios para socios y socias.

Se trata de crecer, incluso en una coyuntura de crisis y con necesidades básicas más elementales que la de financiar un modo de hacer periodismo. El desafío está desde que decidimos recuperar el medio junto con una audiencia comprometida. Las palabras son nuestras porque detrás de Tiempo siempre estuvieron ustedes.