“Si no están enamoradas, no tengan sexo. Si no quieren tener hijos, cierren las piernas”, les sugirió, acaso como un novedoso método anticonceptivo, el sacerdote Hernán Ustariz a las alumnas de sexto año del colegio Nuestra Señora de Fátima, de Castelar, en Morón, luego de que les mostrara un video antiaborto. El hecho ocurrió el martes 19 de junio, a menos de una semana de la aprobación del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo en la Cámara de Diputados de la Nación.
Las alumnas planearon exhibir distintivos verdes en el acto por el Día de la Bandera, lo que provocó el enojo de las autoridades. “Si están a favor de que se muera un bebé, ¿por qué no están a favor de que se mueran también las mujeres?”, les preguntó el sacerdote Ustariz. La situación continuó con amenazas de echarlas del colegio, nervios y llantos.
Los pañuelos verdes, se recuerda, identifican a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Uno de sus lemas es “educación sexual para decidir”. La intención de mostrar distintivos de ese color buscó visibilizar los sucesivos reclamos de las alumnas: al menos dos cursos presentaron cartas y firmas para proponer talleres de educación sexual, algo que el colegio debería ofrecer por motu proprio en cumplimiento de la ley 26.150, que obliga a brindar contenidos de Educación Sexual Integral. No obstante, no sucede.
No es la primera vez que el colegio desoye los pedidos de los estudiantes y baja línea con la imposición de actividades antiabortistas. En repudio a ello, en marzo, las alumnas y los alumnos desplegaron carteles en el patio del colegio solicitando que los dejen expresarse libremente. “Nos están censurando” y “Obligar a callar es opresión”, decían algunos.
“Ni siquiera estaban promoviendo el aborto o hablando de ese tema puntual -dice la madre de una de las menores de edad-. Estaban intentando que las escuchen para promover la idea de un taller de educación sexual que se pidió en reiteradas veces. Ya no tenían manera de que las escuchen, y ellos seguían centrándose en el tema del aborto por un distintivo verde”.
Una maestra de primaria de Nuestra Señora de Fátima, después de la media sanción de la ley en el Congreso, increpó en el medio de un recreo a otras alumnas, obligándolas a los gritos a sacarse cintas verdes del pelo. “O se las sacan o se las saco yo”, les inquirió. “Ese verde, acá, no”, se excusó la maestra, ante el temor de las menores, cuyo uniforme es de color verde.
La reacción del sacerdote Ustariz tampoco es aislada. Se inscribe en el contexto de una posición general: la de las escuelas católicas frente al debate por el aborto legal, seguro y gratuito. En el colegio Nuestra Señora de Luján, en Adrogué, llegaron incluso a mostrarles a las estudiantes frascos con fetos en un gesto de intimidación.
“No tengo nada que aclarar de este tema, ya negué todo lo que dicen. En todo caso hablaré con los padres. Pero no tengo nada que aclarar y menos a los medios, de los que desconfío”, le dijo Ustariz a Tiempo.
El sábado, a dos días de que Diputados aprobara el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, el papa Francisco comparó el aborto legal con “lo que hacían los nazis para cuidar la raza pero con guantes blancos”. El jefe de la Iglesia Católica además consideró que el aborto “está de moda”. Y agregó: “Cuando en el embarazo se ve que quizás el niño no está bien o viene con cualquier cosa, la primera oferta es ‘¿lo tiramos?’. (Es) El homicidio de los chicos”. En Argentina, por supuesto, lo escucharon. Y muchos sacerdotes replicaron el mensaje.