El mismo día en que su antecesor en el cargo Jorge Lagna fue designado presidente del Enress, el funcionario con quien compartió el año récord de homicidios dolosos en el departamento Rosario Rubén Rimoldi terminó eyectado de su cargo como ministro de Seguridad.
Fue apenas horas después de que pusiera la cara en la Legislatura ante la oposición rindiendo cuentas de la inversión del presupuesto de la emergencia en seguridad, observado por la propia Fiscalía de Estado. Y horas más tarde de dar muestras de su carácter de inhábil declarante, metiendo la pata varias veces ante la prensa, y también de que el intendente Pablo Javkin lo cuestionara duro luego de que desconocidos balearan el centro municipal de distrito Sudoeste: “Hoy hablé con el gobernador y le dije basta”.
Así, el alcalde radical, en plena campaña electoral que todo hace prever tendrá por eje la inseguridad, se cargó un ministro peronista, al que también le echó una palada el fiscal que investiga el crimen del músico Lorenzo “Jimi” Altamirano, Luis Schiappa Pietra: el funcionario judicial dijo que le resultaba inaudito que un ministro como Rimoldi anunciara allanamientos en el marco de ese caso a través de los medios, horas más tarde de que el propio encargado de la seguridad de santafesinas y santafesinos dijera sobre la misma causa: “Creo que hay detenidos”. Cosa que tampoco era cierta.
El verano regado de sangre en el departamento Rosario puso en aprietos a Rimoldi, comisario retirado, quien a la par de que la fiscal de balaceras Valeria Haurigot cuestionara este miércoles al personal policial que no preservó la escena del ataque al CMD Sudoeste cometió otro error imperdonable: comparó en el caso Jimi Altamirano, al parecer secuestrado al azar para ser ejecutado minutos más tarde como un mensaje mafioso entre bandas, a Rosario con Colombia; y aunque enseguida se dio cuenta de la gaffe e intentó aclarar, oscureció: su suerte ya estaba echada.
El casildense Rimoldi celebraba estas semanas la eyección de su archirrival Ana Morel, la contadora puesta como “habilitada” en Seguridad por el ministro de Economía Walter Agosto con superpoderes para decidir en qué se gastaba cada peso, pero pronto conoció destino similar que su antecesor, el venadense Lagna, y de quien los precedió, el Picante bonaerense Marcelo Sain, a quien se le impide salir del país y tiene abiertas dos causas que pueden mandarlo a prisión.
Otro ex uniformado como el comandante retirado de Gendarmería Claudio Brilloni, quien hasta aquí era el número dos de una cartera que pocos quieren asumir, es el encargado de agarrar el fierro caliente.
Brilloni, quien había tenido cargo operacional en Rosario durante la gestión de Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad de la Nación, pasó en abril último de secretario de Prevención y Control Ciudadano a secretario de Seguridad Pública, virtual número dos de la cartera, luego de otra controversia: el viaje de Jorge Bortolozzi a Centroamérica para participar de encuentros del Club de Leones.
“El día es largo”, fue la respuesta del gobernador Omar Perotti a las 20.13 de la noche de este miércoles, mientras compartía una conferencia de prensa con el ministro del Interior de la Nación Eduardo “Wado” de Pedro, cuando le consultaron si habría novedades en la cúpula del Ministerio de Seguridad, ya que había convocado a Rubén Rimoldi para reunirse con él.
“También Rimoldi tuvo problemas de salud en los últimos días”, dijeron desde el Ejecutivo, minutos antes de que, a las 21.03, el propio casildense confirmara su alejamiento a las cámaras de Canal 3, al retirarse del encuentro que mantuvo con Perotti y el ministro de Gestión Marcos Corach.
Entrada la noche de este miércoles también trascendió desde el Ejecutivo que Brilloni definió desplazar al jefe de la Policía provincial Miguel Oliva, y designar en su reemplazo al actual número dos, Martín García.
Fue su primera medida luego de que se desarrollara, en forma exprés, la ceremonia de juramento del ex gendarme, en la Casa Gris, ante la mirada de Corach y la ministra de Gobierno Celia Arena.