Si bien el presunto autor material del crimen de María Emma Córdoba está detenido, la familia de la víctima no descarta cierta participación del ex novio de la joven estudiante de Medicina. No tenemos nada en contra de Damián, no queremos hablar mal de alguien que era miembro de esta familia hasta hace muy poco pero tuvo ciertas actitudes que a nosotros nos hace pensar, explicó Horacio Córdoba, el hermano de la chica de 26 años violada, torturada y asesinada por su vecino, Ariel Báez, en la madrugada del sábado.
No queres pensar mal, ni tener malos pensamientos pero las actitudes nos dan que pensar. Damián en su momento cuando se separó de mi hermana solamente armó un bolso y se retiró del domicilio. Mi hermana estuvo una semana sin tener noticias de él. En la casa de mi hermana dejó tanto sus documentos como el registro de conducir, las tarjetas, argumentó el joven y agregó: Después de declarar el día domingo a la mañana, por lo que pudimos conocer, a las cuatro de la tarde se fue hacia Mendoza. Son actitudes muy extrañas.
Horacio aclaró que pocas horas después del hallazgo del cuerpo, el exnovio de la chica se acercó a hablar con ellos. Dijo que era la culpa de él, que tendría que haber estado en ese lugar, que no la tendría que haber dejado sola. En varias oportunidades habló de irse con mi hermana y de quitarse la vida. En ese momento era comprensible, pero en la suma de acciones, hoy nos hace dudar mucho recordó el muchacho.
El caso
Por lo que los investigadores pudieron reconstruir, todo comenzó el viernes por la tarde, cuando María Emma salió de su casa de 126 entre 5 y 7 de la localidad de Punta Lara, en Ensenada, para ir a buscar a su amiga, Ana Laura González, a la parada del colectivo. En el camino de regreso a su casa, se cruzaron con Báez quien las siguió durante todo el recorrido y quiso entrar a la vivienda cuando las chicas llegaron. Sin embargo, las víctimas le impidieron el ingreso.
Las dos mujeres, que se conocían de la Universidad Nacional de La Plata, se habían reunido para estudiar y repasar apuntes. Sin embargo, todo cambió cuando alrededor de las 2.00 de la madrugada del sábado María Emma abrió la puerta para que un perro cachorro -ella solía cuidar animales de la calle- pudiera entrar a la casa.
Agazapado, Báez sorprendió a las jóvenes y entró a la vivienda armado presuntamente con un revólver calibre 38. Las obligó a subir a la segunda planta donde abusó de ellas, las torturó y tajeó con cuchillos. En un momento, María Emma intentó escapar pero el femicida la golpeó muy fuerte con una pala en su cabeza. Creyendo a las dos mujeres muertas, el hombre intentó quemar todo el lugar y se alejó de la escena. Sin embargo, Ana Laura logró zafarse y pedir ayuda.
Gracias al testimonio de la sobreviviente, la policía pudo dar poco después con el sospechoso, quien vive a unos metros de allí. Cuando los investigadores llegaron a la casa de Báez, se encontraron con el asesino durmiendo con su pareja y su pequeña hija. En el lugar había ropa ensangrentada.
El acusado, de 23 años, se negó a declarar ante la fiscal Virginia Bravo quien le imputó los delitos de privación ilegal de la libertad, abuso sexual agravado y homicidio doblemente calificado por ensañamiento y por mediar violencia de género.