La noticia llegó desde Córdoba: un jubilado de 67 años intentó prenderse fuego en una sede de PAMI, en reclamo ante la interrupción de la entrega de medicamentos gratuitos. Un empleado lo frenó. Fue un caso extremo, pero no menos angustiante que las postales cotidianas que se ven en las farmacias desde que el Gobierno decidió restringir el acceso a remedios sin costo a quienes ganen menos de $ 388.500 y tramiten el “subsidio social”, completando un formulario de 64 ítems.

“En general se van sin comprar. Por supuesto, con mucha angustia y desconcierto por el trámite. Averiguan cuánto saldría si tuvieran que pagar, y se van”, describe Alejandra Gómez, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires. “Muchos vienen sin saber cómo es el plan, van a la delegación de PAMI y hacen la inscripción sin saber cuánto demora. Si hubiera sido algo gradual o se hubiera previsto que se hicieran los trámites con tiempo, y no que se enteraran al venir a retirar los remedios, la situación hubiera sido otra”, plantea.

El fin del plan Vivir Mejor, que garantizaba la gratuidad de los medicamentos, fue la medida más drástica. Pero hubo otras previas en la misma línea. “En abril tuvimos que comunicar que muchos medicamentos de uso eventual salían de los precios de PAMI, después otros pasaron a ser de venta libre y dejaron de tener cobertura. Todas situaciones que complican el acceso al medicamento –se lamenta Gómez–. Los farmacéuticos están viendo estrategias para sostener la viabilidad de la farmacia, porque esto también provoca una disminución en su trabajo”.

Sin los remedios del PAMI

Para Germán Daniele, presidente del Colegio Farmacéutico de Córdoba, fueron las farmacias chicas de pueblos y barrios las que aplacaron -un poco- el impacto de la medida: “Les dan un blíster, les dicen ‘llevalo ahora y después lo tramitás’. Son lugares donde los jubilados tienen nombre y apellido, donde saben qué les pasa, que si tienen dos casas una la ocupa el hijo sin trabajo. Les conocen el historial, tienen un vínculo. Es muy angustiante”.

Daniele cuestiona la exigencia de empadronar a jubilados con información que el Estado ya tiene. Y advierte que “si se deshumaniza el análisis y se mira solo a nivel presupuestario, lo más probable es que aquel jubilado que tuvo que interrumpir el tratamiento le salga más caro al PAMI por las consecuencias graves en su salud”.

“Lo que se viene viendo desde el lunes en las farmacias de todo el país son situaciones muy angustiantes. Vemos a jubilados que dejan sus medicamentos en la farmacia. Que están acostumbrados a llevar en forma gratuita, vienen sin dinero a buscarlos y no pueden llevarlos. Tienen que pagar valores entre 40-90 mil pesos, según los tratamientos y cantidad de medicamentos, y no lo están pudiendo pagar”, detalla Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar).

Plantea además que hay mucha incertidumbre en torno al trámite que se necesita para recuperar la cobertura, en caso de cumplir los requisitos. “No es un trámite corto, porque el médico tiene que revalidar los medicamentos, hay varios pasos. La gratuidad no se va a reestablecer antes de varias semanas, se calcula. Es una situación muy angustiante, que causa mucho malestar. El jubilado se va, a veces con vergüenza, protestando un poco, sin el medicamento”. Para Sajem “es preocupante porque se están abandonando tratamientos. Al menos este mes, esos tratamientos se van a discontinuar”.

Todo para los laboratorios

Germán Daniele, del Colegio Farmacéutico de Córdoba, no sólo critica la forma en que se hizo el anuncio, de manera abrupta, llevando a que muchos jubilados se enteraran en el mostrador de las farmacias, sino que además “hay algunos datos que llaman la atención. Por ejemplo, algo que podría haber aliviado esta situación sería la obligatoriedad de la prescripción por genérico, pero duró una semana el tema en el DNU, ante el lobby de la industria”.

Además, señaló que días antes del anuncio de PAMI se renovaron los contratos de los convenios entre el organismo, las industrias y las farmacias: “En el caso nuestro fue una imposición, las farmacias van a aportar cuatro puntos más de lo que aportaban, para que el PAMI gaste menos. Pero los laboratorios aportan menos. Escuchaba al presidente del PAMI decir que el presupuesto que tienen es finito, que tienen que ir a quienes más lo necesiten. No creo que sean los laboratorios. Puede sonar político, pero esto se lo cuestionamos a cada gobierno que apretaba a las farmacias”.

El aumento en los precios de los medicamentos, muy por encima de la inflación, también implica beneficios para los laboratorios. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), “desde que Javier Milei ganó el ballotage en noviembre de 2023 los medicamentos que las personas mayores utilizan habitualmente alcanzaron en promedio una inflación acumulada del 210,7%, superando ampliamente a la ya elevada inflación de ese mismo período: 201,5%”. Más aún, los medicamentos con cobertura PAMI desde noviembre de 2023 hasta noviembre del 2024 registraron una inflación acumulada del 340,7%, muy superior al aumento promedio de los precios de venta al público.

“Hay muchas señales para el mismo lado. En detrimento de los otros actores del sistema. Cuando eso sucede –dice Daniele- llama la atención, genera cierto enojo, impotencia, una sensación fea”.