Belén, como las organizaciones sociales y de Derechos Humanos llamaron a la joven, estuvo más de dos años presa en el Penal de Santa Ester luego de que el 21 de marzo de 2014 los médicos, la policía y la justicia tucumana la acusaran de haber asesinado a su bebé de unos siete meses de gestación.
En abril de 2016, los jueces Dante Ibáñez, Néstor Rafael Macoritto y Fabián Fradejas de la Sala III de la Cámara Penal de Tucumán la condenaron por el delito de «homicidio por circunstancias extraordinarias de atenuación debido al estado de puerperio». Cabe decir que Belén había llegado a los estrados judiciales imputada por «homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía».
En el fallo, la Cámara Penal estableció que la mujer tuvo a su bebé en el baño del hospital Avellaneda, en San Miguel de Tucumán, lo mató y luego trató de descartar el cadáver en el inodoro tras cortar el cordón umbilical. La joven, hoy de 28 años, siempre mantuvo que se trató de un aborto espontáneo, cómo lo constató el primer médico que la atendió, y que no sabía que estaba embarazada.
Unos cuatro meses más tarde, el 18 de agosto de 2016, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán dejó efecto la prisión preventiva dispuesta por la Cámara y Belén recuperó su libertad.
Ahora, el máximo tribunal tucumano dispuso absolver a Belén del delito de homicidio agravado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación, de acuerdo a la sentencia a la que tuvo acceso el portal Apaprensa. Según trascendió, el presidente de ese órgano judicial Antonio Gandur, junto a los vocales Daniel Posse y Antonio Estofan, votaron por unanimidad la absolución.
Consultada por Apaprensa, Belén dijo: Me siento feliz ahora puedo respirar tranquila y saber que se hizo justicia, porque yo jamás hice lo que ellos pensaron. Gracias a todas las personas que estuvieron luchando a mi lado ahora podemos gritar que se hizo justicia.