El Juzgado Correccional N° 5 de San Martín dictó sentencia sin cárcel para los uniformados Jonatan Godoy y Juan Quintana por la muerte de Luciano Alt, de 6 años, atropellado por un móvil oficial de la Policía Bonaerense mientras festejaba su cumpleaños el 13 de febrero de 2016 en su casa de Villa La Rana. El patrullero era conducido por Godoy, mientras que Quintana iba acompañante. Las dos condenas fueron inferiores a los tres años, por lo cual ninguno de los dos irá a prisión.
“Como madre, siento que ni 10 condenas me devolverán a mi hijo. La condena de la Justicia fue tan pobre que volvió a matar a Luciano. Durante la espera del juicio estuvimos tranquilos, a pesar de que el año pasado la jueza nos anuló el juicio, la mujer tenía problemas personales. Ella nos llamó y nos dijo que no se sentía apta para dictar la sentencia, es la misma que ordenó la detención de los policías”, contó a Tiempo Analía Muñoz. Y agregó con vehemencia: “Después nos citó la fiscalía y nos ofrecieron un arreglo abreviado para no realizar el juicio. Nos negamos rotundamente y continuamos reclamando justicia. Llegamos a esta instancia sabiendo que el juez, Claudio Fraga, no mete preso a policías. Ni siquiera tuvo la valentía de ir a dictar el veredicto. Desde el principio pedimos prisión preventiva pero el magistrado, basado en su convicción personal, nos la negó”.
El abogado de la familia y la fiscal Ana de Leo habían pedido cuatro años y seis meses de prisión para Jonatan Godoy, y dos años para Quintana. El Código Penal argentino condena este delito con la pena de entre 2 y 5 años de prisión, y para que haya cumplimiento efectivo la condena debe ser mayor a tres años. Sin embargo, Godoy, quien conducía la patrulla, fue condenado a 2 años y 10 meses; y Juan Quintana, el acompañante, a un año. Además, Godoy fue desafectado de la fuerza, mientras que Quintana recibió un inhabilitación para ocupar cargos públicos por dos años.
“Seguimos reclamando que los imputados sean exonerados de la Policía. Como ciudadanos de este país, no nos sentimos cuidados por las personas que trabajan en las fuerzas de seguridad. El que iba de acompañante -Quintana- no mostró arrepentimiento, y el conductor hacía un año que estaba en servicio y mató a un nene. ¿Qué confianza vamos a tener?”, expresó Analía.
“Tengo tres hijos más y cuando nos juntamos para comunicarles sobre la condena, los más grandes me preguntaron ¿fueron presos? Les dijimos que no. Y el más grande, de 11 años, me respondió, entonces no hubo condena mamá”, finalizó Analía con su dolor a cuestas.