Gabriel tiene mucho tiempo “libre”, o como dice Graciela, su mamá: “demasiado tiempo para angustiarse en casa extrañando a sus compañeros”. Marina camina por su cuarto, triste. Prende la tele y se enoja. La apaga, vuelve a enojarse y grita. Nicolás quiere ocupar su tiempo haciendo manualidades con lo que aprendió en la escuela, pero extraña mucho pasar el día con sus amigos y no entiende por qué no está con ellos.
El sábado pasado, Tiempo publicó la situación por la que atraviesan estudiantes con discapacidad en la Ciudad de Buenos Aires. Son chicos y chicas que asisten a las escuelas especiales que incluyen la formación para niños, niñas, jóvenes y adultos con retraso madurativo, y que ofrecen formación integral y laboral. El ajuste del gobierno porteño, en este caso, fue cortar la formación de todos los estudiantes a los 22 años de edad, violando la resolución 155 del Consejo Federal de Educación firmada en 2011.
Durante su formación, las y los estudiantes, aprenden Cocina y Chocolatería; Artes combinadas, artesanías en cuero y Fotografía. Además tienen talleres de Radio, Mosaiquismo y Cerámica; y varios más como huerta, velas, jabones, etc. La cartera que conduce Soledad Acuña, redujo drásticamente la cantidad de horas y días de cursada en 12 de las 13 escuelas especiales con estas características educativas. Hasta el año pasado, los estudiantes asistían a la escuela de 8 a 16 horas de lunes a viernes, y con el nuevo recorte, ahora lo hacen apenas 2 o 3 veces por semana y menos del 50% de carga horaria en cada jornada. “Mi hijo extraña mucho estar con sus amigos, estaba más tiempo en la escuela que en casa conmigo”, cuenta Vicente, que tiene 67 años, está jubilado y a cargo de Nicolás, su hijo. “El gobierno de la Ciudad no sólo le quito parte importante de la escuela a mi hijo, sino que hace más vulnerable su situación ya que yo trabajo en un bar media jornada pero voy a tener que irme porque ahora en la escuela está pocos días y horas”, cuenta.
El martes de la semana pasada, las familias se movilizaron al ministerio de Educación porteño para pedirle a la ministra Acuña que no deje sin educación a sus hijos e hijas. “La ministra no nos quiso recibir, nos dejó afuera del ministerio. Estuvimos varias horas esperándola pero nadie se acercó a hablar con nosotras”, cuenta a Tiempo Claudia, mamá de un estudiante de 24 años de la Escuela Especial N° 16. “Nos vamos a seguir movilizando para que den marcha atrás esta medida que deja a nuestros hijos sin educación ni acompañamiento del Estado. Si ahora permitimos que recorten sus horas y días de clases, más adelante le van a quitar todo. Somos familias muy vulnerables que necesitamos de la escuela y la contención y formación que le dan a los chicos”.
Este sábado, a las 15, parte de la comunidad educativa de Escuelas Especiales, realiza una mateada en el Parque de Los Patricios, en las inmediaciones del mástil, para poner éste tema en agenda e intercambiar propuestas y próximas medidas que llevaran adelante.
“El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires deja a nuestros hijos sin una formación constante, como lo exige la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que dice que el Estado debe acompañar la formación de manera permanente”, dijo a Tiempo Eliana Villar, mamá de un adolescente que padece espectro autista, que estudia en la Escuela de Educación Especial N° 18. “Con este ajuste los deja en un gran estado de vulnerabilidad, sin darles ninguna alternativa para que puedan continuar con su formación. Lo único que les dejaron son unos talleres de una hora y media dos o tres veces por semana”, agrega.
Que dice la resolución N° 155
La resolución N° 155 del Consejo Federal de Educación en la que Ciudad se basa para realizar el ajuste, es clara y no da lugar a interpretaciones. En uno de los puntos del ítem 27 afirma que tanto los Ministerios de Educación Provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junto al Ministerio Nacional, a través de la Coordinación Nacional de Educación Especial, se comprometen de manera progresiva a “definir al corto plazo las transformaciones de las escuelas de educación especial de Formación Laboral en escuelas o centros de educación para adolescentes y jóvenes con discapacidad (franja etaria entre 12/14 años hasta 20/22 años)”. Pero la misma resolución respecto a la “Educación Permanente para Adultos con Discapacidad”, señala que las jurisdicciones deberán “impulsar propuestas de formación permanente, a las cuales puedan acceder aquellos/as adultos, a partir de los 20/22 años con discapacidad innata o adquirida que hayan finalizado o no su escolarización formal y precisen un ámbito de perfeccionamiento para incorporar nuevas competencias que les permitan desempeñarse en distintos ámbitos de la vida (…) incluyendo criterios de certificación de los diversos trayectos educativos”, es definitiva: el gobierno porteño debe seguir garantizando la formación hasta después de los 22 años en la etapa adulta de los estudiantes con discapacidad.