Este lunes el presidente Mauricio Macri anunció un nuevo convenio del PAMI con los laboratorios, y se vanaglorió de que “después de 20 años la obra social de los jubilados vuelve a comprar sus medicamentos sin intermediarios”. Sin embargo, la decisión oficial debió suceder luego de que los principales laboratorios rompieron el acuerdo vigente dos meses atrás porque había sido firmado con un dólar a 18 pesos. En el medio quedan las farmacias, que permanecen en alerta ante el futuro próximo, con dos peligros: que el financiamiento de PAMI se atrase aún más que en la actualidad, y que sea en beneficio de las grandes cadenas, que pueden solventar demoras de meses sin recibir pagos, en detrimento de las pequeñas y medianas farmacias.
La idea del gobierno es que cada laboratorio firme su propio contrato de provisión de medicamentos, dejando de lado a las cámaras empresarias. Y luego el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) acuerda con el sector farmacéutico. Pero ya a principios de octubre, las entidades farmacéuticas habían alertado: «Si bien se proclama por parte del PAMI una operatoria más directa con las entidades que representan a las farmacias, el nuevo convenio no admite en la práctica posibilidad de discusión ni de contrapropuestas para estas entidades que representan a las farmacias prestadoras: las condiciones han sido impuestas por el PAMI y la lógica es ‘tómalo o déjalo'».
«La farmacia recibirá la parte que le corresponde, de la escasa rentabilidad que le permite el convenio, hasta tres meses después de la dispensa (70 días más el plazo hasta la presentación), y el primer pago que recibirá (a los 20 días más el plazo hasta la presentación) tampoco le permitirá solventar el costo de los medicamentos que entregue (ya que en el 70% del pago estará deducida la “bonificación” que aporta la farmacia al PAMI), ni tampoco este primer pago parcial llegará a tiempo para afrontar los pagos que deben realizar las farmacias a las droguerías», agregaron, para concluir: «La farmacia deberá seguir financiando el sistema, entregando medicamentos que ya ha pagado y esperando tres meses para cobrar la parte que le corresponde por sus servicios».
El ahorro anunciado por Macri se contrapone con dos procesos de ajuste: el de PAMI, que quiere recortar de su presupuesto 2019 hasta 10 mil millones de pesos (especialmente en medicamentos, a pesar de que aumentaron un 250% promedio en la gestión Cambiemos), y el de las farmacias, que enfrentan una disminución de sus facturaciones y el aumento de los gastos fijos.
Desde el sector apuntan que las condiciones de financiación son aún más exigentes que las vigentes hasta ahora, y podrían dejar a las farmacias pequeñas y medianas fuera de la atención a la obra social de los jubilados. Las miradas apuntan a las grandes cadenas, en especial Farmacity, ligada a Mario Quintana.
«Todo responde a un ajuste presupuestario que está obligado a hacer el PAMI. Los laboratorios decidieron terminar con el convenio Pami porque entre las condiciones que se les impuso, una era fijar un precio de venta que debía ser menor para PAMI de lo que se venía cobrando al público. Veremos en adelante si es cierto que Pami va a entregar todos los medicamentos que corresponden a los jubilados, y tal como se lo venía haciendo. Deberemos ir verificando que la accesibilidad a los medicamentos que venían usando los jubilados sea posible», aseguró a Tiempo el presidente de la Sección de Farmacéuticos del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Ciudad, Rubén Sajem. Y acotó: «Por otro lado, debería verificarse que las condiciones que impone el PAMI para la atención a las farmacias permita que las farmacias pequeñas y medianas (que son las que conforman la red asistencial en todo el país) puedan seguir atendiendo a los jubilados, y que no se privilegie a las grandes cadenas, que obviamente tienen sus intereses particulares en este asunto. A través del Pami se dispensan el 40% de los medicamentos recetados en Argentina».
Sajem remarcó que esperan «que se cumpla con el cronograma de pagos por las prestaciones a las farmacias, que ahora pasa a ser responsabilidad directa y exclusiva del PAMI, ya que las farmacias pequeñas y medianas no tienen capacidad de financiamiento», también que el FarmaPami, el sistema anunciado que validará las recetas, «sea transparente y los datos que maneja sean públicos y verificables para todos, ya que en realidad, en su desarrollo tenemos entendido que interviene una empresa privada, y no es un desarrollo propio del PAMI», y completó: «Los farmacéuticos entendemos que lo central, en cuanto al uso racional del medicamento, pasa por el seguimiento de la farmacoterapia para que se cumpla con los tratamientos y sean efectivos, el acceso a los medicamentos necesarios sin trámites engorrosos, y el asesoramiento permanente al jubilado en cuanto al uso del medicamento, riesgos, interacciones y los cuidados necesarios. Es en este sentido que las entidades que representan a los farmacéuticos queremos intervenir».
A pesar de que el propio director del PAMI, Sergio Cassinotti (al que Macri en todo su discurso llamó «Jorge»), afirmó que «bajará el costo de los medicamentos», desde el gobierno admitieron que eso no ocurrirá en el corto plazo. Y en el lado gremial tampoco son optimistas: «Lo que anunciaron con el Presidente es casi una cuestión de sentido común que no modifica en nada la situación comercial, con lo cual no trae ningún beneficio para los afiliados».