La Argentina se convirtió en el primer país del mundo que legisla contra la salmonicultura, una actividad que en los últimos años se reveló como particularmente nociva para el medio ambiente. La Legislatura de la provincia de Tierra del Fuego sancionó este miércoles una ley que la prohíbe, y que sus impulsores consideran histórica.

El proyecto presentado por el diputado provincial Pablo Villegas, del Movimiento Popular Fueguino, fue apoyado por organizaciones ambientalistas locales y nacionales, y su derrotero legislativo se remite a 2018, cuando un proyecto de factibilidad suscripto por la exgobernadora Rosana Bertone con empresas noruegas avanzó en la posible implementación de salmoneras en el canal del Beagle.

Aquel proyecto había partido de un convenio de cooperación firmado por el expresidente Mauricio Macri con autoridades noruegas, y aunque no prosperó, organizaciones ambientalistas junto a científico del Conicet y de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego comenzaron a trabajar en una ley que prohibiera la salmonicultura en el ámbito provincial.

“Esta es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tienen para los fueguinos la protección y conservación de nuestros recursos naturales”, destacó Villegas, y señaló que “Tierra del Fuego es pionera a nivel global en proteger al ambiente contra este proceso nocivo para el medio ambiente y el ecosistema natural”.

Los legisladores y las entidades que impulsaron el proyecto ilustraron sobre la necesidad de esta ley describiendo los antecedentes registrados en Chile, donde la instalación de salmoneras derivó en graves problemas para los ecosistemas marítimos. “Hace poco tiempo, en el fiordo de Comau, se produjo una catástrofe ambiental que generó la muerte de más de 6000 toneladas de salmones y una contaminación sin precedentes en la zona”, explicó Villegas.

La ley sancionada este miércoles prohíbe “el cultivo y producción de salmónidos en aguas jurisdiccionales de la provincia” con el objeto de “asegurar la protección, preservación y resguardo de los recursos naturales, los recursos genéticos y los ecosistemas lacustres y marinos” de Tierra del Fuego. Como excepciones, la normativa contempla actividades de cultivo para el repoblamiento de la especie, reconociendo además los proyectos ya existentes de acuicultura sustentable.

El peligro de las jaulas de red en el mar, donde se crían los salmones, es precisamente que los ejemplares escapen (cuando las redes son rotas por otros animales, como focas o lobos marinos) y compitan con especies nativas, además de diseminar enfermedades. El más habitual es el virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón), contra el cual las empresas de salmonicultura en mar abierto usan antibióticos y fungicidas, algunos prohibidos, que se incorporan en la comida de los peces y así son liberados al medio ambiente.