“El Estado es ineficiente”, supieron instalar en la campaña presidencial del ’89. La maquinaria mediática reprodujo ese concepto hasta al hartazgo, los futuros funcionarios del menemato “lo militaron” en cada discurso parlamentario, los más mediáticos lo hacían en medios afines. El debate rebotó en el discurso social: entró a las casas, se discutía en los negocios, se debatía en círculos de amigos, hasta un gran porcentaje de trabajadores estatales veía con buenos ojos que un agente externo se haga cargo de las empresas del Estado. El fallecido Carlos Menem, una vez llegado al poder, envió al Congreso un proyecto que se aprobó rápidamente: la ley 23.696, conocida como “Ley de Reforma del Estado”, sancionada el 17 de agosto de 1989. Esto permitió la privatización de un gran número de empresas estatales, la fusión y disolución de diversos entes públicos, como YPF, ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas y las empresas de agua, luz y gas. Intentaron avanzar con la privatización educativa, pero hubo un pueblo dispuesto a frenarlos. Hoy, los principales referentes de Juntos por el Cambio quieren generar un aval social para que, de llegar al poder, puedan vaciar, ajustar y privatizar el sector.
Poco más de una década duró el sueño de los liberales que integraban las filas del expresidente Carlos Menem, autoproclamado peronista. Las consecuencias estuvieron a la vista: aumento exponencial de la pobreza, salarios congelados, millones de despidos y hastío social.
En materia educativa avanzó con la descentralización pero, cuando Enrique Bulit Goñi, ex viceministro de Educación y Justicia de la Nación (1989/90), intentó siquiera insinuar el arancelamiento de la educación universitaria, tuvo que dar un paso al costado. Varios años después ocurrió lo mismo con el ex ministro de Economía de De La Rúa, Ricardo López Murphy. Durante el 2015 y el 2019, el macrismo no se animó a avanzar con el arancelamiento directo de la educación pública. ¿y ahora, por qué se animan?
En las últimas horas, se viralizó un video de Franco Rinaldi, precandidato a diputado porteño de Jorge Macri, donde manifestó su decisión de privatizar la educación universitaria: “no es solo que hay que arancelar” sino que “el sistema, como está planteado, es injusto (…) Incluso en muchos casos se ha convertido en una gran playa de estacionamiento, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, para las clases medias que no saben mucho qué hacer y que dicen ‘bueno, ¿qué hago? Bueno, me meto al CBC (Ciclo Básico Común), hago un añito de esta carrera, un añito de esta otra carrera, total es gratis”.
Horas después, las declaraciones de Patricia Bullrich, precandidata a presidenta de JxC, continuaron por esa línea, pero esta vez con datos falsos. Aseguró que las universidades «están vacías (…) y que “casi la mitad de la matrícula es de alumnos extranjeros». En la misma frase aseguró que los estudiantes argentinos «quedan en un cementerio». Las declaraciones de Bullrich se produjeron durante su participación en el XVI Foro Atlántico “Iberoamérica: Democracia y Libertad” de la Fundación Internacional para la Libertad.
¿Es casual que las declaraciones de ambos candidatos de JxC, salieran a la luz en este contexto, o, al igual que en la previa del menemismo, intentan generar consenso social para el ajuste que se viene si llegaran al poder?
“Las declaraciones de Patricia Bullrich sobre las universidades públicas argentinas demuestran su desconocimiento, ignorancia y prejuicio negativo sobre uno de los pilares del conocimiento, la ciencia y la investigación que tiene nuestro país”, plasmó en sus redes el ministro de Educación de la Nación Jaime Perczyk.
El titular de la cartera educativa, hay más de 2,5 millones de estudiantes universitarios con una tasa de escolarización del orden del 5,3%, y que esto convierte a la educación universitaria argentina en una de las más altas de América Latina, el Caribe y la región y cercana a Chile y España. “El 81% de los estudiantes universitarios lo hacen en universidades públicas que son reconocidas por su desempeño académico no sólo en nuestro país sino también en todo el mundo”, agrega Perczyk: “El total de estudiantes extranjeros de grado, pregrado y posgrado es del 4% en las universidades públicas y del 5,5% en las privadas. Nosotros vamos a seguir financiado y apoyando la universidad pública porque es uno de los pilares para la democracia plena, la igualdad, la justicia social, el federalismo y el desarrollo económico, social y productivo de la Argentina”, remata.
En el mismo sentido, el titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, refutó las declaraciones de Patricia Bullrich: «En su afán por cerrar y volver a ajustar la universidad pública, Bullrich despliega tremenda ignorancia. Afirma que está vacía y que la mitad de los estudiantes son extranjeros. La verdad es que hay 2.476.915 universitarios. Más del 80% va a la pública y sólo el 4,2 son extranjeros».
El repudio de la izquierda y los sindicatos
Desde el sindicato de docentes de la Universidad de Buenos Aires, Feduba, también repudiaron las «expresiones xenófobas y racistas» de la candidata de Mauricio Macri a la presidencia. Mediante un duro documento, subrayan la «supina ignorancia» de la precandidata del macrismo. «Nos enorgullecemos de la tradición aperturista de la educación superior en nuestro país. Ser un baluarte en el mundo de la generación de conocimiento y de la gratuidad universitaria, pone a nuestro país a la delantera en materia del derecho a la educación, e impulsa el desarrollo científico y tecnológico», aseguraron, al mismo tiempo que realizaron un «llamado a la reflexión» a los candidatos para «no hacer campaña con mentiras o datos falaces».
“Bullrich miente. Dice que el 50% de los estudiantes de las universidades son extranjeros cuando no llegan a ser el 5%”, manifestó en sus redes el precandidato a Presidente de la izquierda Gabriel Solano. Para el actual diputado porteño, Patricia Bullrich “promueve la xenofobia y busca desacreditar la educación pública para promover su privatización y arancelamiento”.