La familia Teilleri conservará un recuerdo traumático de los días de encierro obligatorio por la pandemia de Covid-19. Un grupo de policías de Junín irrumpió en la casa, amenazó con sus armas reglamentarias y golpeó con alevosía al padre y a uno de los hijos, causándoles fracturas y traumatismo de cráneo. Luego los llevó detenidos junto a la madre. El motivo fue la “música fuerte” del karaoke que estaban realizando en el garaje. Un jefe policial se justificó diciendo que se había tratado de un “malentendido”.
El jueves, alrededor de las diez de la noche, Marcelo Teilleri, un comerciante de 45 años, estaba en el garaje de su casa, ubicada a unas 15 cuadras del centro de Junín, practicando su afición al canto. Pero los temas del Grupo Chévere o Sebastián, amplificados por el equipo de karaoke, fueron interrumpidos de repente cuando un patrullero estacionó frente a la puerta.
“Cuando salí al porche vi que eran entre seis y ocho policías. Me dijeron que yo estaba violando la cuarentena y que estaba cometiendo un delito federal. Yo le dije que no era así, que estaba en mi casa con mi esposa, mis cuatro hijos, uno de ellos cantante profesional, y mis tres nietos. Ellos insistieron en que los vecinos habían denunciado que no los dejaba dormir y empezó una discusión. Después me dijeron que tenía que firmar un papel, y les abrí la puerta. En ese momento, uno me pegó una trompada a traición en la nariz. Me tiré para atrás porque empecé a sangrar y ellos se metieron y me empezaron a pegar entre todos”, cuenta Marcelo.
El hombre, aun dolorido por las secuelas de la paliza, destaca que jamás les faltó el respeto ni los insultó, y que solo les dijo que él no estaba violando ninguna ley. “Yo estaba tomando agua mineral, no era una fiesta ni nada raro. Solo estaba con mi familia en mi casa”, insiste.
“Al primer grupo de policías –continúa– se le sumó otro, así que eran como quince. Mi hijo mayor bajó de la planta alta y le pusieron una pistola en el pecho mientras le gritaban que se tirara al piso. Una vez que lo hizo, le empezaron a pegar en la cabeza. Otro de mis hijos, el de 17 años, se escondió en el baño y pudo filmar como me seguían pegando cuando ya estaba esposado y les decía que era al pedo. Todo frente a nietos que tienen entre cinco y dos años”.
Después del calvario, que incluyó destrozos en la vivienda, Marcelo, su hijo de 22 años (nombrado como el padre por ser el primogénito) y su mujer fueron llevados detenidos a la comisaria segunda. Alrededor de las cuatro de la mañana, el jefe de turno del comando patrulla, subcomisario Jorge Montenegro, le dijo a Marcelo que habían comprobado que eran una “familia de bien” y les pidió disculpas por el “malentendido”. También agregó una advertencia. “Fijate lo que hacés porque sos comerciante y no te conviene tener un problema con la policía”.
Ese vicio
Marcelo supo que debía registrar los abusos y pidió por un médico, pero los policías le dijeron que “por el tema del virus” no podían traerlo. Insistió tanto que lo llevaron al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) donde constataron que tenía el tabique fracturado, al igual que dos costillas del lado izquierdo. También un ojo comprometido. Su hijo, en tanto, presentaba un traumatismo de cráneo que obliga a hacerle un seguimiento.
El fiscal Javier Ochoaizpuro, a cargo de la investigación por “averiguación de ilícito”, declaró a Junín24 que “hasta el momento lo único comprobable es que Teilleri infringió el artículo 8031 del código de convivencia urbana, y podrá ser sancionado por el juzgado correccional. Queda ahora comprobar si hubo abuso de autoridad por parte de los policías o resistencia a la autoridad por parte de Teilleri”.
Los concejales del Frente de Todos expresaron a través de un comunicado su “más categórico repudio a los actos de violencia protagonizados por agentes de la policía en el hogar del vecino de Junín Marcelo Teilleri” y exigieron que los efectivos sean pasados a disponibilidad.
“Yo estoy del lado de la policía –dice Marcelo–, no les tengo bronca ni odio, pero lo que hicieron fue una canallada. En Junín hubo varios casos de abusos, tienen ese vicio, pero siguen impunes. Hacen estas cagadas porque están amparados desde arriba”.