La nueva ola de Covid–19 en la Argentina es una realidad. En una semana se triplicaron los casos. Y eso solo contando quienes se testean, que son los menos. En ese marco, con el barbijo fuera de uso, y el relajo de la población de cara a fin de año, la vacunación es la clave.
“Se está viendo un incremento en la notificación de los casos de SARS-CoV-2, que venimos advirtiendo desde octubre. Los países tienen picos en verano, y detectamos suba de casos en la región, como en Brasil. Los desplazamientos de las personas hacen que tengas nuevamente circulación. Por eso desde octubre incentivamos la aplicación del refuerzo porque la mayoría se había aplicado la última dosis hace más de seis meses”, resalta a Tiempo el subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud, Juan Castelli. Sostiene que se está evaluando reincorporar el barbijo en lugares claves como los centros de salud. Y aclara: “Todavía no tenemos un incremento sustantivo en casos de internación y camas. En la medida en que la población esté vacunada con refuerzos vamos a tener los resultados que hemos tenido, que el impacto de contagios no tenga traducción directa en las UTI”.
–¿Aun si Ómicron sigue mutando a nuevas variantes?
–Hoy hay evidencia de que si tenés una vacuna aplicada dentro de un intervalo corto de cuatro meses, las vacunas disponibles funcionan y protegen de complicaciones graves. Tenemos 22 millones de personas que se dieron el primer refuerzo y 6 millones el segundo. Si te diste la última dosis hace más de cuatro meses, andá a vacunarte.
–¿Por qué hay 16 millones que no se dieron el segundo refuerzo?
–Pasa en todos los países. Cuando no tenés circulación, las personas demoran la vacunación. No hubo casi demanda en otoño/invierno, tenías síntomas leves y lo pasabas en tu casa. Ahora ya pasó más tiempo respecto a la última dosis, hay una circulación del virus más elevada, entonces la vacunación creció. Muchas veces se acercan por tener más aprehensión de la circulación del virus. En la última semana se pasó del promedio de 120 mil dosis aplicadas con el que veníamos, a 313 mil. ¿Por qué muchos no se vacunan? Es voluntaria, y hay un aspecto hasta sociológico. Hay algunos estudios que dicen que hay cierto agotamiento de las personas en relación a la vacunación, pero hay que seguir evaluándolo, porque como pasa ahora con el Covid creció tres veces la demanda. La percepción de riesgo juega un papel muy importante en el momento de vacunarse.
–¿Se la puede incorporar al calendario, como la antigripal?
–Todos los países estamos evaluando cómo seguir. Hay que analizar la durabilidad de la respuesta de las dosis, las poblaciones objetivo; si el virus tiene estacionalidad, como la gripe, que por ahora no la tiene, porque por tercer año tenemos pico en verano. Es un escenario dinámico. Estamos evaluando la incorporación al calendario, pero para eso tenés que incorporarla con un esquema, y para definirlo necesitás más información para conocer la dinámica del virus.
Sarampión, rubéola, paperas y polio
La pandemia exacerbó una baja en las tasas de otras vacunaciones. La que más alarmó fue la del Sarampión, Rubéola, Paperas y Polio. El 62% de cobertura hizo que generaran una Campaña para aplicar un refuerzo en menores de 13 meses a 4 años, extendida hasta este mes. «Es una vacuna que la conocen los papás y las mamás –dice Castelli–. Pero la sociedad demora la decisión de vacunarse hasta que empieza a haber mayor percepción de riesgo». Culminando la campaña hay 1.459.876 niñas y niños que se aplicaron el refuerzo de Triple Viral e IPV. Queda aún por cubrir una población objetivo de 850.000. Prevén reforzar en verano, y que sea obligatorio tener el refuerzo antes de entrar al jardín.