La Isla Martín García es para muchos, esa porción del territorio nacional donde la historia transcurrió al ritmo de los acontecimientos del país. Incluso con parte de pueblo Ranquel preso en la antigua cárcel donde luego también estuvieron detenidos los presidentes Yrigoyen, Alvear, Perón y Frondizi. Claro que hay otras historias en esta porción de territorio junto a la naturaleza y rodeada de río anchísimo, que eligió el escritor nicaragüense, Rubén Dario para reponer su salud, y que fue declarada como Reserva Natural de Uso Múltiple en 1998.
Lo cierto es que está aquí nomás. Tiene “magia”, dicen muchos y quienes la visitan siempre quieren volver. Es su naturaleza avasallante, las historias y los personajes quienes forman parte de este destino turístico imperdible que lo convierten en una propuesta ideal para vivir un fin de semana diferente porque se puede ir y volver en el día o quedarse a descansar todo el finde.
Los navegantes que cruzan rápido a Uruguay la ven de refilón. La Isla Martín García está ubicada en pleno Delta bonaerense, pertenece al partido de La Plata y cuando se habla de su riqueza natural es por la diversidad de la flora y la fauna ribereña.
En esta isla, se unen el bosque en galería con sus estrellas como el ceibo y el laurel criollo, el monte seco con espinillos, cardones y lapachitos, y en la zona de la costa, se destacan coronillos y juncos.
A quienes le gustan los “bichos”, se pueden ver nutrias, carpinchos, lagartos, lagartijas, tortugas acuáticas y alguna yarará, no tan deseada y los avistadores de aves deben agendar el dato clave: más de 200 tipos de aves pueblan la zona.
«Vivir entre la naturaleza más agreste es un idioma que pocos saben leer. Acá hay una importante cantidad de flora y fauna para apreciar y conocer», contó Facundo Baraldo Martínez, estudiante de la tecnicatura en producción vegetal orgánica, quien desde hace diez años trabaja en la isla, es estudiante de la tecnicatura en producción vegetal orgánica y hace cinco creó una huerta agroecológica. El joven pasó de residir en el vértigo del microcentro porteño a vivir entre el sosiego del río.
Su proyecto, su trabajo es amigable con el medioambiente y potencia la riqueza de la tierra que le ofrece frutas y verduras, pero su objetivo se concentra en ampliar el emprendimiento para poder abastecer a toda la comunidad.
Facundo se encuentra alejado del área más transitada, por eso suele recibir la visita para conocer su emprendimiento de quienes llegan a la isla y se quedan unos días.
Mabel Latorre es guía local y experta en la elaboración de conservas y mermeladas. Hace más de cuatro años decidió regresar a la tierra familiar: “La isla tiene magia, tanta historia, tanta vegetación que te atrapa”.
Sus preparaciones trascendieron los límites insulares y muchos turistas que regresan a este destino van en busca de esas delicias. Para Mabel la reina de las mermeladas es la de tomate, luego la de higo y el mix veraniego que lleva frutilla, kiwi, uva, naranja, manzana, pera, durazno y ciruela.
El invierno también tiene lo suyo cuando la isla se puebla de cítricos y los dulces son de pomelo, naranja, mandarina y limón, para quienes prefieren estas confituras.
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