Niños, niñas y adolescentes no son el blanco principal del virus Covid-19. Pero sí están expuestos a sus múltiples efectos. Por tercera vez desde el inicio de la pandemia, Unicef Argentina realizó un relevamiento para medir su impacto. El informe mostró que, en octubre, cuatro de cada diez hogares con menores vieron reducidos sus ingresos laborales. Allí donde se recibe la Asignación Universal por Hijo/a (AUH), la baja de ingresos se dio en el 53% de los casos.
La situación llevó a muchos adolescentes a tener que ingresar al mercado laboral. Un 16% de las y los consultados respondieron que trabajan para el mercado, y casi la mitad (el 46%) no lo hacía antes del inicio de la pandemia. Esto sumado a la carga de trabajo doméstico que, si bien recayó mayoritariamente sobre las mujeres, también lo hizo sobre adolescentes.
La reducción de los ingresos se debió principalmente a la perdida de horas de trabajo, disminución en los niveles de ventas, pedidos o clientes, así como a suspensiones. El 10% de los hogares encuestados declaró haber perdido al menos un empleo: es decir que hay 600.000 hogares donde al menos una persona perdió su trabajo. Comparado con el relevamiento anterior -de julio- en todos los casos el indicador presenta un empeoramiento de la situación laboral.
En el plano sanitario, el 42% de los hogares encuestados no pudieron mantener los controles de salud para el conjunto del hogar o alguno de sus miembros. El 20% no pudo continuar la vacunación de sus hijos e hijas. Una vez más la situación se agrava en hogares que perciben la AUH, donde la falta de controles y la interrupción de la vacunación afecta al 47 y al 22% respectivamente.
Y a la reducción de los controles se suma el empeoramiento de la alimentación. La Encuesta Rápida del mes de octubre arrojó que el 28% del total de los hogares relevados había dejado de comprar algún alimento por limitaciones en el ingreso: dato que implica un aumento de 2,2 puntos porcentuales respecto a lo relevado en julio. El factor coincide con lo reflejado por el “Estudio sobre el impacto de la Covid-19 en los hogares del Gran Buenos Aires”, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) tras un relevamiento realizado entre agosto y octubre de 2020, que indicó que en el 33,8% de los hogares se debió reducir el consumo de al menos un alimento (carne vacuna u otras, verduras frescas o leche) por haber tenido menos ingresos durante la pandemia.
En cuanto a la percepción sobre los riesgos de contagio de coronavirus, el tercer relevamiento de la Encuesta Rápida muestra que 67% de la población considera que la cuarentena obligatoria evitará el contagio del virus de COVID-19, pero este último informe refleja un fuerte descenso con respecto a esa consideración en abril, cuando un 96% validaba la medida. Desde Unicef señalaron que esto “permite observar el cansancio social” y detallaron que, específicamente entre las y los adolescentes, la caída en el acuerdo disminuyó entre abril y octubre en siete puntos porcentuales, aunque se mantiene todavía en proporciones elevadas: 92%.