La pandemia le hizo un clic. Marianela Muñiz y su compañero estaban hartos. Y en esos casos una de las mejores decisiones puede ser encarar nuevos rumbos. Ellos eligieron el sur. Y estando ahí, en medio del frío y de la nieve, alejada del ruido cotidiano de la Capital Federal y sus alrededores, ella encontró la imagen perfecta. Esa que le valió el primer premio del concurso fotográfico de Bunge y Born, como retrato de lo que fue este nuevo tiempo a partir de la irrupción del Covid–19.
«La idea de mudarme a Bariloche junto a mi compañero que es un ‘nic barilochense’ surgió durante la cuarentena del 2020, luego de muchos meses de encierro en un departamento en el barrio de Villa Crespo. La sensación de ahogo nos llevó a la búsqueda de un ambiente más tranquilo y en contacto con la montaña», comenta la autora a Tiempo.
El proyecto de mudanza les tomó un año y medio, hasta que por fin lo lograron: «claro que con mucho esfuerzo y teniendo que resignar mi trabajo en relación de dependencia en la empresa de televisión donde trabajaba. No fue nada fácil enfrentarme a semejante movimiento de estructuras, pero hoy entiendo que era parte de lo que tenía que hacer para llegar a donde estoy ahora. Es imposible hacer un copiar y pegar, todo gran cambio implica un gran esfuerzo y estar permeable para afrontar lo que se venga. Y si bien continúo con mi práctica artística, también trabajo de forma freelance y estoy en plena búsqueda laboral, viendo qué surge».
Marianela tiene 31 años. Es diseñadora de Imagen y Sonido. Estudió en la UBA y trabajó muchos años en televisión en la Ciudad de Buenos Aires, como productora y como asistente de cámara y camarógrafa. Siempre estuvo relacionada con la imagen, aunque la mayoría de las veces con lo audiovisual. Hizo la dirección de fotografía de un largometraje, varios cortos, y videoclips.
En eso apareció la Fundación Bunge y Born, que lanzó un concurso de fotografía y video llamado «Imágenes de un nuevo tiempo», destinado a artistas, fotógrafas/os y creadores jóvenes, de entre 18 y 35 años, que expresaron su visión sobre el escenario actual a partir de la pandemia. Los premios iban de 120.000 hasta 400.000 pesos.
«La foto se me vino a la mente como una epifanía. Había caído la primera nevada de la temporada a fines del mes de abril y pensé en hacerla cerca de donde vivo, en Las Victorias, uno de los barrios al este de Bariloche, plena estepa patagónica», continúa Marianela, ganadora del primer premio. Y agrega: «pensando en la temática pandémica, apareció este personaje andrógino que encarné desde el autorretrato, sumido en un universo desértico y distópico, un tanto abatido. Quise transmitirle la sensación de agobio y pesadez que fui sintiendo a lo largo de lo que va de pandemia. Sé que todavía queda mucho por atravesar y tenemos que seguir cuidándonos, por suerte de a poco vamos volviendo a la ‘normalidad'».