Los llamados de una directora de escuela y una vecina llevaron a la Justicia y la Policía Bonaerense a descubrir una escena tremenda en una vivienda de Vicente López: un nene de siete años y su mamá, asesinados a martillazos, y un hombre muerto en la bañera. Este viernes comienzan las autopsias para esclarecer el caso, pero todo apunta a un doble crimen y suicidio.
La directora de la escuela Cuarto Creciente llamó al 911 luego del tercer día de ausencia de León, y sin respuestas de su familia. Otro llamado, de una vecina de la casa sobre la calle Julio A. Roca, en Florida, había alertado que salía agua debajo de la puerta. El fiscal Gastón Larramendi y la Policía Científica ingresaron a la vivienda y encontraron, sobre la cama matrimonial, los cuerpos golpeados y apuñalados de María Gabriela Carco y su hijo de siete años. El cadáver de Gabriel Cáceres, en tanto, estaba en la bañera. La canilla estaba abierta y gran parte de la casa, inundada.
El caso quedó en manos de la fiscal Lida Osores Soler, especializada en hechos de violencia de género. Esta mañana se preparaba el inicio de las autopsias en la morgue de San Fernando. Aunque el proceso podría demorarse, según consignó Infobae, por la persecución y choque fatal en la Panamericana, con tres muertos.
Durante las primeras horas de la investigación se conoció una denuncia previa de la hijastra de Gabriel Cáceres. La joven lo había acusado de golpearla desde que tenía 14 años, al punto de haber decidido mudarse a la casa de un tío tras una golpiza hace dos años, cuando tenía 17.
La medida de abrigo a favor de la adolescente se dictó a principios del año pasado, luego del llamado a la Policía de una vecina. Entonces intervinieron la Unidad Fiscal de Género de Vicente López y el servicio local de la Niñez, y la chica quedó a cargo del tío “por haber padecido reiterados episodios de violencia física, psicológica y verbal por parte de su padrastro”.
La familia se había mudado a esa vivienda de Florida hacía pocos meses. Vecinos y vecinas indicaron que mantenían poco o nulo contacto con ellos. El barrio, en las últimas horas, estaba conmocionado.