“Cada año hay algunos casos de hepatitis no determinada que pueden ser virales. Siempre hay dos o tres casos anuales. Pero cuando estos casos superan los habituales se habla de brote epidémico. Solo en abril, hubo casi 200 casos en 25 días”, alertó Daniel D’Agostino (MN 40.156), médico pediatra gastroenterólogo y hepatólogo, y miembro del Comité de Hepatología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
En diálogo con Tiempo, el especialista se refirió al brote de hepatitis aguda que ya desató preocupación a nivel mundial, tras la detección de más de 169 casos en al menos 12 países, con foco en el Reino Unido. En su mayoría, en pacientes menores de seis años. “A las hepatitis les ponemos nombres. Cuando no tienen una etiología precisa las llamamos ‘no determinadas’. O cuando uno piensa en brotes infecciosos, los llamamos de acuerdo al virus A-B-C-D-E. A esta hepatitis podemos llamar ‘hepatitis noA-noE’ o ‘no determinada’. No se conoce todavía la causa”, explicó.
A partir de la información disponible hasta el momento, que dio lugar a la emisión de una alerta por parte de la Organización Mundial de la Salud (y, luego, desde la cartera sanitaria local), “en un 30-40% de los casos fue hallado adenovirus, un virus que en general afecta el aspecto respiratorio. Pero el adenovirus F41 afecta el aparato digestivo. Con síntomas iniciales de enfermedades digestivas. Posteriormente, dentro de los tres días del cuadro, empieza la hepatitis. Con aumento de la bilirrubina y de transaminasas, enzimas hepáticas. Algunos de estos chicos llegaron al trasplante”. De hecho, según lo registrado hasta el 21 de abril, 17 personas de entre un mes y 16 años de edad tuvieron que acceder a un trasplante de hígado.
La emisión de alertas implica que “se está pidiendo a los centros médicos que comuniquen casos de hepatitis no determinada para poder investigar la causa. Si es el adenovirus u otra”. D’Agostino señaló que “las medidas de cuidado en la familia son las que tenemos que hacer permanentemente: lavado de manos, cuidado con el contacto con la materia fecal, no tocarse la cara sin previamente lavar las manos. El lavado tiene que ser frecuente”.
“Rápidamente hay que consultar al pediatra y al hepatólogo para que determine el grado de enfermedad. Algunos pacientes tienen que ir a centros de alta complejidad y llegan a trasplante entre una semana y 10 días”, añadió el hepatólogo. Resaltó, además, que “ninguno de estos chicos está vacunado (contra el covid). Aparentemente hay un 20% de los que también tuvieron adenovirus (30%) que tenían covid concomitante. Pero la tasa es baja. No estaría relacionado con eso. Ni con la vacuna, esto es importante”. D’Agostino remarcó que se trata de población no vacunada contra el covid, mientras circula información falsa que apunta a la inoculación en pandemia como factor desencadenante de esta nueva enfermedad.