Para la paleontología, la Patagonia es oro puro. Un enorme terreno que guarda en sus entrañas tesoros de lo que fue el mundo siempre fascinante de los dinosaurios. Si bien en estos años encontraron piezas de los mayores herbívoros del mundo, el reciente descubrimiento fue más sorpresivo: un equipo científico, liderado por investigadores argentinos, halló el esqueleto mejor conservado para un carcarodontosáurido sudamericano y uno de los más completos del mundo. Lo llamaron Meraxes. Y es uno de los dinosaurios carnívoros de mayor tamaño registrado.
El nombre está inspirado en un dragón de los libros “Canción de Hielo y Fuego” del escritor George R.R. Martin, recreados en la serie Game of Thrones (Juego de Tronos). La extracción de los grandes huesos de este animal tomó 4 campañas anuales de 2 a 4 semanas cada una y contó con la participación de numerosas personas de diferentes lugares, desde la Universidad de San Luis hasta Estados Unidos, Japón y Canadá.
Fue hallado en La Barda Atravesada de las Campanas. Cortada por el cañadón del mismo nombre, es un sitio árido de rocas rojizas que dista unos 20 kilómetros de Villa El Chocón, provincia de Neuquén. En la zona afloran rocas conocidas como Formación Huincul, depositadas a principios del Cretácico Superior (de unos 96 a 93 millones de años de antigüedad) de una época en la que convivían los mayores de todos los dinosaurios herbívoros del mundo, incluyendo a cuello-largos como el titanosaurio Argentinosaurus (el más grande del planeta descubierto), junto a rebaquisáuridos de tamaño mediano y largas colas, y veloces iguanodontes que escapaban de carnívoros de todo tipo, desde aquellos pequeños y emplumados emparentados con las aves a terópodos medianos como el abelisáurido Skorpiovenator y los colosales carcarodontosáuridos, los más grandes dinosaurios carnívoros de todos los tiempos.
Desde el Ministerio de Ciencia enfatizaron que el hallazgo de Meraxes incrementa la diversidad de terópodos conocidos para la Formación Huincul y agrega una nueva especie de depredador gigante para el Cretácico de América del Sur: «representa también el primer carcarodontosáurido con cráneo, brazos y pies muy completos, y el más anciano de los dinosaurios que conocemos, con alrededor de 45 años de edad. Además, Meraxes brinda información acerca de la relación entre los cráneos enormes y los brazos diminutos en los mayores dinosaurios carnívoros del mundo».
El trabajo científico fue publicado en el último número de la prestigiosa revista científica Current Biology. El título del trabajo en inglés es New giant carnivorous dinosaur reveals convergent evolutionary trends in theropod arm reduction. El titular de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, felicitó a las y los científicos y destacó: «el descubrimiento nos llena de orgullo y da cuenta de la magnitud y calidad de la investigación argentina y de la importancia de tener un Estado que invierta en ciencia y tecnología. Este hallazgo nos permite conocer qué seres habitaron nuestros suelos hace millones de años, y aporta información clave sobre su morfología, lo que posibilita reconstruir una especie e incluso incrementar el conocimiento sobre su diversidad”.
Meraxes: un ejemplar único y clave para la ciencia
Según calculan, el dinosaurio hallado murió con alrededor de 45 años de edad (entre 39 y 53), alcanzaba unos 11 metros de longitud, y su peso rondaba las cuatro toneladas (4200 kilogramos). «Sus características anatómicas muestran que este dinosaurio tenía algunas particularidades. Su cabeza era enorme, con huesos muy ornamentados con protuberancias, crestas y surcos, y sus dientes del tamaño de cuchillos. Sus brazos eran sorprendentemente cortos, del tamaño de los de una persona; su sacro tiene una forma curiosa, como de silla de montar, sus patas eran poderosas y su segundo dedo era rematado por una poderosa garra, que recuerda vagamente a la de los velociraptores o la de las chuñas, aves cazadoras que viven en el norte argentino», explicaron desde el equipo de investigación.
Los carcarodontosáuridos tienen cabezas muy grandes, por ejemplo la del carcarodontosáurido Giganotosaurus carolinii (que aparece en la última película de Jurassic World) supera ampliamente en longitud a la del T-Rex. Sin embargo, mientras que de Tiranosaurio se conocen varios cráneos completos, no sucede lo mismo con el que habitó el actual territorio nacional. «Aquí es donde juega Meraxes; pues lo completo del cráneo, con sus 127 centímetros permite, por primera vez, tomar medidas detalladas de un cráneo de carcarodontosáurido y extrapolarlas al gran Giganotosaurus. Aunque el cráneo de Meraxes es proporcionalmente más angosto, permitió estimar la longitud total del cráneo de Giganotosaurus, el más grande de los carcarodontosáuridos y uno de los más largos en terópodos en 163 centímetros», acotaron.
Una de las partes mejor preservadas de Meraxes son sus patas. Casi todos los huesos de sus dedos estaban en posición, mostrando con claridad su ubicación. Estos huesos robustos y con fuertes uniones ligamentosas entre sí, estaban preparados para sostener el elevado peso de estos enormes dinosaurios carnívoros. Una de las características más llamativas que revelaron estos materiales es la garra del dedo interno del pie, bastante más grande que las otras dos (casi el doble de larga que la del dedo externo) y con un borde ventral un poco más afilado. Si bien en formas más primitivas de estos terópodos, como el Allosaurus, esta característica está presente, nunca fue con el nivel de desarrollo que presenta Meraxes, por lo que resulta una característica hasta ahora propia de esta nueva especie.
En las vértebras que están por encima de su cintura pélvica (las vértebras sacras), las espinas dibujan un contorno semejante al de una silla de montar. «Esta particularidad, que ya hemos visto en otros carcarodontosáuridos precede, por ejemplo, en el ibérico Concavenator, a una pequeña cresta o joroba, de función desconocida. ¿Tenía Meraxes una joroba al final de la espalda, antes del sacro? Es bastante posible, pero no se encontraron las suficientes vértebras de la espalda como para saberlo», responden en Ciencia.
Aunque no es posible decir la edad exacta de Meraxes al morir, concluyeron que había alcanzado la madurez tardíamente, bastante después de lo que lo hacía T-Rex. Así, este individuo de Meraxes se halla entre los dinosaurios carnívoros más ancianos que se conocen. Meraxes gigas alcanzaba su enorme tamaño alargando el tiempo de crecimiento (hipermorfosis) respecto a lo que sería normal para otros terópodos emparentados (como Allosaurus, del Jurásico de EE UU); es decir, continuaba su crecimiento por un mayor periodo de tiempo. Así lo graficaron en el equipo de investigación: «como si los humanos, en lugar de dejar de crecer en altura a los 20 años, crecieran hasta los 40 y llegaran a alrededor de tres metros de altura».