Hace 12 días, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) sufrió un hackeo del sistema de administración que afectó a todas las sedes del organismo y puso en riesgo real la confidencialidad de proyectos tecnológicos estratégicos del país como el del reactor CAREM –25. Una de las consecuencias de la motosierra salvaje del gobierno de Javier Mieli fue la desinversión en ciberseguridad para proteger, justamente, proyectos como el CAREM por su impacto en ciencia, tecnología y la actividad productiva. Si se tiene en cuenta que el propio Milei empeñó su palabra con Estados Unidos para frenar la construcción del CAREM, el sabotaje al sistema informático del organismo puede pensarse como un favor al plan oficial de desmantelar la política nuclear argentina.

“Desde el 27 de noviembre tenemos todos los sistemas levantados, se están escaneando las computadoras y los servidores y de a poco se está retomando la actividad de conectividad dentro de las instituciones; no tenemos mucha claridad de lo que pasó y cuál fue el objetivo del ataque, lo que es seguro es que el recorte presupuestario no permitió ejecutar un proyecto de inversión pedido para mejorar el sistema informático y protegerlo frente a hackeos. Eso no se hizo, al igual que un montón de otras cosas”, explica un físico de CNEA que prefiere la reserva.

Un comunicado oficial del 2 de diciembre de la CNEA expresó que “el incidente en la infraestructura TIC del día 27 de noviembre ha sido contenido. En ningún momento estuvo comprometida la seguridad de las instalaciones nucleares y no se ha difundido información sensible”.

Su difusión sirvió como respuesta a los rumores acerca de la pérdida o robo de los diseños del Proyecto CAREM -25, que permitiría avanzar en la soberanía energética y la acumulación de capacidades tecnológicas e industriales.

“Lo que esta circulando –continúa la fuente– sobre la pérdida de información sensible es un rumor; lo que si está firme es que el gobierno frenó el proyecto CAREM bajo el eufemismo de que está en ´revisión de ingeniería´. Todo es parte de una hipótesis que señala que se están entregando información y profesionales calificados a un nicho de países extranjeros con reactores, lo que significa una pérdida de soberanía”.

Sometido a los capitales

El hackeo a la CNEA ocurrió en el marco del reclamo de los trabajadores del sector nuclear, quienes este martes 10 de diciembre concentrarán en la sede central de la CNEA, en Av. del Libertador 8250 de CABA, para “denunciar los embates que el gobierno viene realizando contra el sector”.

“Los embates del gobierno –señala el comunicado de los trabajadores organizados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) – nos dejan hoy en una situación de vulnerabilidad: los despidos en dioxitek, la renuncia de trabajadores calificados en la CNEA por los bajos salarios, la falta de presupuesto para la puesta en marcha de la PIAP y la posibilidad de privatización de esta planta y de NASA son en su conjunto un golpe grande al sector. Se repite una historia que ya se vivió en la década de los 90, durante el menemismo. Sabemos que recuperar estos organismos y sus funciones cuesta muchísimo tiempo, décadas, si es que puede recuperarse del todo”

“Nos pronunciamos en defensa del sector nuclear en su conjunto. Queremos desarrollar tecnología nuclear para ayudar a resolver las necesidades de nuestro pueblo y no para estar sometido a los capitales y los gobiernos como Estados Unidos”, cierra el texto.