El Balneario Mayor Buratovich, las playas de Necochea, Mar del Plata, Claromecó y San Blas, en Buenos Aires. Río Grande, en Tierra del Fuego. El Área Natural Protegida Punta Bermeja y San Antonio Este, en Río Negro. Punta Loyola, en Santa Cruz, y Puerto Pirámides, en Chubut. El mapa de la costa argentina se va poblando de puntos donde se confirmaron muertes de lobos marinos por gripe aviar.
«Este lobo puede llegar a la Antártida. Estamos teniendo muchas notificaciones. Hasta el miércoles hubo 15, de las cuales once ya fueron positivas», relata el médico veterinario Vicente Rea Pidcova, del Programa de Sanidad Aviar perteneciente a la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Hasta las últimas horas, los ejemplares muertos se contabilizaban en «aproximadamente 145».
Los casos y zonas afectadas se diseminaron en la misma semana en que se anunció la reanudación de las exportaciones de carne aviar argentina hacia la Unión Europea, interrumpida en febrero por la detección de un brote de Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP). «En la parte comercial se ha terminado (el brote). Si hay alguna falencia, alguna ruptura de las medidas de bioseguridad de las granjas, puede volver a ocurrir. Seguimos siendo un país considerado libre de influenza aviar. Pero no significa que estemos exentos», aclara Rea Pidcova.
El principal reservorio de la gripe aviar son las aves anátidas, anseriformes y acuáticas. «En Argentina hubo casos en ganso andino, gallareta, cisne de cuello negro, gaviota cocinera y pato gargantilla, además de uno que nunca se identificó. Todos relacionados a lo acuático«, detalla el veterinario. El virus A en su variante H5N1 que se detectó en los «lobos marinos de un pelo» es un subtipo de gripe aviar altamente patógeno.
Sus primeros registros en Sudamérica en aves silvestres se dieron a fines de 2022 en Perú. En la Argentina, las primeras confirmaciones llegaron en febrero al área natural Lagunas de Pozuelos, en la provincia de Jujuy.
Hay distintas hipótesis sobre cómo se produjo el contagio y la transmisión. «Es un mamífero propenso. En otros países hubo transmisión a gatos, zorros, delfines. Una de las causas puede haber sido directa, por haber comido un ave infectada con alta carga viral. Pero no hay una comprobación aún».
También puede haber sido por vía indirecta, que sería la ambiental, «donde conviven aves acuáticas con estos mamíferos y excretan el virus con las heces”.
Hasta el momento no hay casos en estudio de transmisión a otros mamíferos en el país. «Cuando empezaron a surgir estos brotes en Sudamérica se vio que el virus era más patógeno que en otras regiones donde se ha presentado», compara el experto. Esa diferencia implicó un cuadro «más virulento, que produce mortandad más rápido».
La pregunta sobre la posibilidad de un brote de gripe aviar en humanos genera inquietud, sobre todo tras la pandemia. Para Rea Pidcova el riesgo es «bajo», lo que no quita la necesidad de «tomar recaudos».
«En América desde 2014 hubo tres registros de contagios a personas: en Estados Unidos, Chile y Ecuador. El porcentaje es bajo, debido al lugar donde se localiza el virus. Para que se produzca una infección tendría que ser en las vías respiratorias bajas, donde estarían los receptores para este virus de influenza. Pero el virus se presenta más en las altas, donde no es viable. El riesgo es bajo, pero hay que tener recaudos para que no llegue a haber una adaptación al humano».
Esta semana, a los casos le siguió la restricción a la circulación en ciertas playas. Y la advertencia de no llevar mascotas a esas zonas. El antecedente existe: en Polonia, el virus desató un brote en gatos. «Hubo grandes mortandades y sacrificios de gatos domésticos. Lo que se busca con las restricciones es disminuir el riesgo de contagio a otra especie», remarca el veterinario.
Y aclara que no se pueden realizar sacrificios de lobos marinos: «No se pueden realizar sacrificios de la fauna silvestre. Ni eutanasia, ni sacrificios. No tenemos injerencia para hacerlo y además es una población muy dispersa, que no podríamos controlar». «
Cómo dar aviso
La influenza aviar tipo A es una enfermedad contagiosa de declaración obligatoria. Quien identifique mortandad, signos nerviosos, digestivos y/o respiratorios en aves silvestres o de corral puede notificar al Senasa a través de los siguientes canales:
En la oficina del Senasa más cercana, por teléfono al 11 5700 5704; a través de la App para dispositivos móviles “Notificaciones Senasa”, disponible en Play Store; vía correo electrónico a [email protected], a través del apartado Avisá al Senasa de la página web del organismo.
Triquinosis en Provincia de Buenos Aires: al menos 136 casos
La preocupación por los casos de triquinosis en la provincia de Buenos Aires continúa. Esta semana, la dirección de Bromatología y Zoonosis de la Municipalidad de Tres Arroyos detectó animales infectados en un criadero familiar. Según consignó la prensa local, no estaba inscripto ante las autoridades provinciales. Las personas que habían consumido carne de allí recibieron atención médica para su tratamiento.
La triquinosis es una enfermedad producida por un parásito que afecta tanto a los seres humanos como a una gran variedad de animales domésticos y silvestres. Se transmite por el consumo de alimentos con larvas del gusano redondo Trichinella spp. Los casos en humanos suelen estar asociados al consumo de carne de cerdo cruda o mal cocida, especialmente chacinados de origen casero. En muchos casos esos productos se comercializan de forma ilegal, sin que la carne sea sometida al proceso de digestión artificial que constituye la técnica diagnóstica recomendada por el Senasa, organismo sanitario de control.
En lo que va del año y según confirmó en el último Boletín Epidemiológico, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires detectó 136 casos de triquinosis. Se registraron cuatro brotes, pero el último fue el de mayor magnitud, con 118 contagios en nueve distritos: Coronel Suárez, Adolfo Alsina, Puán, Guaminí, Rivadavia, Salliqueló, Saavedra, Bahía Blanca y Las Flores.
Se recomienda consultar al médico en las zonas afectadas ante síntomas como hinchazón en los párpados o cara, fiebre, dolores musculares, luego de varios días de diarrea y otros signos gastrointestinales.