El tiempo dirá si es una buena o una mala noticia que una empresa que precariza las condiciones laborales deja el país. Por lo pronto, unos tres mil trabajadores precarizados ven con preocupación la partida de Glovo, la app de delivery que se va, según confirmó este miércoles a través de un comunicado, y que en rigor tiene en el país sólo 70 empleados.
En una semana en la que también anunció su partida Falabella y otras multinacionales vienen anunciando que dejarán de operar en el mercado local, Glovo confirmó que vendió sus operaciones en América Latina a la compañía Delivery Hero, que opera su hasta hoy competidora en el mercado de las aplicaciones de envíos, PedidosYa. La casa matriz de la empresa, en Barcelona, explicó su decisión en la necesidad de “focalizar su crecimiento y su presencia en otros mercados clave”.
“Glovo Argentina comprende el impacto local del anuncio y agradece profundamente a toda su cadena de valor en el esfuerzo para consolidarse a nivel local desde su llegada al país en 2018”, dice el comunicado, que puntualiza que las operaciones en el país (y también en República Dominicana y Panamá) continuarán hasta octubre.
A los trabajadores, precarizados en un vínculo que se presenta como una mera conexión entre éstos, los comercios y los consumidores, y que evita la relación de dependencia con la empresa, les llegó un sencillo mensaje. “Todos los repartidores recibirán la totalidad de pagos pendientes siguiendo nuestros términos y condiciones”, dice. Y agrega: “Queremos agradecerte por elegir Glovo. Sin ti no hubiera sido posible atender a miles de clientes durante todo este tiempo en Argentina”.
Lo que adquiere Delivery Hero, una multinacional con sede en Berlín, por 272 millones de dólares, es la cartera de clientes de Glovo, pero no necesariamente sus repartidores. Otro mensaje de Glovo para éstos les agradece su “compromiso y dedicación”, y los invita a que se postulen “para seguir prestando tus servicios a través de PedidosYa, en la cual tendrás un registro preferencial”, con otro color en la mochila, antes amarilla, ahora roja.
Glovo operaba en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano y otras nueve ciudades argentinas: La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Neuquén y Salta. No hace más de un mes, presentaba su presencia en el país como “en el top 5 de los países de Glovo a nivel mundial”.
La movida, presentada como efecto de la crisis económica y de las últimas medidas cambiarias, es en realidad un movimiento más en el proceso de concentración en el mercado global de apps de delivery, acelerado por el súbito auge que supuso la pandemia para estas empresas, con los clientes en casa. El mes pasado, Delivery Hero había adquirido el servicio de entrega de alimentos Instashop, en Medio Oriente y en los países árabes norafricanos, y en diciembre, la mayoría accionaria de Woowa Brothers Corp, una app de Corea del Sur.
Glovo se va, entonces. Por el momento, la precarización queda.