En su primer mes al frente del área de Salud, en su vuelta al rango ministerial, Ginés González García impulsó la Emergencia Sanitaria, redujo un 8% el valor de los medicamentos, restituyó el protocolo de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) que Mauricio Macri había vetado y liberó 12 millones de dosis de vacunas que estaban retenidas en la Aduana hacía meses.
Estas medidas tienen tanta importancia concreta como simbólica. Y en Ginés el sentido está claro: marcar el rumbo de su gestión –con un Estado presente y regulador, en busca de una ampliación de derechos y producción pública de medicamentos– mientras se diferencia de quien estuvo antes. Y esto último no es sólo lo discursivo: Cambiemos le dejó una deuda por insumos y medicamentos de unos 12 mil millones de pesos. «Eso se llevará un porcentaje grande del presupuesto de este año», se lamenta en una entrevista en exclusiva con Tiempo.
Ginés luce apurado. No puede detenerse. En Salud los brotes de enfermedades que se creían erradicadas no esperan. Los remedios necesitan llegar ya y las vacunas escasean. Minutos después de la entrevista con este diario subirá a un avión rumbo a Puerto Iguazú, en Misiones, adonde presidirá la primera reunión del año del Consejo Regional de Salud de las provincias del noreste, a la que también se sumará su par de Paraguay, Julio Mazzoleni Insfrán, con el fin de realizar un plan de acción para la prevención del dengue, que esta semana registró dos nuevos casos.
–¿Con qué se encontraron cuando asumieron?
–Con el Estado implosionado. Por fuera aparentemente normal, pero por dentro todo destruido. Incluso en su capital humano: la gente no tenía ninguna mística ni propósito, estaba desaprovechada y desanimada. En este caso, además, por haber sido disminuida su jerarquía como Ministerio. Pero también las acciones tradicionales y programas históricos se fueron dejando casi prácticamente abandonados. Tenían carencias importantes. Particularmente porque desde mayo dejaron de pagar absolutamente todo. Con lo cual uno no se encuentra sólo con la necesidad del ahora hacia adelante, sino también con las deudas del pasado. Lo que dejaron fue sólo deudas.
–¿A cuánto llega esa deuda, entre insumos y medicamentos?
–Alrededor de 12 mil millones de pesos. Lamentablemente se lleva un porcentaje grande del presupuesto de este año pagar las deudas del pasado.
–¿Cómo sucede que queden 12 millones de vacunas en la Aduana?
–No lo puedo explicar. Porque incluso había que hacer un pago que era poco con respecto a lo que habían costado las vacunas, 84 millones de dólares. Incluso había una ley de diciembre de 2008 que eximía al Estado Nacional de pagar en estos casos si se trataba de vacunas. El tema es que Macri la vetó. Lo que hicimos fue incluir de nuevo ese mismo artículo de 2008 en la Emergencia Sanitaria. Por eso no pagamos nada y las sacamos.
–¿Y en cuánto tiempo calculan que las podrán retirar a todas?
–Eso va muy rápido. Esta semana ya sacamos un tercio. Lo que pasa es que es un volumen muy grande, y no es sólo sacarlas sino que hay que acomodarlas, mantener la cadena de frío, dividirlas para mandarlas a las provincias. Es todo un trabajo de logística que se hace, para ser enviadas a distintos lugares de la Argentina. Este viernes sacamos 700 mil dosis de sarampión, por ejemplo, y estamos en un momento donde necesitamos tener stock. Estamos trabajando intensamente en las áreas donde hubo casos de sarampión, en varias zonas del Conurbano y Capital Federal, pero estamos queriendo tener stock. Ya encargué 7 millones más de dosis, sólo de sarampión, por si hay algún brote más importante. Obviamente vamos a tratar de evitarlo. También ahora estamos con una partida de antimeningocócica importante. Y un Comité de Vacunas decidirá si debe volver el refuerzo para los 11 años.
–¿El Remediar también retorna?
–En 40 o 45 días, el Remediar volverá, con la misma cantidad de medicamentos que antes, porque ahora tiene la mitad. Va a volver a tener su nombre, porque se lo cambiaron (NdeR: el macrismo lanzó en su lugar la Cobertura Universal de Salud y la subejecutó todos los años); y volverá a tener la frecuencia de antes, porque ahora está muy fraccionado, va de vez en cuando. Entonces: vamos a recuperar, por un lado el contenido, sumando siete u ocho medicamentos más, y además la frecuencia, de manera que no falte nunca en toda la red de atención primaria de la salud.
–En estos años las provincias remarcaban que los remedios, cuando les llegaban, no tenían en cuenta las necesidades de cada lugar.
–Es que tiene que funcionar por demanda. Pero rompieron todo, hasta con el argumento técnico de mandar los medicamentos según la epidemiología y las necesidades de cada lugar. Un desastre hicieron. Remediar fue uno de los programas más acreditados internacionalmente, más valorados por la gente, porque no sólo tiene acceso a medicamentos, sino que vuelve a concurrir a la atención primaria, que es donde se hace la prevención. Son fundamentales los controles. El otro día me dijo una señora, que me conmovió: «Yo no voy más al centro de salud. Porque si tengo un problema y voy al centro de salud, tengo dos, porque después no tengo como comprar los remedios».
–¿En ese marco fue el anuncio de la baja del 8% en los medicamentos?
–Ese fue un acuerdo con laboratorios, pero la política de medicamentos no va a ser esa, aún la estamos armando.
–En estos años una de las áreas de Salud más frenadas fue la de los Laboratorios Públicos.
–Yo hice la Subsecretaría de Medicamentos, donde los laboratorios públicos están adentro. Por supuesto le vamos a dar énfasis a todo lo que es producción nacional. Hay muchos laboratorios provinciales. Lo que queremos es que se adecúen a la norma de la ANMAT, vinculada con lo que es exigible tanto para los privados como para los públicos, asesorándolos para que pueda circular de provincia a provincia. Estamos trabajando en eso, buscando una coordinación para que produzcan cosas distintas, y que confluyan en una red.
–¿Se puede pensar en la producción pública de cannabis medicinal?
–No todavía. Te mentiría si te dijera algo. Lo que estoy haciendo es modificando con un grupo la reglamentación (de la ley de cannabis medicinal), que a mi entender fue restrictiva con respecto al espíritu de la ley. Estamos ampliando las patologías, porque prácticamente se la redujo a la epilepsia refractaria. Estamos tratando de aplicarla para todo el espectro que tenga comprobación médica. Siempre con evidencia científica.
–¿Y con la ley del aborto?
–Estamos trabajando en conjunto con otros ministerios, siempre con el contenido sanitario que queremos que tenga la ley. No puede faltar la ampliación de derechos, que hoy están restringidos. La interrupción legal existe, lo que queremos es que se amplíe. Los plazos los maneja el presidente, pero se viene trabajando intensamente. «
El desafío de la salud ambiental
Un desafío creciente para los responsables sanitarios de cada territorio es el de la salud ambiental, muchas veces entrecruzada con sectores productivos poco afines a tener en cuenta el aspecto sanitario. «Es un tema particularmente sensible. Hay que ser cuidadoso, porque a veces también hay mitología popular», sostiene el ministro Ginés González García, y acota: «Nosotros obviamente queremos que el ambiente sea saludable, y la salud ambiental es parte del ambiente saludable. Tenemos relación con las provincias, y una secretaría que toma estos temas, y la verdad es que no tenemos, que yo sepa, un tema pendiente de alguna denuncia concreta que estemos mirando. Por supuesto que no es sólo cuestión de denuncia, sino de evidencia internacional. Así que estamos trabajando en red a nivel mundial. Lo hablamos con el secretario de Salud de Estados Unidos (Alex Azar) cuando vino a la asunción presidencial. Nosotros tenemos mucho impacto ambiental, y aún faltan agua y cloacas en muchos lugares, esos temas también tienen que ver con la salud».
La falta de stock de vacunas y anticonceptivosPatologías que se creían controladas han vuelto en estos cuatro años. No sólo sarampión, sino también tuberculosis y enfermedades de transmisión sexual. En referencia a la tuberculosis, una patología asociada a la pobreza y el hacinamiento, se produjo un 6% más de casos sólo en los dos primeros años de Cambiemos, con más de 10 mil por año. La sífilis también encendió alarmas, con valores que triplican a los que sucedían en 2013. En ese marco, las asociaciones civiles que trabajan en el tema denunciaron faltantes de reactivos y anticonceptivos, sobre todo en el último año y medio de Mauricio Macri, como fue la falta de provisión de Darunavir/r –una de las drogas que se utilizan para tratar el VIH–, tal como alertó la Fundación Huésped en julio de 2019.
«Estamos buscando desesperadamente volver a comprar los reactivos y los anticonceptivos, pero no es tan fácil, porque la situación es muy crítica en la economía y no hay stock –relata Ginés González García–. Pero, bueno, a toda máquina estamos tratando de poner en marcha el Ministerio, y eso significa contar con los insumos y con la provisión que nunca debería haber faltado». Y completa, en relación a la gestión anterior: «Creo que la política se mide por los resultados. Uno puede decir lo que quiera, pero si después sucede que se interrumpen programas, que no hay suficientes vacunas ni anticonceptivos, que programas que funcionaban bien dejaron de funcionar, en el fondo esa es la intención política. Tenemos que pagar la deuda de atrás, recomponer stock y hacer que todo vuelva a funcionar. Esa es la misión en la que estamos todos ahora».