Los dos policías que asesinaron a Diego Cagliero e hirieron gravemente a Muro Tedesco recibirán penas que van de 1 a 5 años de prisión según determinó un jurado popular. La sentencia fue dada a conocer por el Tribunal Oral Criminal N°1 (TOC) de San Martín tras una audiencia de 15 horas.
Ni Cagliero ni su compañero portaban armas y los dos policías dispararon sin dar aviso. Sin embargo, el jurado popular solamente condenó a Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro por “homicidio culposo” y por “homicidio en grado de tentativa por exceso en el cumplimiento del deber en perjuicio de Muro Tedesco”,
Las condenas dictadas por el juez pueden tener un piso de un año y un techo de cinco años de prisión.
El abogado de la mamá de la víctima
“La verdad que estoy muy triste”, expresó el abogado Fernando Sicilia, a Tiempo. Continuó relatando que se trata de “un veredicto en el que una persona que mató va a recibir la misma pena que aquel que no lo hizo”.
“Considero que la sociedad no debe permitir que la Policía mate a gente inocente y tampoco dejarse llevar por la problemática de la inseguridad, porque es el terror que instalan los grandes medios de comunicación”, señaló Sicilia. También puntualizó en que “los medios hegemónicos valorizaron más la vida de Fernando Báez Sosa que la de Diego Cagliero, la comunidad debe reflexionar sobre esto”.
“El jurado solo los encontró culpables del delito de homicidio culposo, insólito”, se quejó el letrado. Siguió contando que realmente no “podemos entender el razonamiento, porque en el caso de Montenegro el jurado decidió que si cometió un exceso en el cumplimiento del deber”.
“Hay cosas que deberían cambiar en la Justicia, porque la fiscal no puede sostener una causa en la que dice que Cagliero y sus amigos tenían las armas, porque nosotros demostramos durante el debate que las armas las plantaron los policías”, reconstruyó Sicilia. Finalizó remarcando que “es más, lo pudimos hacer a través de una oficial policial que declaró”.
Comunicada de la familia de Diego Cagliero
Ayer, 15 de febrero de 2023, un jurado popular compuesto por 12 personas encontró culpable al policía bonaerense Rodrigo Canstatt por asesinar a Diego Cagliero. También condenó a Sergio Montenegro por intentar asesinar a Diego, Mauro, Emmanuel, Ángel, Jonatan, Damián, Alfonso y Rodrigo.
Para los jurados, el homicida Canstatt cometió un homicidio culposo (mató por actuar con negligencia, imprudencia e impericia) mientras que Sergio Montenegro cometió una tentativa de homicidio por exceso del cumplimiento del deber.
Consideramos este veredicto una decisión absurda y carente de sentido común, a la vez que es una aberración jurídica que le asigna una tipificación más gravosa a la acción de quién intentó asesinar, frente a la acción de quien, efectivamente, asesinó.
Durante todo el debate oral, que duró 10 días interminables, las víctimas hemos tenido que defendernos y hemos sido revictimizadas. Jornada tras jornada fuimos criticados por nuestras acciones, omisiones, emociones y hasta por la forma de vestirnos. El ataque y la agresión llegó al punto tan bajo de tener que escuchar que el defensor oficial Lagares (defensor de Montenegro) tratara a Adriana, madre de Diego, de “persona que se va a parar acá a llorar para conmover al jurado”.
Aparentemente, solo los policías asesinos pueden llorar, solo ellos tienen derecho a defenderse, solo sus familias importan, solo sus actos tienen que ser tomados con clemencia, aún cuando haya prueba científica arrolladora de su dolo homicida.
Hemos visto hasta el hartazgo el desgaste de las familias para lograr algo de justicia para sus hijos, asesinados por miembros de las fuerzas de seguridad. Hemos visto hasta el hartazgo la utilización del juicio por jurados como herramienta para que los asesinos salgan libres, ya sea porque se los declara no culpables, como porque se los declara culpables de delitos con penas insignificantes en comparación con el daño causado y con el bien jurídico protegido (la vida humana).
En nuestro caso, fue la figura de homicidio culposo, en otros, es el homicidio con exceso en uso de las funciones o el homicidio con exceso en la legítima defensa. O peor aún, los veredictos de no culpabilidad por cumplimiento del deber, por errores de prohibición invencibles, etcétera. Todas estas figuras afirman, una vez más, que para el Estado y el Poder Judicial la vida de las víctimas no vale nada y que tenemos que sentirnos afortunados por haber llegado a juicio oral y, al menos, haber obtenido un veredicto de culpabilidad.
Una vez más, reclamamos que los casos donde se juzgan ilícitos cometidos por fuerzas de seguridad en ejercicio de sus funciones no sean juzgados por jurados populares. Los jurados que viven en nuestra sociedad, que salen a la calle, tienen familias, y son bombardeados constantemente con información sesgada proveniente de los medios de comunicación jamás serán enteramente libres en su conciencia para decidir con imparcialidad.
En el caso de Diego, como en tantos otros, sus familiares y amigos quedamos con la sensación de que el jurado ya había decidido antes de entrar a la sala de juicio, sin siquiera haber escuchado los hechos y la prueba.
No estamos conformes, por supuesto, con la decisión del jurado. El accionar de Rodrigo Canstatt no fue culposo, sino doloso. Y, por otro lado, no tenemos claro, siquiera, si los jurados entendieron la decisión que tomaron. Luego de 12 horas de audiencia ya nadie tenía energía ni avidez mental para escuchar (y mucho menos, entender) las indicaciones de 30 páginas que leyó el Juez. Esto es lo único que nos puede dar cierta explicación a la decisión absurda y contradictoria que tomaron.
Todas estas cuestiones de sentido común nos llevan a afirmar: No habrá justicia para Diego porque todo estuvo siempre preparado para que jamás la hubiera.
Queremos agradecer a nuestros abogados particulares Dres. Fernando Sicilia, Iván Koffman y Emiliano Montini, así como también a los abogados del CELS que representaron a Emmanuel y Alfonso, Dres. Agustina Lloret, Bárbara Juárez, Mariano Lanziano y Lucía Morales. Todos ellos han efectuado un trabajo intachable, empático e incansable durante más de tres años. Nada cambiará el eterno agradecimiento y deuda que tenemos hacia ustedes.
Y, por último, queremos decir que somos parte de un colectivo de familiares, amigos, vecinos, militantes, conocidos y desconocidos que han luchado de forma constante e inclaudicable desde el primer día para que hayamos podido llevar hasta el final este proceso tan doloroso. Si no hubiera sido por su apoyo, la causa se hubiera cajoneado la primera semana, como quería en ese momento la fiscal de instrucción actuante.
Volveríamos a hacer todo otra vez, aun sabiendo este final. Porque nuestra lucha, la lucha de todos, jamás será en vano.
La vida de Diego no vale 5 años de cárcel, tampoco valía 35. Los que sabemos quién fue Diego tenemos en claro que su vida fue, es y será invaluable. Y que esa vida no se apagará nunca.
Diego Cagliero presente Ahora y siempre Familia de Diego Cagliero
Gatillo fácil
Diego Cagliero fue asesinado por la Policía Bonaerense la tarde del domingo 19 de mayo de 2019. El joven músico -de 30 años- y sus compañeros venían del cementerio. Ese día sepultaron a uno de sus compañeros. Se movilizaban en una camioneta Fiat Ducatto blanca, con las iniciales de la empresa AySA.
Cuando volvían pararon en el supermercado Día ubicado al 7.600 de la calle Juan Domingo Perón, compraron comida y se retiraron del lugar. En ese momento uno de los cajeros alertó sobre que uno de los muchachos de ese grupo había sustraído unos productos de la góndola y no los había pagado al salir del local.
Cuando pasaban por la comisaría 5ta de Eufrasio Álvarez fueron interceptados por varios móviles policiales. Los pibes se mostraron sumisos y bajaron del rodado con las manos en alto. Pero los policías -sin mediar palabra- dispararon al menos 14 tiros. El único que no pudo bajar fue Cagliero, porque una bala de la pistola reglamentaria del ex oficial Castatt, le perforó el pecho, quedó tendido en el piso de la camioneta y uno de sus amigos resultó herido.
Según la versión policial, en ese momento desde el supermercado realizaron un llamado al 911, denunciando el robo por parte de un grupo de jóvenes «fuertemente armados». Más de media hora después, la Policía Bonaerense desplegó un operativo cerrojo en la avenida Márquez, a la altura de la comisaría 5ª de Eufrasio Álvarez.
La camioneta circulaba a 40 km por hora cuando comenzó a recibir los disparos. Más tarde, luego de matar a uno y herir a otro, se registró el vehículo, pero no se encontró dinero ni mercadería robada.