El reclamo de trabajadores y trabajadoras del Hospital Garrahan comienza a confluir con el de otros sectores. En el marco de un conflicto que lleva meses y que no obtiene respuestas por parte del Gobierno, este martes realizarán un nuevo paro y una “Marcha Blanca” junto a personal de salud de otros espacios y estudiantes universitarios. Irá de Congreso a Plaza de Mayo, para instalar una Carpa Blanca.
“Nuestro hospital lleva meses de conflicto y no vamos a bajar los brazos. Defender el Garrahan es defender la salud y la vida de millones de niños. ¿Cómo alguien puede negarse a ello? Tanto a trabajadores de la salud, como a los estudiantes que son los profesionales que van a nutrir estos hospitales de referencia y a todos los trabajadores en general nos unifica ese espanto y el reclamo por salario, condiciones laborales y presupuesto”, dijo Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT).
Así, tras un “Cabildo Abierto con decenas de organizaciones muy representativas de la salud y la educación” se resolvió el viernes último “amplificar la convocatoria a la Marcha Blanca de Salud y Educación. Ante un gobierno que va por todo lo público, vemos la necesidad de coordinar y unificar de forma democrática, colectiva, los sectores en lucha de la salud, la educación y convocar a más sectores agredidos por la política de Milei”.
“Cerrar hospitales, vaciar el Garrahan y atacar la universidad pública es parte de un experimento siniestro de un Gobierno anti-todo lo que está bien. Por eso, impulsamos y votamos con total conciencia unificar nuestro reclamo contra el veto de Milei y en rechazo al Presupuesto 2025 de ajuste anti-educativo y anti-sanitario para pagar deuda externa, con el Garrahan, los residentes, el Hospital Bonaparte y todos los sectores de que se opongan a esta aberración que nos agrede desde que asumió”, exclamó en la asamblea Agustín Romero, integrante del Centro de Estudiantes de la Facultad de Sociales de la UBA.
El mismo día que se realizaba la asamblea para definir cómo sigue la lucha ante un gobierno que desfinancia al hospital, se supo de un nuevo reconocimiento al principal hospital pediátrico público de la Argentina: la Sociedad Latinoamericana de Endocrinología Pediátrica (SLEP) reconoció la investigación realizada por un equipo de profesionales del Hospital Garrahan y de la UBA sobre trastornos endocrinológicos en hermanos mellizos con un defecto congénito de la glicosilación (CDG) por deficiencia de la enzima ALG1, una enfermedad rara y compleja.
Confluencia de reclamos en el Garrahan
La protesta será compartida por integrantes de Autoconvocados del Hospital de Pediatría Garrahan, la Junta Interna de ATE Garrahan y APyT, junto a residentes de los hospitales Laura Bonaparte y Posadas y gremios docentes.
En el Garrahan, el personal exige “un 100% de aumento salarial contra una inflación de 240% en el último año, habiendo recibido solo 100%, y 1% y 2% en las últimas paritarias (de las que no nos permiten participar); pedimos 1.500.000 pesos de sueldo inicial, igual a la canasta básica”. Según difundieron, en la actualidad los sueldos en el hospital pediátrico de alta complejidad que es referencia a nivel nacional y regional los sueldos comienzan en 500 mil el personal de mantenimiento y 900 mil un médico/a con 15 años de especialización. Entre los reclamos también se pide aumento en las guardias de 24 horas, que son pagadas 6 mil pesos la hora: “la mitad que en los privados”.
Los reclamos por los que paran los trabajadores del Garrahan confluyen con los del personal del Hospital Bonaparte, que sigue en estado de alerta ante la incertidumbre que reina tras el intento de cierre por parte del Gobierno, frenado o dilatado a fuerza de movilización.
Además participarán de la Marcha Blanca trabajadores y trabajadoras del Hospital Posadas, que en los últimos días recibió 33 nuevas notificaciones por despidos, que se suman a las que ya habían sacudido al personal desde que comenzó el gobierno de Javier Milei. Ahora, 30 profesionales de los contratados y luego tres profesionales de la planta permanente se sumaron a los 80 despedidos previamente.