Los ánimos están caldeados y los bolsillos docentes angustiados y sin fondos por las paritarias docentes más complicadas de los últimos años. En este clima, una nota periodística desató un aluvión de críticas por estigmatizar a la escuela pública, y de paso a los chicos y chicas que asisten a ella.
La nota se titula Arrancaron juntos primer grado y uno le lleva al otro 2 cuadernos de ventaja y contrasta la educación que reciben Maxi (escuela privada, sin detalles) y Facu (escuela pública Juan B. Peña, Nº 5 DE 7º). El texto de la periodista, que trabajó dos años para el actual ministro de Educación Esteban Bullrich, abunda en los más retrógrados lugares comunes: Ahora me encanta la escuela, antes era aburrida porque solo jugábamos pero ahora trabajamos, cuenta Maxi. Para hacer más evidente la estigmatización, la foto que acompaña la nota muestra a un chico rubio escribiendo en un cuaderno y a otro morocho, con guardapolvo blanco, mirándolo trabajar.
La elección entre una y otra escuela, según la periodista se da para evitar los días de paro, evita mencionar que la problemática de la escuela tanto de la pública como de las privadas excede esta coyuntura, aunque se trata de un derecho que en los colegios privados es muy difícil ejercer a pesar de que los salarios tampoco les alcancen a los maestros. De hecho, sólo en la ciudad de Buenos Aires hay más de 11 mil estudiantes que no han empezado las clases porque el gobierno no les dio vacante. Y aunque fuera cierto que muchos chicos de la escuela pública lleven de desventaja dos cuadernos, muchas veces también les falta dos platos de comida al día. Esto sin embargo lejos está de dar cuenta de la variedad de realidades de las escuelas públicas.
A pesar de los inconvenientes que les trae a los padres los días de paro, la nota elude mencionar la responsabilidad del Estado en asegurar además de días de clases, salarios dignos y buenas condiciones de trabajo. En respuesta, los docentes de la escuela escribieron una carta pública: Ayer domingo nos encontramos con que Clarín utilizaba nuestra escuela para ejemplificar sobre la encrucijada que el Gobierno está llevando a cabo contra los docentes y la educación de nuestro país. Que los medios manipulan la información no es una novedad y es algo a lo que le dedicamos horas de trabajo, no solo con Clarín sino la generalidad, informando tendenciosamente sobre todos y cada uno de los aspectos. No somos ingenuxs, sabemos que según el color político al que responden es lo que dicen.
Este razonamiento puede verificarse en la posición que toma este medio hegemónico para informar sobre el tema educativo, el editorial del mismo día sábado, firmado por Ricardo Roa, se titula: A los maestros se los quiere, a los paros no.
Los docentes de la escuela Peña antes de finalizar pidiendo por la paritaria nacional, expresan qué entienden por educación: Cuando hablamos de educación, enmarcamos los derechos de todos. De lo contrario no estaríamos educando. En la nota del diario Clarín queda clara la intencionalidad de establecer diferencias y prejuicios y no precisamente por los días de paro, a los que se refieren como días perdidos, si no por la diferenciación que ellos mismos plantean que desde la foto queda demostrada de una manera burda y humillante en la exposición de ambos niños.
La directora de la escuela reaccionó con una carta, también pública, a la periodista: Todos los que hacemos la escuela pública tenemos la tarea ineludible de cumplir con el derecho de enseñar y aprender, de hacer tangible la premisa de igualdad de oportunidades, como también de hacerlo en condiciones dignas para todos». Y agrega: «Por esa razón Yasmin, fuimos, somos y seremos los primeros en respetar y trabajar en consonancia con el Diseño Curricular para apuntar al objetivo pedagógico de formar alumnos críticos, pensantes y reflexivos; respetar la diversidad e incluir, utilizando todos los recursos y también creando ‘a medida’ para que ningún niño se quede sin aprender».