Directo desde Colombia, llegó a nuestra revista Francia Márquez, la vicepresidenta electa, una trabajadora de las minas, una agricultora de nuestra sabiduría, una feminista de nuestros senderos y una negra de nuestros potreros. «Tenemos que lograr la paz para Colombia, hay muchos territorios que viven en medio de la violencia».
En un país con más de 9 millones de víctimas en democracia, en esta nota implacable le damos las gracias por el puño en alto y por el encuentro: «A la crisis ambiental tenemos que afrontarla: poner la naturaleza en el centro. La élite privilegiada no ha querido que una mujer negra, empobrecida, racializada y víctima del conflicto armado pudiera estar en el gobierno».
El estallido social del año pasado, causado por la reforma tributaria implementada por Iván Duque, dejó al menos 94 personas muertas, miles de heridos, cientos de detenidos y procesados injustamente y denuncias de violencia sexual por parte de las Fuerzas de Seguridad. Las primeras palabras de Francia, tras la victoria, exigieron un cambio de raíz: “Después de 214 años hemos logrado un gobierno del pueblo, de la gente con las manos callosas, de los nadie y las nadie de Colombia”.
Por ultimo, dejó un mensaje para las y los negros bastardeados llegamos del mismo pasillo latinoamericanista: «América Latina tiene 200 millones de afrodescendientes y el racismo está en cualquier país. No es suficiente ser feminista si no se es anticapitalista, si no se es anticolonial, si no se es antirracista».
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