En la Argentina hay más de 9 mil niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales, alojados en dispositivos de cuidado residencial o familiar. Según los datos consignados hasta 2020, el 24% tienen menos de 5 años. El 37%, entre 6 y 12 años y el 32%, entre 13 y 17 años. Es decir, más de 6100 niños y niñas de más de seis años que no están creciendo con una familia propia. Sin embargo, la gran mayoría de quien se postula para adoptar elige bebés o infantes de corta edad. Para evitar que lleguen a la adultez en soledad, se busca fomentar la adopción de niñes ‘grandes’, grupos de hermanos y hermanas o que presenten algún tipo de discapacidad.
A lo largo de la pandemia, un grupo de familias decidió usar las redes sociales como ventana para mostrar sus experiencias. Entre otras cosas, para derribar el mito de que las adopciones implican procesos de largos años de espera y trabas burocráticas. Desde el Estado también se apunta a visibilizar eso. Y potenciar políticas públicas que faciliten el camino de chicos y chicas que necesitan una familia.
Esta semana, el ministro de justicia, Martín Soria, se reunió con el titular de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, Gabriel Lerner, para trabajar en la articulación entre ambos organismos. Se acordó “trabajar de manera conjunta en nuevas campañas de sensibilización respecto a la adopción en la Argentina”.
“El tema central de la reunión está vinculado con mejorar la información y sensibilidad a la ciudadanía para promover procesos adoptivos respetuosos del enfoque de derechos destinados a infancias y adolescencias que por sus condiciones tienen menos posibilidades para ingresar en procesos adoptivos. Se trata de niños y niñas mayores de 4-5-6 años, o con algún tipo de patología crónica o discapacidad, y grupos de hermanos y hermanas”, detalló Lerner, en diálogo con Tiempo. “Hay menos postulantes para estos casos. El trabajo lo vamos a centrar en generar mayor sensibilización en la sociedad para ampliar la disponibilidad adoptiva, que haya personas –mujeres, hombres, familias o parejas– que se postulen para adoptar este tipo de niños que son los que más esperan”, insistió.
El modo en que se busque generar esa sensibilización se definirá en reuniones del Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia y en el Consejo Consultivo del Registro Único de Adoptantes (RUAGA). “Vamos a buscar algunos consensos y en un tiempo relativamente corto desarrollar un plan de trabajo”, dijo Lerner, y remarcó la importancia de que se cuente con más información precisa de todas las jurisdicciones como paso previo necesario para definir políticas específicas.
Derribar mitos
“Si hacemos hoy una búsqueda para alguien de un año, el 86% de los inscriptos respondería. Si hacemos la búsqueda para niñes de 6, solo el 43%. Y para 12 años, un 1,69%. Esta es la realidad. Y más se complica si se trata de grupos de hermanos. Siempre se escucha que es imposible adoptar, pero si alguien se inscribe para 12 años lo llaman enseguida de varios juzgados”, dijo semanas atrás a este medio Juan José Jeannot, director de Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos de la República Argentina (DNRUA).
Los datos se cruzan con las historias particulares a través del hashtag #AdoptenNiñesGrandes, generado por un grupo de familias que están atravesando la experiencia y quieren que sean cada vez más las que se animen. Por las y los miles de niños y niñas en espera.
“La mayoría de mapadres del grupo estamos muy entusiasmades con la reunión entre Soria y el secretario de Niñez. No sabemos si la campaña tuvo que ver o no, pero uno de los objetivos era llegar de alguna forma al Estado para que refuercen las campañas en cuanto a adopción y más todavía en cuanto a ampliación de criterios (edad, grupos de hermanites y enfermedades)”, destacó Diego Monrroy, quien adoptó a una niña de 12 años y se convirtió en uno de los impulsores de la campaña en redes sociales.
Su caso, como el de muchas otras familias, es uno de los que derriba mitos en materia de adopciones en Argentina. Con su compañera se inscribieron en el registro en mayo de 2021. Por poner un rango etario amplio entre las opciones, a los dos días comenzaron a recibir llamados de los juzgados. En octubre conocieron a quien hoy es su #HijaDe12, como la llama en Twitter, y desde diciembre viven los tres juntos.
“De cruzarnos en redes y compartir nuestras historias (con otras familias) surgió espontáneamente la posibilidad de armar un grupo de Whatsapp para poder organizarnos, y además tener un espacio de contención y reflexión para nosotres mismes. Comenzamos siendo los 4 o 5 que más nos cruzábamos pero después nos empezó a escribir más gente para sumarse, más otres que llegaron recomendades, por conocides y demás. Ahí empezamos a organizar ciertas publicaciones, siempre con el #AdoptenNiñesGrandes que es nuestra bandera”, contó a Tiempo.
Ante la gran circulación que tienen sus relatos, decidieron organizar la difusión. Todos los viernes cuentan a través de un hilo de Twitter la historia de una de las familias que adoptaron niños o niñas ‘grandes’ o adolescentes. Comentan miedos, alegrías, dificultades y anécdotas que pintan la conformación de estas familias. Dejan claro que no es fácil, pero que el resultado vale la pena. Ya tienen programadas historias casi hasta fines de septiembre.
“Estamos viendo que circulan muchísimo las historias. También nos damos cuenta porque mucha gente nos está contactando por privado para ver donde puede conseguir más información. También nos dicen que pensaban que adoptar era imposible, pero que leer nuestras historias les está cambiando la cabeza. Eso es hermoso y era otro de los objetivos, intentar derribar mitos y prejuicios”, celebró Monrroy.
La iniciativa estatal y la de familias van por caminos paralelos, con metas compartidas. “Por el momento no definimos a qué actores vamos a convocar, pero es una buena idea dialogar con ellos, por supuesto”, anticipó Lerner.