Familiares de José Luis Cabezas llevarán a cabo este miércoles dos ceremonias al cumplirse 26 años del crimen del fotógrafo de la revista Noticias, una en la localidad balnearia de Pinamar y la segunda en la cava de General Madariaga, donde fue asesinado, en la que hará una oración interreligiosa igual a la que se hizo hace una semana en la ciudad de Dolores en el tercer aniversario del homicidio de Fernando Báez Sosa.
Gladys Cabezas, hermana de José Luis, confirmó a Télam que a partir de las 11 se realizará un acto en el monolito frente a la terminal de micros de Pinamar, sobre la avenida Bunge, en el ingreso a esa ciudad balnearia, del que participarán amigos, allegados y colegas del fotógrafo.
Según adelantó Gladys, ella leerá una carta que por primera vez le escribió a su hermano y en ese sentido explicó: «Decidí que este año quería hablarle.»
Luego, a las 19, la familia de Cabezas se trasladará a la cava ubicada en el kilómetro 385 de la ruta provincial 11, a la altura de General Madariaga, donde fue hallado el cuerpo calcinado del reportero gráfico dentro de un vehículo Ford Fiesta.
Allí se plantarán cinco árboles cedidos por el municipio «para dar vida al lugar», según expresó la hermana de Cabezas, quien dijo que cada vez que va encuentra cartas, flores y rosarios que le dejan a José Luis.
En la cava se llevará adelante una oración interreligiosa con los mismos oradores que participaron el pasado miércoles del acto por el tercer aniversario del crimen de Báez Sosa en Dolores.
Los mismos serán Imam Marwan Gill, presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina (Islam); Marcelo Panebianco, sacerdote de la Iglesia Católica de Pinamar; el pastor Luis Albarracin, representante de la Aciera en Pinamar, y un representante del judaísmo.
«El propósito es rezar por él, por sus familiares, pero a su vez es un gesto simbólico de que todas esas religiones en Argentina se comprometen con la paz, con el respeto hacia la vida del otro y para repudiar toda forma de violencia. Queremos también manifestar la vida de cada ser humano y la solidaridad con su familia y todos los periodistas que ejerzan su derecho a trabajar libremente», dijo a Télam Gill.
En tanto, en varios puntos del país se replicarán los homenajes al fotógrafo asesinado, varios de ellos encabezados por colegas y periodistas de distintos medios.
Por su parte, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), junto con la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), organizarán un acto a las 11 en la sede ubicada en Venezuela 1433, en el barrio porteño de San Cristóbal.
También se descubrirá una placa en la localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro, entre otros actos.
De cara a este nuevo aniversario del asesinato, por el que fueron enjuiciados y condenados ocho personas en un primer debate y una novena en un segundo, Gladys Cabezas criticó a la Justicia y aseguró que existe «un sistema perverso manejado por seres humanos».
«Hay una justicia escrita que está bien, pero los que la interpretan lo hacen mal», añadió la mujer al cuestionar que todos los asesinos de su hermano ya quedaron en libertad.
El primer juicio por el crimen de Cabezas se realizó en enero de 2000 en la misma sala de audiencias donde ahora, 23 años después, se lleva adelante el de los rugbiers acusados de matar a golpes a Fernando en la puerta de un boliche de Villa Gesell el 18 de enero de 2020.
La entonces fiscal de juicio, Castro -actual presidenta del Tribunal Oral Criminal 1 que interviene en el caso Báez Sosa-, fue quien integró el equipo de acusadores que pidió la reclusión perpetua para el policía Gustavo Prellezo como coautor del delito de «homicidio doblemente calificado por ser ejecutado con alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia».
También pidió la misma pena para Gustavo Ríos, custodio de Alfredo Yabrán, para los policías Aníbal Luna y Sergio Camaratta y para los «Horneros» Horacio Anselmo Braga, Sergio Gustavo González, Miguel Retana y José Luis Auge; los últimos defendidos por Fernando Burlando.
En aquel primer juicio por el caso Cabezas, el alegato de la defensa puso el foco en lo que denominaron la «indivisibilidad de la confesión», ya que los abogados Burlando y Juan Martín Cerolini entendieron que las confesiones de los «Horneros» debían ser valoradas en su totalidad, no solo en lo que fuera útil a la acusación.
Mientras que el alegato de la fiscalía fue el 20 de enero de 2020 y duró 10 horas, el de los defensores fue el 24 de enero.
Los otros fiscales que trabajaron con Castro fueron Luis Felipe De Felito -actual integrante de la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones de Dolores-, y Eduardo Campos Campos.
Tras las ocho condenas a perpetua dictadas en el primer juicio por el crimen de Cabezas, el Tribunal de Casación bonaerense redujo en 2003 las penas impuestas en base a la denominada la ley del «2×1» entonces vigente, que computaba doble el tiempo en prisión que habían pasado los acusados previo a ser sentenciados.
Fue así que los «Horneros», con excepción de Retana que murió en la cárcel, fueron beneficiados con morigeraciones de la prisión.
En 2007, Braga y Auge violaron las condiciones de prisión domiciliaria y por orden de la Justicia volvieron a ser detenidos, aunque tiempo después volvieron a ser excarcelados.
A su vez, en un segundo juicio por el caso, realizado en 2002, fue condenado a reclusión perpetua el comisario de Pinamar Alberto «La Liebre» Gómez por liberar la zona para que se pueda consumar el crimen del reportero gráfico.